martes, 9 de febrero de 2016

Españoleta

Fue un antiguo baile español.
Actual Estado de derecho,
de la derecha contra el guiñol
en un teatro insatisfecho.
 
Mueven los hilos del poder,
dejan títeres sin cabeza.
Obra muy fácil de comprender;
el control como sutileza.
 
Para cualquier representación
tengan ustedes la decencia
de no faltar a la nación
o acabarán en la Audiencia.
 
Corramos un tupido velo,
o hagamos ese intento,
así quedará el consuelo
por no haber enaltecimiento.
 
Curioso ese terrorismo...
¡Que se trataba de una función!
Paradoja contra realismo
para acabar en prisión.
 
Cuando se agita la tensión
en la cávea de marionetas
la libertad de expresión
siempre va a hacerse puñetas.

martes, 24 de febrero de 2015

Antípodas (del griego anti: "opuesto" y podós: "del pie").

Imaginemos que acudimos a un partido de fútbol en el que se enfrenta Huesca contra Alemania por un puesto de clasificación para el próximo Mundial de Fútbol. Puede sonar totalmente descabellado, no tanto si eres un habitante de las antípodas, de un país lejano y recóndito, pero con la misma población que la capital oscense.
Al sur de Hawai un territorio compuesto por cinco islas volcánicas y dos atolones de coral, bastante cerca de las Islas Cook, de Tonga, el rimbombante archipiélago Tokelau, o de las seductoras islas de Wallis y Futuna. Lugares de los que apenas sabemos gran cosa, en los que suponemos cocoteros, bailarinas animosas y algún zambombazo nuclear de vez en cuando, si los señores que manejan la botonera perversa del planeta deciden estar probando.
Pertenece a la eterna lista de estados a los que no dudan en cuestionar su soberanía de mil maneras distintas; territorio no incorporado, en proceso de descolonización, territorio dependiente, no autónomo bajo supervisión... Vamos, que el día que obtengan la independencia plena se jugarán a los chinos si eligen monarquía o república, por convertirlo en algo simbólico después de haber estado dándole tantas vueltas.
200 km² de paraíso exótico y la misma población que Huesca. A estas alturas doy por hecho que todo el mundo sabe de que país hablo: Samoa Americana.
No confundir con su hermana mayor, la Samoa a secas (aunque conocida como Samoa Alemana durante la I GM), pues ésta tiene más habitantes, tantos como tres veces Huesca exactamente.
No es un dato para la risa. De risa es que al lado tengan una nación que la bautizaran en honor de una provincia holandesa que casi no tiene ni la tercera parte de población que la de Zaragoza. Lástima que Nueva Zelanda no la pillasen los aragoneses en su nacimiento, hoy sería muy bonito contemplar en los mapas un Nuevo Sobrarbe o una Nueva Ribagorza.
Pero dejemos la demografía y los topónimos para otra ocasión y ciñámonos al tema, que quería contar la curiosa historia de un documental que todavía no he visto pero del que hablan maravillas, Next Goal Wins, traducido por aquí muy alegremente como "El peor equipo del mundo".
Si se busca por su nombre original en Pirate Bay y luego vamos a Subdivx a por los subtítulos no es difícil hacernos con ella -Esto no puede ser piratería porque no comparto enlaces directos sino información. No?...-.
Excelentes críticas en la red incluso por personas que confiesan no gustarles el fútbol.
Es la crónica de una superación, física y mental. La historia de la selección de Samoa Americana, descendida a los infiernos futbolísticos durante muchos años y considerado como el peor equipo nacional del mundo de todos los tiempos. 
Los antecedentes: 11 de abril de 2.001. Ronda de clasificación para el Mundial de Japón y Corea, los samoanos como locales se enfrentaron a Australia. Resultado final de 0 a 31. O lo que es lo mismo, haciendo cuentas rápidas, recibieron un gol casi cada 3 minutos. Que vivas en un país minúsculo y que el fútbol no se siga allí apasionadamente tampoco te salva del ridículo. Los más desalmados, hasta ofrecieron resúmenes del partido:  
  
En el 2.011 decidieron poner fin a su peculiar travesía por el desierto de 17 años contabilizando sólo que derrotas y marcando 2 goles únicamente. Según cuentan, tras una lógica serie de portazos -no encontraban a un entrenador extranjero y masoquista que se hiciera cargo del equipo- por fin dieron con la persona adecuada, un técnico holandés veterano y trotamundos, Thomas Rongen, que tuvo la complicada labor de poner a esa selección a tono.
Amplió las sesiones de entrenamiento, les inculcó una disciplina más fuerte e incluso les impuso un régimen alimentario -parece ser que hasta entonces la única dieta que realizaban era cambiar la hamburguesa por la pizza los domingos-.
Cuentan también que el portero del 0 a 31 vivía escondido, deprimido y avergonzado en algún lugar de las islas. 10 años después de aquel fatídico encuentro, el holandés fue a buscarlo, lo recuperó ofreciéndole ayuda psicológica y lo mostró como ejemplo para todos los demás.
Y... el milagro llegó a las pocas semanas; Samoa Americana se imponía a Tonga por 2 a 1 en la clasificación del Mundial 2.014.
No creo que lleguen jamás a jugar algo importante, pero una gran gesta en un mundo de humildes si han demostrado que puede realizarse. No hay como descender a los abismos para degustar con mayor gloria un éxito, por pequeño que sea.
Peculiar equipo el de Samoa Americana. Tanto, que hasta pueden presumir de tener el primer transexual admitido por la FIFA, Johnny Saelu. Juega con los hombres porque no le dejan jugar en la selección femenina. En palabras de su entrenador; "Se ha convertido en alguien muy importante dentro y fuera del campo. Ella es un ejemplo".
Creo que el documental merecerá la pena...


domingo, 8 de febrero de 2015

Enero y febrero, el retorno gastronómico (AKA "Otros 2 meses en cuarenta días").

No pienso explayarme con la cena de enero por varios motivos. Uno es que al fin dimos por concluídas las jornadas de la tapa y el pincho, que aunque esté muy bien lo del rollito económico lo cierto es que había ganas de dejarlo atrás. Y si, yo fui el precursor de la iniciativa, pero como experimento culinario una vez y no más.
Otra razón es por cuestiones de ética y seriedad; no puedo detallar mucho sobre un garito que ni siquiera aparece su nombre en Internet. Se supone que está en algún número de la calle Baltasar Gracián y que se llama Bravas y rabas. He probado búsquedas como Rabas y bravas, y hasta Barras y barbas, y sigo sin obtener nada, eso si, con resultados muy graciosos. Si no supiera donde se ubica el garito habría llegado a buscar el Baltasar Gracián de Bravas y rabas, dado el gusto que impera últimamente en nuestra ciudad para los nombres de las calles. Molaría que se sumara la temática de las raciones a las de videojuegos y películas. Estaría bonito, y también muchas otras.
Al lío... 
Ronda cervecera inicial en la Zona Heavy y excursión en manada hacia destino.
Brazos en alto fue el Maestro de Ceremonias.
Torreznos troceados al estilo montañés, regados en su propio jugo a baja temperatura (si los hubieran calentado un poquico habría sido la hostia).
Timbal de papas agitado en su doble salsa emulsionada. Al fondo, palitos crujientes de teuthida con lágrimas de cítrico.
Mejor así, es que si lo simplificaba mucho luego no quedaba bien contar toda la variedad de croquetas que tienen en esta tasca: de espinacas con emmental y nueces, pavo trufado con pasas, morcilla con piquillo y frutos secos, de champiñon con gambas, de pollo al limón con curry, de rabo de toro...
Unas mini-hamburguesas como guinda final para quedar satisfechos.
El total, incluyendo el bebercio -no tomamos allí café ni chupitos- fueron 39 €uros los 4 mardanos.
Si un dia encuentras el garito en la calle Baltasar Gracián (sin tener ninguna otra referencia) es una opción más que aceptable. 
Qué aspecto tiene? Si le quitas la televisión y los expositores de la barra, perfectamente podría haber aparecido como tasca en un episodio de Curro Jiménez, con su mobiliario de madera y demás atrezo -no me fijé si tenían recipientes de barro-.
Y llegamos a Febrero. Si de Bravas y rabas de información ni flores, si del Doña Margarita, el garito donde estuvímos el jueves pasado. Por cierto, que acabo de buscar "Papas y rabas" en un momento de inspiración pero tampoco he hallado nada.
Doña Margarita tiene Facebook y página web aquí

Restaurante con menos de medio año de vida y situado en Arzobispo Apaolaza 2
Quien escribe se dejó llevar por su sano criterio y las buenas críticas del garito que pululan en la red, y creo que hablo en nombre de todos si digo que fue un acierto -Lo sé, me han puesto el sambenito de que los garitos que elijo yo siempre son cojonudos y a los demás siempre les saco pegas. Si fuera totalmente objetivo no me expresaría en un blog de opinión, lo haría en el BOE, que uno tiene que defender lo suyo...-. 
Con lo de las referencias en la red, cada vez tengo las ideas más claras; si hay sólo 4 opiniones de un lugar y son buenas, pensemos que el dueño, su hijo y los 2 camareros estarán detrás. Si hay 15 críticas buenas y 5 malas, guíate siempre por el porcentaje. Si existen muchas opiniones pero la última tiene una antigüedad de un par de años, te puede suceder como a mi una vez en Barcelona, que te plantes en el garito y que en la actualidad sea una guardería. O algo peor.
Es una suerte que podamos pronunciarnos sobre las cosas más diversas, pero como en todo, eso tiene sus riesgos. Hay mucho parlanchín de taberna al que le gusta hacer crítica destructiva porque ha tenido un mal dia, o porque se siente frustrado al pagar la factura y darse cuenta que no ha podido tratar al servicio como auténticos esclavos, que ya sabemos que existe gente que se mueve por ahí con el lema de "Pago, pues exijo lo que me dé la gana". Es fácil imaginar a personas así luego en su casa, cenando judías caducadas y con una manta por encima por aquello de ahorrar y no dar la calefacción. Ese es el riesgo, el criterio de los cicateros. Sobra decir que, en mi caso, las opiniones son desde mi cachondeo propio y con la primera idea que me viene siempre a la cabeza. Es un ejercicio muy reparador. Si fuese totalmente objetivo escribiría en el BOE; si me sintiera un auténtico profesional de la materia, lo haría en Tripadvisor. Vamos, que las críticas en  la red vienen a ser como aquel viejo eslogan con el revólver: Dios creó a los hombres; Samuel Colt los hizo iguales. Los hombres crearon Internet; Tripadvisor les concede criterio absoluto a todos.
Joder como me enrollo...
Puede verse el menú del Doña Margarita en su web, pero es meramente indicativo y es más fiable hacerlo por Facebú, pues la carta la renuevan gradualmente.
Nos dejamos llevar por el chef con la elección de los platos, una opción que siempre tiene su encanto.
Frijol cubano con arroz y tocino ibérico.
Arroz con gallina trufada y yema.
Canelones de atún y pimientos.
Almejas con alcachofas.
Para mí, que no me van nada las alcachofas, me resultaron suculentas.
La foto engaña; parece que estén servidas sobre un peldaño de escalera de discoteca, pero era un plato de diseño...
Los platos fuertes si los pedimos al capricho de cada uno.
Rabo de vaca estofado al vermú casero para servidor.
Manitas rellenas de setas y jamón para Topo Indeciso.
Hojaldre con ciervo y salsa de zarzaparrilla para Llama Eterna.
Daditos de solomillo de cerdo con verduritas y salsa de soja para Brazos en Alto.





























Postrecillo y 2 botellas de vino, con las que también nos dejamos asesorar.
Todo ello, más la ronda previa de cervezas y carajillos, 88 €uros.
Si no aporto grandes descripciones a los platos es porque merece la pena el ir a probarlos, y las fotos creo que ya hablan por si solas.
Sacar algún defecto? Al rabo de vaca quizá le faltaba algo de sal, pero no hice ningún esfuerzo por apañarlo porque a esas alturas estaba saturado de comer y masticar ya era para mí una tarea mecánica.
El apunte jocoso sería que en mi anterior post buitako-gastronómico dije de hacer nueva temática, y como ejemplo mencioné "personal de cocina natural de Zamora". Resulta que la camarera de aquí era de Burgos, esas casualidades que siempre nos ofrece Mañitú...
Me gustaría proponer en este nuevo ciclo, garitos que comiencen por Don o Doña; valdrían también restaurantes donde nos traten de usted.
En definitiva, un lugar notable. El listón para el resto del año ya está alto en febrero.

viernes, 6 de febrero de 2015

La brújula de los vientos.

Algo mágico tendrá la radio para que más de cien años después de su invención sigamos enganchados a ella, que permanezca inalterable a pesar del auge tecnológico de nuestros días. Bueno, no exactamente...
También ha experimentado cambios, lógicos, por otra parte.
En su nueva función la definen como la "radio del futuro". Un término pomposo para expresar una evolución prácticamente natural, que no es otra que la retransmisión por Internet.
Una de estas plataformas es Radio4G. A sus mandos, un viejo conocido,  J.A. Abellán. 
Selección de emisoras a la carta, de sello propio y también de todo el mundo (Incluso 5 canales de Heavy Metal, oiga).
Me centraré en un programa en particular que ofrecen a través de esta web,  La Escóbula de la Brújula. Otra proceso natural -si sirve la expresión- de un programa tan mítico como La rosa de los vientos, un espacio con un universo paralelo de seguidores éste último, con tantos admiradores como detractores. Y es que, es inevitable, cuando los cambios se producen en algo que ha forjado su propia leyenda, la gente tiende a ser reticente. Pasa con los grupos de música, las series de T.V... En su caso, la muerte de J.A. Cebrián, su director, hace ya unos años, fue el detonante para que salieran los partidarios o enemigos con la renovación que sufrió el programa, con colaboradores que se marcharon y otros que entraron nuevos. Nacieron así dos potencias; los escóbulos y los rosaventeros. Pues bien, yo soy de los que están encantados con que coexistan los dos espacios, con sus virtudes y sus defectos. Ojalá no se limitasen solo a la programación de fin de semana; ojalá en la caja tonta tomaran ejemplo y enriquecieran sus contenidos con algo similar y dejaran de una vez por todas su fórmula tele-basura. 
El servicio de podcast, ese gran invento para la humanidad... que puede convertirse en un deporte de riesgo si, como yo, hay días que te retiras a dormir mp3 en mano. Despertar con él clavado en la espalda o con los auriculares formándote una horca se han convertido en lo habitual. Desconozco si existen precedentes de muerte accidental por estos hechos, de no ser así, si algo me ocurriese en el futuro propongo el Sacrificio Marconi o el Martirio Tesla como acuñación para semejante percance.
La magia de la radio en el silencio de la madrugada a pocas cosas puede equipararse. Es gratificante. Una sensación de bienestar que produciría un día que enchufaras la tele y descubrieras que Tele 5 ha dejado de existir.
Te puedes quedar dormido, pero despertarte de improviso porque alguien ha susurrado en tu oído las últimas investigaciones sobre las líneas de Nazca. Cambias de postura y, sin saber en qué momento exactamente, vuelves a conciliar el sueño. Sería interesante saber en qué trabaja tu subconsciente cuando te entregas a Morfeo de estas maneras; no es raro recordar algún pasaje donde estabas visitando la Zaragoza romana o embarcándote en alguna travesía extraña.
Ayer sin ir más lejos tuve un encuentro con los visigodos, que fue la temática de uno de los programas de La Escóbula. Buenísimo.
Igual te contaban la distintas técnicas para la datación arqueológica, que escuchabas un entierro visigodo cantado o te sorprendías con algún capricho de la filología germánica, gracias a la interpretación que daban sobre un relieve: Para los visigodos la luna era masculino y el sol femenino. Así que tened cuidado si vais al baño de un bar en Alemania y os guiaís por los dibujos que indican...
De un tema te enlazan a otro en un crescendo constante. Ahora empiezan hablando de Ooparts... en qué momento terminan desviando el coloquio para explicarte que hubo un tiempo donde cinco especies distintas de homínidos convivieron al mismo tiempo? Es todo un misterio. Un gran y atractivo misterio.
La radio ofrece cosas para quienes quieran sentirse a salvo. Sálvame del naranja y del limón (creo que también hay una edición deluxe...).

viernes, 16 de enero de 2015

Cenas buitakas. 12 meses, 11 causas.

Podría ser peor; aún no se cumple el año exacto desde mi última crónica. Con la sensación de tener casi el mismo número de excusas como de días, pero bueno, por aquí continuamos. A ver si en esta ocasión con algo más de regularidad.
Ofrecer un resumen de las cenas buitakas 2.014 se ha convertido en una ardua tarea, para qué engañarnos. Dada mi consabida facilidad para olvidarme de todos los pequeños detalles con el tiempo (y los que no son pequeños. Y aunque no pase mucho tiempo...), no me queda sino agradecer que en las propiedades de cada fotografía aparezca la fecha en la que se realizaron y poder resolver este enorme rompecabezas. Usar el Whatsapp de forma cronológica para relacionar meses con restaurantes también ayuda lo suyo, pero es un ejercicio agotador; hay que joderse, en un grupo que se crea para quedar y comentar las jornadas gastronómicas los temas más variopintos que se pueden tratar. Termina uno con un par de dedos a los que sería imposible tomarles las huellas dactilares. Ahora entiendo ciertas afirmaciones alarmistas sobre aquello de que el pulgar humano sufrirá una evolución con las nuevas tecnologías y sus pantallas táctiles, de hecho, cuando vuelva a cortarme las uñas ya no sé si usaré tijeras o tendré que bajarme alguna aplicación.
Las celebraciones de cada primer martes de mes, que en varias oportunidades fueron a finales y el día de la semana que nos dio la gana. Buitakos, ese pueblo libre y anárquico. 12 meses, 11 cenas. Porque hasta hubo una que nos la saltamos a la torera. 
Un año conflictivo. Cada vez parecía más difícil acordar el día que viniera mejor a todos, por causas mayores de toda índole: trabajo, cumpleaños, conciertos, visitas a hospitales, reuniones de vecinos...
Si, si, lo he apuntado bien, Topo Indeciso alegó una reunión de vecinos para cambiar una fecha. No tiene perdón de Mañitú. Lo de la visita a hospitales como excusa para cancelación de cena bien pudo haberse compaginado también con esa otra circunstancia...
Trataré de aportar mis vagos recuerdos de cada garito y no exprimirme la sesera en describir lo que cenamos. Poco menos que cada instantánea para mí, ahora, es como contemplar arte. ¿Qué te sugiere esta fotografía?  Memoria cubista plasmada sobre lienzos inacabados...
Era Marzo. Brazos en Alto como Maestro de Ceremonias nos descubrió este gran lugar. "La pequeña Europa":

En pleno barrio de La Magdalena. Establecimiento regentado por una moza alemana. Salchichas de todas clases y tamaños, chucrut, hamburguesas, fondue y otras delicias. Creo recordar que estaba bien de precio... El único inconveniente es su espacio tan limitado; sólo dispone de 3 ó 4 mesas y hay que reservar con antelación.
En el apartado de licores destaca por su variedad. Puedes visitar toda Europa a base de chupitos. Mención especial para el
Goldwasser de Danzig, un aguardiente alemán con virutas de oro. Nunca tuvo más significado la expresión "lingotazo". Estaba rico y disfrutabas como un enano removiendo las partículas.

Al mes siguiente tocó el "Café del Marqués". Pagaba Llama Eterna.
Lo recuerdo como uno de esos sitios que te sorprenden con su cocina porque esperabas mucho menos al entrar. Que si observas el toldo desde la calle quizá pienses que sólo ofrezcan churros hasta las 12 y torreznos y tortilla de patata después.
Pero no...
Un sitio muy "apañadico". Éste lo recuerdo algo caro, pero quizá sea una mala pasada de mi terrible memoria.
Fueron meses agitados. Yo me encontraba trabajando en Barcelona entresemana y concretar fechas para cenas era muy arriesgado. Llegué a sentirme como una propaganda de circo con mis anuncios: "Chavales, ya estoy en Zaragoza. Y puede que me quede durante 2 semanas más". En esa ocasión me decanté por el "Asadorada". Con la cena de empresa de la pasada Navidad ya es la cuarta vez que les visito y nunca defrauda. Gran cantidad de platos donde elegir y una bodega tremenda.

Veo que me va a quedar un post bastante inusual, con más platos que en un campo de tiro y escuetas descripciones. Pero bueno, todo sea por no alargarme demasiado (claro, claro...). Si al menos hubiese recopilado las facturas de cada sitio...  En 2.015 ya haré mejor los deberes.
Fue una apacible noche de domingo de Junio -para algunos, yo estaba de jodida resaca- cuando Topo Indeciso nos llevó a "La Reserva".
Mala memoria y resaca de cien pares de narices, ¿Qué esperar? Espantosa combinación. Está en la calle Cadiz, y cenamos chuletón a la piedra porque así lo demuestran las fotografías. 
Pasemos a la siguiente.
Llama Eterna nos citó en "El Allar". El garito se lo buscó Brazos en Alto porque el otro no tuvo tiempo para tal fin. Milagrosamente dispongo de dos fotos, pero desconozco totalmente qué cenamos aparte de la ensalada de ventresca, el pan con tomate y el plato de embutidos fríos. Me quiere sonar que pedí de carne presa ibérica. Pero vamos, que alguien me dice bacalao y diré bacalao...
Llegamos a recuerdos más recientes con el final del verano. "La Farándula", elección de Brazos en Alto.
Siendo tan tradicional como soy, los lugares cool, chic o fashion me horrorizan. Supongo que mantengo con ellos un sentimiento recíproco. Apréciese que uso el verbo horrorizar porque me parece de lo más píjamente oportuno, y algo así me imaginaba con éste garito pero no, a veces es malo generarse ideas preconcebidas. A todo hay que darle una oportunidad y si nos ha gustado, nada como decir después que esto o aquello era divino de la muerte...
El menú creo recordar que salía por un pico elegante, así que cogímos la opción más asequible del menú cerrado degustación de 30 euros por persona.
Es inevitable no ilustrarlo con el mensaje de whatsapp de nuestro Maestro de Ceremonias:
Aperitivo- Calabacín con queso.
Ensalada templada de pollo confitado.
Bacalao crujiente.
Entrecote "nosequé" (no he oído bien).
Postre, agua y vino.
No es uno de esos restaurantes al alcance de todos los bolsillos pero si por supuesto recomendable. Cada detalle siempre suma, y además de lo bien que cenamos merece un reconocimiento el trato de su personal, que igual te preguntan si el plato ha sido de tu gusto que se ofrecen para tomarte una foto.
La terraza para tomar luego el café es un sitio molón en un espacio tan egoístamente urbanita (no sé cómo no me dedico a la novela con semejantes dotes descriptivas).
En Octubre me tocó a mí aflojar la cartera. Y como fuímos al garito del colega Castillo pues imagino que tampoco puedo ser muy imparcial.
Aquí nació un nuevo concepto gastronómico que imperaría en las siguientes 4 cenas. La observación exacta de mis compañeros fue; "Cabrón, que cambiamos los manteles por el tapeo".
Dicho y hecho.
Opiniones para todos los gustos. El "Viva Zatapa" es un sitio para veganos, pero mucho más elaborado que los otros garitos de esta ciudad en su categoría (¿debería llamarlos del mismo ramo?). Yo que puedo aportar... Preferí esa cena a la experiencia del Baobad y su numerito del huevo frito con sabor a plastilina, o del "Raíces", que sin ser propiamente un vegetariano, me dejó la sensación de haber cenado lo que anunciaba su letrero junto a alguna que otra corteza de árbol.
Todo bien y correcto aquella noche, desde el enfoque del carnívoro acérrimo de alguien como yo, claro está. No me sentó mal la comida pero hubo a quien si. El whatsapp al día siguiente parecía una letanía pagana maldiciendo al Dios humus y a todos sus discípulos.
Noviembre. Topo Indeciso nos llevó a "La Pérgola". 
Si nos ceñimos a la poca información del bar en Internet, parece que se tratara de un sitio clandestino. Con decir que la foto de la fachada la he tenido que sacar del Street View de Google...
Garito de barrio de los de toda la vida.
Poca historia, comida correcta y camareras guapas.
La opción "tapeo" es lo que tiene.
Última cena del año a cargo de Llama Eterna. El "Artigas". Quien haya estado alguna vez en Zaragoza o habrá visto El Pilar o habrá tapeado en éste garito. Es una fórmula matemática.
Todo solera, paraíso de tapas. Únicamente hay que vigilar que no coincida el día que vayamos con algún partido importante de fútbol, porque es la Meca del aficionado garrulo. Pueden llegar a escucharse entonces unas cosas...
En fin, doy por terminado el reportaje a pinceladas del 2.014. Cuando haya sido debidamente digerido haré la crónica de Enero, que supuso la clausura de las jornadas del tapeo.
La siguiente me toca a mi. Habrá que innovar y buscar una nueva temática. Quizá restaurantes de nombre compuesto y que comiencen por J, o garitos en cuya cocina trabaje personal que sea natural de Zamora...
Algo se nos ocurrirá.

viernes, 7 de febrero de 2014

Restaurante Al Kareni.

Primero fue el Mustafá y después La otra, en esta ocasión, aún a riesgo que un día terminemos afeitándonos con cimitarra ante tanto capricho gastrónomo-berberisco, Topo Indeciso nos citó en el Restaurante Al Kareni para la cena buitaka del primer miércoles de febrero -21 del mes Safar en su año 1.436 (Anno Hegirae), si se prefiere y según mis cálculos-. Son las paranoias propias que causa el rollito de hacer tantas cenas etnográficas seguidas. Es muy curioso lo de las fechas; los hindúes están ahora en 1.936, los chinos en el 4.712, los hebreos en el 5.774 y nosotros, desde que manda el PP, tenemos la sensación de sobrepasarlos a todos ellos. Aunque la época a la que les gustaría hacernos retrotraer, sin duda alguna, estaría cercana a la de los primeros. Cualquier día pillan el calendario gregoriano y lo someten a un recorte también, por aquello de cuadrar las cuentas o, mejor dicho, excusar así sus perspectivas de futuro. 
Al Kareni está en la calle Don Teobaldo 14, sin un cartel en la fachada que lo revele fácilmente, aunque el arco de su entrada pone bastante sobre la pista. Esas puertas misteriosas que no sabes qué puedes encontrar adentro, un restaurante apañadete, un fumadero de opio o un decorado que igual no desentonaba para unas tomas de Casablanca... Al cruzar la entrada te impregnas de su ambiente exótico, por descontado, pero una misteriosa fobia hacia esos lugares tan sumamente recargados te sugiere la posibilidad de que tropieces en la oscuridad con una silla de montar en camello o, ocupando tu lugar a la mesa, quizá al sentarte puedas escachar unos crótalos que alguien dejó por allí. Pero no, pese a la sensación de abigarramiento en cada uno de sus rincones, las zonas de paso y esparcimiento son más austeras.
Disponen de página web, lo que me simplifica mogollón las cosas.
Cuentan con una oferta sensacional para miércoles y jueves del 50 % de descuento en el menú de su XVI aniversario, que es el que elegímos:
El cóctel consistía en 4 chupitos de vino de los que saben a florero y 10 olivas.
Cada bandeja que se muestra es para 2 personas. El primero llevaba los burritos que aquí llaman almojabanas, las patatas a la menta y, en los platos más pequeños, la crema de garbanzos y sésamo, el yogurt con menta y pepino y los pimientos con nueces.

























Lo que menos me apasionó de la bandeja fue la crema de garbanzos. El queso algo suave y discreto, el yogurt interesante, los pimientos y las patatas ricas, aunque el matiz de la menta en estos platos me cuesta cogerlo de inicio. Mezclar unas cosas con otras ayuda mucho a asimilarlo todo bien. Es un avance, hasta hace cuatro días veía la menta sólo para infusiones.
Siguiente ronda para los almendrados de espinacas, pasteles de pollo y berenjenas con miel:

























Me intrigaba ver en la carta la arabización de Al-mendrado, y resulta que es de esas palabras que comienzan por Al pero que no vienen del árabe. Claro que, de no haberme llamado hoy la atención tampoco habría buscado su etimología; su orígen del griego amygdale, a su vez de amyche, que significa "cicatriz" y que se supone que era lo que veían los griegos tras la corteza verde de las almendras, muchas incisiones que formaban pequeñas grietas. Cáscatela, nunca mejor dicho. Te lo creas o no, así lo explicó en su momento Herodiano de Alejandría. Si las palabras no hubiesen evolucionado lo suficiente hoy le diríamos a alguien que está mal de la almendra y podría pensar que se le está infectando una herida que ya tenía cerrada, me quedo con eso como conclusión final.
El pastel de pollo estaba cojonudo, los almendrados de espinacas pasables, pero los fritos de berenjenas con miel no me aportaron nada. Te enterabas que llevaban berenjena si los abrías, porque aquello era una masa churrera pringada de miel que no daba lugar a distinguir más sabores. Para untar con un buen chocolate a la taza, vamos.
Tiempo para el cuscús especial de la casa:
También lo encontré discretito; poco pollo y escasa salsa, deberían estirarse más con el caldo y, por qué no, acompañar también con un poco de cordero.
Bebímos 2 botellas de Viñas del Vero, cambiamos los habituales carajillos por una formidable tetera de té a la menta y canela -que aquí si que estaban generosos en el tema de los hierbajos y metieron ingredientes como para preparar una ensalada- y nos despedimos con un pequeño postre:






























Conclusión: de los tres garitos árabes visitados recientemente (aunque "La otra" no sea propiamente árabe, pero tiene cierta conexión y hace unos años era una tetería) me sigo quedando con Mustafá, el libanés. No tengo la referencia de cuánto nos cobraron esa vez, imagino que más caro, pero también nos gustamos y no pedimos un menú cerrado sino que nos dejamos empapuzar por todo lo que al camarero se le ocurría. Lo que es algo muy distinto.
Al Kareni está más próximo a "La otra", y no tan sólo por su cercanía.
Al final, aplicando el descuento de los menús al 50 %, teniendo en cuenta que la bebida no estaba incluída, que se pagó también la ronda previa de cervezas y que no sé si realmente nos sentaríamos sobre crótalos o rompímos cualquier otra cosa, la cuenta salió por 100 €uracos.
¿La digestión? Pues fue un puto infierno. Ni hora y media andando tras la cena sirvieron para aligerarla. 

miércoles, 15 de enero de 2014

Restaurante Carpanta.

Hay quien dice que me cebé bastante con el garito anterior y es razonable; suerte que no me cebase del todo, porque es recordarlo y entrarme apetito, qué le vamos a hacer. Y no precisamente por lo que colmaba su menú de precio astronómico.
La casualidad quiso que uno de los personajes más míticos de la cultura popular en lo que al hambre se refiere, tuviera su cabida en nuestra última cena buitaka: Carpanta, el restaurante. En la calle Vírgenes 7 de Zaragoza. Que tenga yo noticia, el único establecimiento griego de nuestra ciudad. Existe algún que otro lugar que te pinta la cosa maravillosa pero luego terminas decepcionado o te dan mucho por culo, pero esa es otra clase de griego. Allá cada uno con su postura...
Y Jinete del Viento, en su condición de Maestro de Ceremonias, optó por este sitio, no sin cierto temor a que se repitiera un episodio parecido al de la anterior cena. Pero ya se sabe, si un garito tiene buenas opiniones en Internet casi vas a lo seguro. Algo tiene el agua cuando la bendicen, gran verdad. Y no como se hubiese expresado un griego en la cena de diciembre: ἄριστον μὲν ὕδωρ ("Lo mejor es el agua").
Nos quedamos satisfechos, ciertamente. En un restaurante griego no puedes esperar que te pongan raciones pequeñas, esperas un platón, que además tiene su lógica (había que meterlo...).
Disponen de varios tipos de menú, como consta en su web, y ese afán del pueblo buitako a pedir siempre lo que parece más completo, o quizá el miedo a no quedarnos bien a gusto, hizo que eligiéramos el menú degustación para grupos de 25 €uracos, que hay que probar un poco de todo.
Una ambientación típica mediterránea pero sin saturaciones, un local pequeño, apenas siete u ocho mesas. Un servicio diligente y armonías griegas de fondo -tengo la duda si la mandolina de esta gente es aquello conocido como buzuki, que yo, en mi ignorancia, siempre he llamado balalaica. En todo caso, el instrumento ese que todo dios conoce por un viejo anuncio de la marca Andros.- que parece terminan la canción y se aceleran, terminan la canción pero se aceleran, así todo el rato. Ni siquiera tengo claro que haya silencios entre tema y tema, sino un mayor espacio en los cambios de ritmo. Hasta ahí mi resumen de la música griega, la teoría de la canción infinita.


























En los entrantes nos dejamos aconsejar por el metre (odio escribir maître, aunque así lo aconseje el corrector) y disfrutamos de un Retsina Malamatina, que al parecer es un tipo de vino blanco que le meten algo de resina de pino durante la fermentación y que está cojonudo. Posteriormente caerían dos unidades de tinto Naoussa Boutari, un vino muy normalito. Un dato curioso sobre los caldos griegos, al menos en este restaurante, es que no encuentras botellas de más de medio litro. La explicación puede que esté en las propias palabras del señor Boutaris, en un reportaje que de él hay disponible en la red: "Grecia no tiene tradición vitivinícola. En cierto sentido, los griegos odian el vino, porque les recuerda su situación de pobreza después de la II Guerra Mundial. Tras la guerra, la cerveza era una bebida de lujo, una bebida en botella, mientras el vino se vendía a granel"
Puede que sea un sencillo ejercicio de marketing; véndelo como si fuera más exclusivo y en menor cantidad, que si no sólo te lo comprarán los pobres. A saber...

























La tanda inicial de entrantes con sus chipirones a la parrilla con yogur de ajo, Psaropita (hojaldre relleno de pescado y marisco),  ensalada de queso feta y... esa misteriosa bandeja de dos asas cuyo contenido no recuerdo ahora. Parece llevar queso y pimiento, pero no encuentro ningún paralelismo en la carta del menú...

























Tiempo para las Melitzanes (berenjenas rellenas de queso), Dolmades (hojas de parra rellanas de arroz y especias), buñuelos de bacalao y su acompañamiento de paté de berenjena.
El tercer plato de la foto son salsas de yogur y pepino, y de caviar rojo la otra. Sabrosas, pero forman algo más solido que una salsa, sin cuchillo de por medio ni puedes untarlas en el pan...
























Para acabar con una parrillada de carne y una musaka.
Postres con nombre de instrumentos quirúrgicos como son la Karidopita (tarta de chocolate y nueces), Baklavas (hojaldre con frutos secos y sirope) o menos rimbombantes, como la copa Carpanta o la Lesbos:
Carajillos, rato largo de tertulia con el camarero -nos dieron las tantas...- y chupitos de Ouzo Nostalgia -cuando empezaba a quedar poco le añadímos agua y aún así acabámos la botella. Teniendo en cuenta que Llama Eterna y Topo Indeciso se fueron bastante antes no está nada mal-.
Sumando a todo lo anterior una ronda de cerveza previas el precio total salió por 110 €uros, es decir, sólo 10 €urillos arriba de lo que suponía ya el menú degustación.
Genial.
Nos sirvieron rápido y eso que tenían unas tres mesas más que atender, nos dieron conversación y buen rollete, y probamos platos elaborados y originales. Todo a buen precio.
Cumplió con creces mis expectativas.