domingo, 26 de abril de 2009

No debieras volverlo a hacer (Revolver)

Cerca de unas de 10 personas (fijo que serían consideradas menos, y no en cuanto a número) ayer me preguntaron por el estúpido episodio de faltar a una barbacoa y sus relacionadas consecuencias.
Pido perdón por esto a quien lea las siguientes líneas. Quien seguramente, pueda sentirse agraviado entre mis palabras o mal parido entre descripciones. Cuando lo más apropiado sería que lo último sólo me referenciara a mí...
Lo de repartir panceta sobrante entre desconocidos, y no atender a la consabida demanda cárnica, para terminar regalando morcillas a otros...
Creo que duele. O debe. Y de deber, debería.
Por culpa y despropósito de no acudir los estipulados.
Todo ello "a lomos"de quien no quiso obsequiar con su presencia.
Quizá en un intento de no dar la brasa.
Sería una cebada seguir con el tema. Guiño especial desde aquí para los que asaban mientras bebían cerveza...
Era coña.

Seguro que doraban, que no asaban.
Encima la carne se descomponía.
Poco duraba, hablando en plata;
aún saliendo de la misma parrilla.

Momento poético casi imposible. Rima asonante conjugando el momento carnicero, el ánimo de quiénes lo inducían, la joyeria y la Fórmula 1...
Faltando uno más para conformar un necesario y propio verso romance; siete fuimos los comensales que faltamos a la cita.
¿Constanza amasaba
y Lucía cernía?
- Pues siguen siendo 7...

En aquellos mismos instantes existió un Jinete descarriado. De los de lanza de fé y sentimientos encontrados.
De tan dudosa vida futura cómo de recuerdos asimilados.
Eran las 12.30 p.m. de un jueves para él no preparado. Y es que las noches de un miércoles pueden llegar a ser verdaderamente largas...
Largas cómo cuando no se te hacen, ni las quieres coger. Porque entonces si no, coges y te largas (En Sudamérica distinta acepción).
Justo en el preciso momento en que se sorprende frecuentando bares extraños. Conversaciones de barra y carajillos por un tubo, que no es lo mismo.
Un tipo con el que lleva charlando bastante rato le apunta, le avisa, o a lo sumo le recomienda muy expresamente; Mira, me caes bien. Conozco a ésos de ahí, los que acaban de entrar. Se del palo que van.Si te dicen algo, una vacilada o lo que sea, no hagas caso; son así. Uno ha salido hace poco de la cárcel y el otro ha vivido entre reformatorios. No hagas ningún caso...
Los chungitos, que tristemente ya no deben funcionar cómo grupo porque por lo que ví, ahora sólo son dos, se dirigen a quien terminaba de hablar, y con una sintonía continuada de desprecios le parecen saludar. Por calificarlo de alguna manera, porque cierto es que de súbito rompieron toda la armonía que acompasaba aquella noche-mediodía.
El expresidiario no parecía mal tipo.
El que se empeñó en volverse a formar una y otra vez entre centros que lo sometieran a una existencia algo cívica, y a lo largo de su vida, daba la talla de ser eso, el repetidor por excelencia; un auténtico gilipollas.
No recuerdo la vacilada que le soltó a Jinete...
Tampoco la de éste cuando se la soltó más gorda.
El expresidiario se lo llevó a tres metros del origen del conflicto, en el mismo bar. Un ambiente cargado y viciado.
La mirada del repetidor inútil siempre de fondo, desafiante y cómo a la espera.
El que anunció la aparición de los Chunguitos en el bar, ahora le apuntaba a Jinete que debería abandonar el lugar. Apropiado lo de "apuntar" cuando también te comentan que aquél imbécil llevaba pistola.
Sabe Mañitou, conocedor del destalento, que si nada le indican, el que desafía al viento se hubiera marchado en pocos minutos. Porque no había buen rollito en situaciones semejantes.
Cómo sabe Mañitou que por culpa de ello, el Jinete se quedó allí por espacio de más de una hora.
Continuo juego de miradas con alguien que no te gusta un pelo. Que cosas.
Porque una exuberante rubia que sepas que lleva pistola, seguro que no es lo mismo...
Y perdiéndose una barbacoa con los colegas. Sumamente alcoholizado y sin saber ni en que hostias de día vivía.
¿Jueves al mediodía?
Cuando llamaban los buitakos para el evento parrillero creía que le estaban tomando el pelo.
Tras llegar a casa, acostarse y demás, oye en la radio que en un bar cercano a su casa han disparado a alguien. En un garito de la avenida Madrid.
Inconscientemente, se pregunta; ¿ no habrá sido...?
Pero no, va a ser que no iban por ahí los tiros...
Moraleja final que uno saca del asunto; Te puede joder no acudir a una barbacoa. No se porque coño cuento algo que ya no pensaba contar y encima en 3era persona.
Y lo último, y más importante; que gente más maja puedes llegar a encontrarte camino a casa y en los bares de toda la vida. Lo digo porque hoy mismo me he vuelto a encontrar con uno de los maderos que relataba en un anterior post, y me ha pagado el almuerzo.
Y vaya si se alegraba de verme.
Ciertamente, espero que otros, no.
La definición final para la gente que trata de romper tan hermosas moralejas, ¿¿pudiera ser la de "Tontobala" ??

2 comentarios:

  1. Impresionante. Algo "duro" de leer, pero impresionante documento. Cambiaste panceta por un expresidiario armado. No es tan sabio el Jinete

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  2. Bueno si, lo de "duro" de leer lo acepto en todas sus acepciones...

    Supongo que me pierde el agua de fuego en las noches y los carajillos en las mañanas.

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