Pero hay veces que el viento besa la cara en forma de lluvia y otras en las que la lascivia de las madrugadas quiere llegar a un hondo penar...
Como existencia, la efímera cordura.
Quien ve sus labios pasar.
Sus nudos sin enlazar
y sin sentir atadura.
Y aún asi, sin avisar,
mil marinos en el mar,
tratarian de encontrar
el oleaje en su bravura.
Arena que sólo desperdicia el tiempo,
que no pasarás a su lado.
El querer de sotavento
de navegante frustrado.
Timonel a la deriva
y tantas veces cuestionado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deje AQUI su comentario