viernes, 7 de diciembre de 2012

Restaurante Baobab.

La última cena buitaka del año 2.012 a dos semanas de comprobar si son ciertas las profecías mayas que anuncian el fin del mundo. Algo se estará cociendo -aparte de tanta verdura éste martes pasado-, si una tribu tan voraz y carnívora como la nuestra recurre exclusivamente a los alimentos que pueda ofrecer la tierra.
Si, queridos, llámenle cena, aunque para mí fuese una cruel encerrona. El asistir a un local de amantes de la alcachofa y fanáticos de la sinergia tofu-calabacín, y sin previo aviso, para mi no tiene nombre. 
En la calle Arzobispo Apaolaza 10, Restaurante Baobab.
Brazos en Alto como Maestro y castigador de Ceremonias. A él le resultaba graciosa aquella situación, gozaba observando nuestras miradas cuando nos indicó que su elección había sido ese restaurante; sabía que alguno iba a echar muy en falta nuestra habitual dieta de carnes y yo, tenía todos los boletus...
Vaya por delante mi respeto hacia los vegetarianos, pero llevarme a un lugar así me produce el mismo desasosiego que a un talibán una fiesta de pijamas.
Siempre había oído que era el mejor lugar de la ciudad para este tipo de comida, pero nunca pensé que yo fuera a corroborarlo. Bueno, no creo que sea la expresión adecuada, porque no tengo intención de compararlo con ninguno más.
¿Cené bien? Pues chico, como que me faltó algo (o me faltó algo que no comí).
Algo esmerados en sus platos, virtuosos a la hora de transformar manjares de la huerta en hamburguesas y derivados, un correcto servicio...
Me lo imaginaba peor al leer el cartel vegetariano, justo cuando entrábamos por la puerta. Me veía comiendo forraje con cuchara y escupiendo pepitas de calabaza dentro de un saco.
Pero se trata de un garito sofisticado, tanto como su carta, donde podremos hallar desde brochetas de tofu, calabacín, soja y coco hasta una amplia gama de patés vegetales. Lástima no tuvieran un chuletón de manteca de cacao con su guarnición de cebollas, que yo creo que me habría arriesgado a probarlo.
Empiezo por los segundos platos porque fue ahí donde cometí mi mayor error, el pedir un "montadito de patatas". Todo, por ver en la carta que contenía un ¡huevo frito!, salchicha de soja, vinagre de Módena y las susodichas patatas. Cómo poder describir mi sensación; cojan un corcho, un plástico u otro material sensiblemente blando, córtenlo en pequeños pedacitos y viertan 2 litros de vinagre sobre las virutas resultantes. A ver quien tiene narices después a asegurar que las patatas no estaban bien hechas, que la salchicha de soja es una sosada o que el huevo era de gominola, porque aquello poco menos que era comer vinagre de Módena en estado sólido. A mitad de plato lo cambié por el de Brazos en Alto, que eran canelones XXL con girgolas, champiñones, boletus y shitake con bechamel trufada. Estaba muy rico, o así lo apreciaba mi paladar, casi cuando mi boca parecía ya el sitio perfecto para montar un almacén de encurtidos. Debo tener vinagre de Módena en sangre para 5 años después de eso.
Llama Eterna se comió una "no" hamburguesa (que sabe Dios los ingredientes que llevaba) y Topo Indeciso un Quiché de boletus.
Posando todos para la ocasión:
De entrantes pedimos:
2 surtidos de croquetas. Unas de setas, otras de quesos a las finas hierbas y, las más elaboradas, con tofu, zanahoria y avellanas.
 Champiñones al queso, con ajo, nueces y perejil.
Verduras rebozadas -puerro, ajo, espárrago triguero, zanahoria y calabacín-. Con la salsa romescu pasa algo similar al vinagre de Módena: "mitiga tus sabores"...
Risotto de boletus.
El postre que triunfó fue el Maria Luisa, que lo pedimos tres de nosotros:
Sopa de yogur y chocolate blanco con helado artesano de hierba Luisa. Alguien optó por pedirse un pastel vegano (plátanos, nueces y chocolate).
2 botellas de vino: una de "Habla del Silencio" (extremeño), que me encapriché yo por su nombre -es muy parecido al Viñas del Vero-, y otra de Conde de Valdemar (Rioja).
Nos cobraron los cafés y carajillos, pero nos pusieron unos chupitos (aún hubo quien tuvo cojones de pedírselo de hierbas).
Total factura: 143,60 €uros.
Quitando mi triste episodio con el montadito-regadito por doquier, el resto estaba bien. Pero con la sensación perpetua de que me faltaba algo, que le vamos a hacer...
Un restaurante distinto, si me apuran original.
El precio si que me parece bastante caro.

martes, 20 de noviembre de 2012

El mundo mágico de Alexia Sinclair.

En tiempos tan turbios en los que el Ecce Homo ultrajado pasa a ser símbolo de orgullo nacional, o que las aportaciones de un gobierno en cultura son más escasas que su propia sinceridad a la hora de llamar a las cosas por su nombre (entiéndase un "apoyo financiero" al hablar de un rescate o de "regularización de rentas y de activos" donde debiera decirse amnistía fiscal), desde este reino eufemístico, del que por desgracia formamos parte, al menos podemos seguir disfrutando de las expresiones artísticas que nos vienen del exterior -dáles algo de tiempo y quien sabe; quizá decidan prohibir la amenaza de semejantes influencias, justo cuando por fin consigan vetar cualquier tipo de manifestación ciudadana. Una población descontenta perjudica la marca España, ya se sabe-. Pero bueno, como los políticos a día de hoy, parece que no pintan nada, hablemos de gente que mima sus lienzos y no de los que sólo dan pinceladas de amargura para dejarnos a todos a cuadros.
Alexia Sinclair, australiana. Igual te pinta una foto que te maquilla un decorado a lápiz. Vamos, que le pega a todo esta creadora-diseñadora-fotógrafa. Desde mi descubrimiento de Luis Royo  que no me cautivaba nadie así.
Modorro y baturro como me siento a la hora de contemplar el arte, desde mi nulidad interpretativa, no percibo esos toques oscuros a los que algunos se refieren por internete a la hora de definir su obra. Es más, me encantan las imágenes, pero echo en falta una pizca de transgresión o mala leche (para mi gusto, claro). Un esqueleto a los pies del árbol, un búho real papeándose una serpiente...





Supongo que es fruto de mi admiración por Luis Royo y su lado más heavy.
Alexia Sinclair elabora estas maravillas mezclando sus fotografías con ilustraciones manuales.
En la foto de arriba, ¿No hubiera quedado mejor una calavera de centurión con casco en lugar de ese hongo, y un cielo aún más atormentado? Es light, pero muy chula...

No imagino a un ser tan bello llevando así una conversación con una calavera, pero desprende mucho encanto.
Aquí ya tenemos hasta casco de centurión.
Seguramente mi favorita.
Les remito a la página oficial de Alexia sinclair, todo un mundo imaginario por descubrir:
Alexiasinclair.com/



jueves, 8 de noviembre de 2012

Restaurante Brujas y Flandes.

Pues eso. Que no contamos con ningún refuerzo de invierno ni fichaje de última hora, pero que comenzamos la 5º temporada de tragaldabas buitakos. ¡Tal vez pronto en su cocina!
Y es que son ya cuatro años de peregrinación gastronómica, de veladas agotadoras en torno a demasiadas mesas, de charlas pausadas o animadas, pero esperando que la brasa nos la dieran siempre otros. Sus fogones, sus sartenes, sus parrillas... todo un arsenal culinario empleado a nuestro servicio en este tiempo: podríamos serrar ahora barrotes con tanto mordisco aplicado, o llenar piscinas enteras con ese jugo gástrico. Si, queridos, cuatro años de cenas dan para mucho en la vida de un buitako adulto. Hemos visto caer gobiernos, fronteras e incluso reyes y elefantes en este periodo, pero nosotros seguímos al pie del mantel. Cuando el mundo se tambalea, para el pueblo buitako sólo esta girando algo más rápido, y nadie puede eludir jamás su cita en la asamblea mensual. A no ser que se quede uno dormido, claro. Pero eso ya son otras historias que tampoco vienen al caso.
Llama Eterna como Maestro de Ceremonias, sacrificándose al máximo en su rol especial de encargardo de insignes aniversarios, llamó por teléfono y el mismo día a Brazos en Alto, con el escueto mensaje "díme un sitio de esos que vas pensando tú para las cenas, tío, que yo no tengo tiempo..."
El lugar escogido por el Maestro de Cermonias y su valioso asesor, restaurante Brujas y Flandes, en María Zambrano 48.
Me quedé con las ganas de preguntar al dueño el por qué del nombre, la razón de aquella historia tan peculiar. No sé, es como si abrieran en Amberes un garito llamado "Zaragoza y Aragón", que también sonaría un poco extraño. Pero bueno, si algo me llama la atención de Bélgica desde muy pequeño es su política; Flandes parece ser que tiene deseos de independizarse del resto del país y todo el mundo se pregunta que ocurriría si convocaran un referéndum. En Flandes no lo sé, pero en las provincias vecinas; ¿Cómo votarían los valones? Es una tontada como un piano, pero el otro día vi que un tío decía en la tele que los "coles" de Bruselas sólo dispensaban menús vegetarianos a sus alumnos, y la gente, se partía la caja. Cada cual se rie con lo que quiere.
Brujas y Flandes, siete u ocho mesas, no electorales. Desde la calle puede dar la impresión de ser sólo un bar-café. No hay que llevarse a engaño, y con una sencilla búsqueda en Google se comprobará la buena opinión que el personal transmite sobre sus viandas.
Tienen una densa carta y cuatro menús bien seleccionados. Elegimos uno de 100 €uracos para cuatro mardanos.
Ensalada de las que no saben únicamente a verde:
Una escalibada cuyos ingredientes no recuerdo especialmente, ya que me apliqué más con las siguientes criaturas:
Chipirones. Es la única pega que pude leer en los comentarios de la red. Pues chico, estaban bien. Sabían a lo que tenían que saber. No tenían premio o sorpresa dentro con un vale para una noche de hotel, pero eran más que aceptables:
Ese pulpo tierno, tierno. Que lo debieron de cocinar mientras sonaban de fondo canciones de amor... Un gustazo a los sentidos:
Un capricho de quien escribe; huevos rotos con setas, jamón de pato y aceite trufado. Bieen. Era necesario un cambio, los huevos con foie van a terminar poniéndolos como aperitivo con la cerveza...
Solomillo de ternera. Sabe Mañitú que se trataba de una buena carne. Aunque nos dejáramos por ahí 3 trocillos sin comer, víctimas de un estómago ya demasiado saturado.
Botella de vino blanco recomendado por el dueño y una de tinto, Ramón Bilbao.
Detallazo de dos bombones por comensal sin haber pedido postres, y tras el cierre de persiana del garito y la sobremesa carajillera en el interior, a base de orujos de hierbas, tuvímos un gran descubrimiento; Altavilla licor de café. Fue la joya de la noche (creo que me casqué media botella).
Casi excelente el restaurante. Sólo que sonara de fondo -prácticamente íntegra- la discografía de Carlos Goñi menguó algo nuestras valoraciones.

sábado, 6 de octubre de 2012

Brasería Rialto.

Enésima cena Buitaka el miércoles pasado, en la zona más distinguida, alabada y frecuentada por parásitos políticos de nuestra ciudad en los últimos días, la de Puerto Venecia.
Sigan un consejo: si deciden desplazarse hasta allí háganlo en coche y desistan del autobús urbano; gastarán algo en gasolina, pero ahorrarán tiempo y mecaguendioses. El trayecto sino puede transformarse en un calvario. Yo cuando me apeé por fin en la parada que me indicaron, no sabía si ir en busca del restaurante o a visitar los lugares más turísticos de Vladivostok, porque aquel itinerario parecía una larga etapa en el Transiberiano... Montar en el 31 para ir a Puerto Venecia no es emprender un camino, es envejecer junto a otros pasajeros mientras recorres Zaragoza.
Sin dejar los Urales atrás, al descender del bus andaremos diez minutos y llegaremos al destino.
Brasería Rialto.
Aquí hay un problema serio. En Internete no encuentro referencias sobre el restaurante. Vale que sea un barrio muy nuevo, pero deberíamos hallar algún dato. Google no ayuda nada. Si escribo su ubicación (plaza San Marcos) acompañado del nombre del garito, me lleva a Venecia ciudad. Bastante lógico por otra parte. También si le indico Rialto y Puerto Venecia obtengo los mismos resultados, así que me inclino a pensar que no hay información en la red, y suerte que especifico lo de "brasería", porque si se tratase de una pizzeria ya no habría Dios que encontrase la pista (imaginen el cacao mental de Google confundiendo Piazza con Pizza, el puerto de Venecia con Puerto Venecia, y a pesar de todo tú indicando que buscas San Marcos pero en Zaragoza. De locos.). Eso pasa por ceñirse tanto a la copia, a su imagen y semejanza. Cualquier día hacen el tercer cinturón navegable para meter allí góndolas y que todo sea aún más parecido a la Venecia original... y qué coño, así se llegaría mucho mejor que con el 31.
Bueno, que Topo Indeciso hizo de Maestro de Ceremonias y que es por esa zona donde tiene su nueva vivienda. Claro que, en Puerto Venecia, el día que ya no construyan nada nuevo y decidan dejar de hacer agujeros, Topo Indeciso no tenga entonces donde escarbar y vuelva a cambiar de domicilio.
Otro pequeño detalle de falta de datos es que no tengo ni idea de cuanto costó la cena, pero recordando los precios de la carta tampoco debió subir demasiado.
Entremos en materia.
La Brasería Rialto es un sencillo pero apañado restaurante, de tamaño medio y perfumado con las fragancias propias de sus elaboraciones culinarias. Que si crees no tener mucha hambre, el olor a carnaza a la brasa seguro que te despierta la bestia que todos llevamos dentro, dicho de otro modo.
Mi único pero fueron las compañeras de mesa que tuvimos constantemente revoloteando sobre nuestras cabezas, supongo que fruto de estar el tiempo algo tonto, con las consiguientes puertas abiertas a media tarde con el calor, y al refrescar por la noche, tener el local con moscas encerradas. Porque por el mal estado de algún alimento no sería, doy fé. Cenamos muy a gusto y todo fue de nuestro agrado. 
Para compartir los cuatro Buitakos, lo que en otros garitos no saben describir como ensalada aragonesa. Fueron dos platos como éste.
A excepción de Brazos en Alto, todos nos pedimos una patata asada (a 1 €uro la unidad). Suculenta.
Revuelto de huevos con gulas. Es el primer caso que veo en mi vida que lo que menos hay en la ración precisamente es huevo... Correcto, pero tenía alguna patata aún dura y a medio hacer.
Ensalada de rulo de cabra. No la probé. Con ella se puso tibio el señor que no quiso patata asada...
Ternasco. Pedímos 1 kg y le dimos instrucciones a la camarera para que supiera que igual no era suficiente y que querríamos después otra tanda. No hizo falta, nos quedamos bien llenos.
Pero con valor para terminar con un buen postre colectivo. Riquísimo estaba el helado de plátano...
Llama Eterna nos prometió que en la siguiente cena él procuraría el postre. ya que anda metido en nuevos negocios relacionados con el goloso mundo de la pastelería. Porque somos Buitakos, que de ser pitufos, Llama Eterna sería el pitufo emprendedor.
Como resumen, Brasería Rialto; no la deje usted pasar por alto. Precio asequible y calidad en un garito de barrio, aunque no sea de los de toda la vida y en la zona esa que tanto imita a Venecia.
Merece casi hasta la pena un viaje-odisea con el 31.

viernes, 7 de septiembre de 2012

La lobera de Martín.

Que sea un auténtico profano en materias de Photochóf no quita para que use otro programa la mar de sencillo y su resultado consiga incluso convencerme. Observen la fotografía que encabeza el post; imagínenla como bandera adornando un techo de una peña de pueblo, o en un tenderete de playa, aguardando ondeante el ser llevada a un hogar donde predomine el buen gusto... Vale, sin pasadicas, seguramente no sea una obra de arte, pero me gusta. Y para una campaña de alguna bebida alcohólica que acentuara el lado más salvaje de la juerga nocturna, no me cabe duda que funcionaría: estoy por sustituir el letrero por uno que diga "Anunciante-puede poner aquí su publicidad".
Al lío.
Última cena buitaka ayer, en calle del Coso 35, La lobera de Martín.
Como no hay dos sin tres, mal que por bien no venga, sábado sin sol ni mocita sin amor, ni ofertas de Groupalia que uno no insista en repetir, volvímos a coger la opción "coño, a ver que tal sale éste descuento". Los resultados fueron óptimos, como poco; pero cenamos mucho...
Desglosemos el menú que ofrecía Groupalia por 29 €uros por persona (42% de descuento, valor real estimado 50 €):
 
*
Entrante:
Ensalada de queso de rulo de cabra con frutos secos y vinagre de Módena.
Primer plato a elegir entre:
Fritura de pescado (chipirones de anzuelo, boquerones del Mediterráneo, puntillitas de Huelva y pimientos de padrón).
Bonito del cantábrico con pimientos del piquillo.
Huevos rotos con foie extra.
Morcilla de Burgos a la brasa.
Segundo a elegir entre:
Secreto ibércio a la brasa con patatas naturales.
Pescado del día a la plancha traído diariamente desde La Coruña (lubina, rodaballo, lenguado dorada,... etc).
Txuletica de buey de Donosti con patatas naturales.
Confit de pato a la reducción de coulis de frutas.
2 postres:
Sorbete digestivo.
Postre casero 100% que podrá variar según el día como por ejemplo: milhojas con nata, brownie de chocolate con nueces recubierto con chocolate caliente, tarta de queso con arándanos, tiramisú, tarta al whisky...etc.
Bebida a elegir entre:
Botella de vino Somontano tinto bodega Pirineos Mesache.
Blanco bodega Pirineos Mesache.
Rosado bodega Pirineos Merlot.
(La botella de vino será para cada 2)
Pan y agua incluidos.
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No es un precio que esté tirado en los tiempos que corren, desde luego, pero teniendo en cuenta que era en uno de los lugares de más renombre de la ciudad, sólo puedo decir que me sorprendió gratamante, ya que imaginaba que las cantidades iban a ser menos generosas. Como Maestro de Ceremonias, Jinete, no creo que decepcionara.
Ensalada de queso de rulo de cabra con frutos secos y vinagre de Módena. -Yo creo que estaba "dopada" con más sustancias, porque hay que joderse lo que alimentaba ya de inicio. Claro, que yo comí a las 4 de la tarde y a esas horas de la cena aún no tenía un verdadero apetito.
Lo más acertado fué pedir cada uno un plato distinto y así poder probarlo todo. - Bien la fritura de pescado, poderoso el bonito del cantábrico. Los huevos rotos un pelín espesos en su líquidez y la morcilla nos la sirvieron fría, pero era de la buena.



La chuletica de buey muy jugosa, con ese sabor a pueblo que digo yo, tan característico de las buenas carnes:
El vino Mesache (afrutado, como iba a decir yo otra cosa...) era correcto, aunque me pareció algo light, como si llevara menos alcohol que otros o algo semejante. Es lo que tiene no entender de vinos, que alguno igual me podría decir: pero eso es porque la uva es de variación cabaret salchichón, o porque lo han dejado envejecer en barricas de chopo mauritano. Pues mira, no lo sé, pero que a mí me resultó levemente soso.
El milhojas como postre estaba de la hostia, y el sorbete de digestivo sólo tenía el nombre, porque creo que todos terminamos en los límites donde ya se asoman los empachos. Hoy para mí ha sido uno de esos días que te levantas a las 8 de la mañana y casi te supone un esfuerzo tomarte el café, todavía sintiendo el estómago muy ocupado.
En resumen, que nos hartamos de cenar y en un garito que goza de gran fama.
Como conclusión importante; que no todas las ofertas que te ofrecen por Internet guardan gato encerrado. Algunas están muy bien.
Cenamos en el comedor gigante que tienen en la planta de abajo, que es un sitio de encanto especial con sus bóvedas y un cierto toque añejo.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Coloréalo.

Una noticia difundida hoy en varios medios nacionales. Fuente: Cadena Ser.
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Una vecina octogenaria intervino "sin pedir permiso a nadie" la obra de un pintor del siglo XIX que adornaba una iglesia en la localidad zaragozana de Borja.

El Ayuntamiento de Borja, en Zaragoza, intentará recuperar el Ecce Homo pintado por el artista Elías García Martínez en uno de los muros de la iglesia del Santuario de Misericordia, que ha quedado "totalmente destrozado" después de la intervención de una particular no profesional.

La obra de arte fue 'restaurada' de forma inesperada por una anciana "muy bien intencionada, por su cuenta y riesgo", según el centro cultural, que ha declarado que "desconocemos las circunstancias en las que se ha producido, cuya investigación corresponderá a las autoridades competentes".
El concejal de Cultura, Juan María Ojeda, ha explicado en la Cadena SER que ya se han puesto en contacto con un equipo de restauradores profesionales y se trasladará a la localidad la próxima semana para estudiar el estado en el que ha quedado la obra y las posibles soluciones.
Ha indicado que la persona que ha llevado a cabo la 'restauración' es una mujer muy mayor, "con una vida difícil", con un hijo discapacitado de 60 años a su cargo y que con la mejor intención entró en la iglesia y decidió "por su cuenta y riesgo" reparar la obra.
"La semana que viene sabremos si es reversible", ha explicado Ojeda. "Ella misma les comunicará a los restauradores los materiales y técnicas que usó". El concejal ha señalado que fue la propia mujer la que avisó de lo que estaba haciendo al encargado de guardar el recinto cuando reconoció que no se podía hacer y que le había superado la situación
"Es un barrio de veraneantes y de devoción, es una hospedería del siglo XVI que mantiene su uso original por lo que a la Iglesia se entra y se sale sin problemas", ha señalado Ojeda que ha explicado que están "barajando emprender acciones legales pero de momento no es una decisión tomada y preferimos reservarnos este tipo de informaciones".
El concejal de Cultura se ha mostrado triste por el alcance de la noticia. "Hay gente que se ríe y hay gente muy ofendida, para mí es triste que seamos noticia nacional por algo que es la excepción a la norma".

Esperemos que la obra pueda ser recuperable y que no emprendan acciones legales contra la pobre abuela, que bastantes problemas tendrá ya.
Pero el lado humorístico de dejar un Cristo hecho un cristo también tiene su cabida, y es inevitable rememorar una famosa escena de Mr. Bean:


martes, 21 de agosto de 2012

Gran Hermano Google.

Hace algún tiempo que venía observando una visita misteriosa a través de Feedjit, ese juguete tan molón y tan bloguero que sirve para formarte una idea de cómo termina llegando la gente a tu web y que aquí tiene incluso una sección propia.
El turista internáutico en cuestión es de Mountain View, Califonia, y viene a mi blog todos los días, varias veces. Además, acostumbra a leer post viejos y sobre cualquier temática. Lo habría tenido en un pedestal y como fan de Jinete número uno, sino fuera porque hoy, practicando yo la misma fórmula que tan extraños resultados suele dar, y guiado por una corazonada, escribo en el buscador "Mountain View Google", y los resultados no se hacen esperar.
En esta localidad se encuentra la sede de Google, que según puede extraerse de Wikipedia, es un "complejo" sin complejos: "Las instalaciones incluyen un gimnasio (Edificio 40), habitaciones de lavandería gratuita (edificios 40 y 42), dos pequeñas piscinas, una cancha de voleibol de arena, y más de una docena de cafeterías de diversa selección. Google ha instalado incluso réplicas de SpaceShipOne y un esqueleto de dinosaurio. El vestíbulo contiene un piano y una proyección en directo de las actuales búsquedas de Google".
Producto de la misma búsqueda, he podido constatar que existen blogueros ilusionados ante la asiduidad de la visita misteriosa; alguno hasta conjetura con que debe tratarse de un trabajador español de una importante empresa de allí, o quizás una estudiante hispana que ha quedado fascinada por su blog...
Otros blogueros, con los pies más cercanos al suelo, me han resuelto el enigma: las visitas son de los robots de Google -que dicho así, acojona-, que rastrean contenidos y los añaden a su índice. Por decirlo de una manera más técnica, como indican en Googlebot:

Utilizamos una enorme cantidad de equipos informáticos para obtener (o "rastrear") miles de millones de páginas de la Web. Googlebot utiliza un proceso de rastreo algorítmico: a través de programas informáticos se determinan los sitios que hay que rastrear, la frecuencia y el número de páginas que hay que buscar en cada sitio.
El proceso de rastreo de Googlebot comienza con una lista de URL de páginas web generada a partir de procesos de rastreo anteriores y se amplía con los datos de los sitemaps que ofrecen los webmasters. A medida que Googlebot visita cada uno de esos sitios web, detecta enlaces (SRC y HREF) en sus páginas y los añade a la lista de páginas que debe rastrear. Los sitios nuevos, los cambios en los existentes y los enlaces obsoletos se detectan y se utilizan para actualizar el índice de Google.

Comprendido eso, y viendo la cantidad de visitas que tengo últimamente desde Mountain View, no me extraña que luego el blog salga entre los primeros resultados con los nombres de restaurantes a los que hemos ido, o que a veces, al buscar "Jinete" en Google y darle a la opción "Voy a tener suerte", aparezca inexplicablemente este espacio. Eso les pasa por dejar según que trabajos en manos de máquinas, que uno se siente después como si un microchip o un procesador se hubiera encaprichado de él.
Como decía alguno en los comentarios que he podido leer por ahí; yo no sé si me estará vigilando un robot o una farola, pero está claro que nos controlan. Y es que, queridos, el gigante Google usará esos servicios para ponerse bonito y actualizado, pero quién sabe si de fondo no subyace la inspección y registro del Gobierno donde se encuentra la empresa.
Puestos a pensar en trabajadores o estudiantes hispanas, ahora que sé más sobre el caso, dejo ahí mi conjetura, la del Gran Hermano que todo controla.
Visitante de Mountain View: Desde hoy te llamaré Pepe R2D2.

domingo, 19 de agosto de 2012

Bandalucía: Cuatro en el Sur. Acto III.

Vacaciones en el bar -Tercera parte de la trilogía "Cuatro en el Sur visitando tres lugares y perdiendo el norte por segundos".

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¿Pero tú tienes algún problema con el agua? Me preguntó Llama Eterna la última vez que pisamos la arena. Fueron cortas las estancias en la Playa de La Malagueta, pero en las tres ocasiones que se dieron, preferí esperarles a él y a Pájaro Guía al frescor del chiringuito. Creo que ya había cubierto mi cupo playero anual la semana de vacaciones que estuve en Almería, hará cosa de un par de meses.
Me agobia el mar, el pasar más de media hora tendido en la arena como cefalópodo arrastrado por la marea me aturde, me deja K.O. para el resto del día.
Habrá quien pensará, no exento de motivo: "pero las tapas y las cervecitas no te cansarán, no. Cabrón". ¿Qué culpa tengo yo de que Mañitú en la creación de sus senderos de destino me eligiera para ser una criatura de barra? -Imaginen esa frase en una reunión de alcohólicos anónimos, debe causar la misma sensación entre los allí presentes que la que a mí me genera cuando alguien me dice que coja la toalla y que vayamos a echar un bañito. La playa para mí es como una comisaría en una gran ciudad; que prefiero estar siempre en sus alrededores. Aunque aquí la comparación sea demasiado radical entre escoger pasar el rato al sol o a la sombra.
Ahora que lo pienso, Brazos en Alto aún la visitó menos que yo... ¿Qué culpa tendrá de que Mañitu en la creación de sus senderos de destino le eligiese para ser una criatura de museos? Porque la última oportunidad playera que tuvo él se fue a visitar el Museo Picasso.
No le podemos negar encanto a esos parajes, aunque una imagen tan idílica sólo puede lograrse bien situado desde un chiringuito, por supuesto:

Y es que el segundo día en Málaga amaneció así, inocentemente, con una horita escasa de playa (o alrededores, en su defecto), como tratando de despistar a la providencia de lo accidentada que llegaría a ser esa jornada.
Mediodía, puesta en marcha de Bandalucía junto al Perfecto Anfitrión. Breve recorrido por lugares de interés turístico de la ciudad; frente al teatro romano hasta nos detuvimos 5 minutos y sacamos alguna foto. Preparación verbenera y puesta a punto en el que debe ser el sitio más glamuroso de Málaga, El Pimpi. Un garito de paso obligado para famosos, donde han estampado sus dedicatorias a lo largo y ancho de él, sea en foto o en toneles de vino. Pese a que nos hubiese gustado, ningún camarero se nos acercó con rotulador en mano dispuesto a que por allí dejásemos la impronta buitaka.
Un hervidero de turistas impetuosos y camareros con bandejas volantes:
Perfecto Anfitrión nos llevó después a otro antro donde degustamos un exquisito vino blanco acompañado de lo que se considera un refinado y selecto plato: las ortiguillas. A excepción de Brazos en Alto, no tuvo buena aceptación para el resto de los bandaluces. Aquellas anémonas marinas de delicada textura y sabor delicioso, para otros eran unas jodidas algas que sabían a agua de mar rebozada y que al tacto parecían esponjas desgastadas. Y no precisamente marinas. Sobre gustos hay demasiadas cosas escritas, diremos para seguir llevando la contra.
Y por miedo a no perder el ritmo, seguimos de tapeo. Un tal Mariano. Cocina malagueña tuvo la culpa:

La segunda imagen considero que es la más acertada para hacerse a la idea del carácter y personalidad de Perfecto Anfitrión: Éste vino es la hostia...Teneís que probar cierto pescaíto que... Un tió majo, majo, para tenerlo cerca en sitios donde hay gran oferta gastronómica y una buena fiesta.
Creo que fueron un par de horas allí. Serían las 3 de la tarde y el ambiente en la calle era cojonudo. Música sonando en todas las esquinas y un bullicio permanente.
Siguiente atentado contra la resistencia etílica de un ser humano, la fiesta que tenía lugar en un instituto. Perfecto Anfitrión quedó allí con más amistades suyas y todo fueron rebujitos y cervezas, pero como si no fuera a existir un mañana:

En el discurrir de aquella fiesta, Jinete ya estaba de lo más achispado -Hablo en tercera persona porque me costaría bastante, aún a día de hoy, entender que tenía pleno dominio sobre mi propio cuerpo o sobre lo que estaba pasando. De hecho, recuerdo el pensamiento al salir de allí; "Un poco mayor esta gente para hacer una fiesta de fin de curso, ¿no?. Ah, joder, que será alguna otra historia. Pero mola..."
No tengo noción del aspecto de las calles en ese momento, pero debieron ser algo así en tierras de mujeres bonitas y de jolgorio por todas partes:
Mi siguiente recuerdo, después de sorprenderme a mi mismo por esa habilidad nueva adquirida al teletransportarme, fue un garito de pachanga infestado de seres que saltaban a ritmo de canciones ya olvidadas de los 80. Creo que permanecí allí el mismo tiempo que el que disfruté mirando el teatro romano. Quizás menos.
Salí a echar un cigarro y ya no entré.
Había una terraza estupenda en una plaza con vistas a la Catedral donde Jinete estaría las siguientes casi 2 horas. Tuve contacto telefónico en todo momento con Bandalucía y después pasaron a recogerme.
Sobre las 19.00 nos reunimos todos para ir a un hotel. Hoy sé que la intención era ir a ver un grupo de flamenco que, con algo de suerte, todavía estaría actuando allí. En el momento, Jinete sólo pudo pensar; ¿A qué hostias un hotel ahora? ¿A buscar a alguien? ¿Será un after hours para institutos?
Nos metímos en un ascensor y accedimos a una sala totalmente vacía para bajar de nuevo, esa vez por las escaleras. Yo lo encontré hasta divertido.
Volvímos donde estaba todo el meollo de garitos y seguímos haciendo tiempo -y deshaciendo voluntades- para la hora de la cena.
Aunque el servicio meteorológico me lo niegue, Málaga estaba muy nublada, pero de la hostia. Con algún intervalo de nitídez que tendió a disminuir según pasaban las horas...
Estuve a punto de quedarme en la hospitalaria noche malagueña y no ir a la cena, pero traicioné a mis principios; si piensas entre una opción y otra, quédate con la primera que creas más acertada. El segundo plan siempre saldrá mal porque lo compararás con la que era tu primera opción. Eso lo digo ahora, claro, porque en esencia Jinete pensó entonces; ¿seguimos juerga o cena formal?
Y Bandalucía se fue al completo a cenar, a lomos de medicamentos veterinarios (útiles de trabajo de Perfecto Anfitrión) que atestaban los asientos de un viejo jeep. Quizá si me hubiese pinchado por accidente con alguna jeringa de vacuna para caballos, a esas alturas me habría espabilado un poco, pienso ahora. Porque la cosa fue a peor. La teoría de Jinete sobre las 2 opciones adquiriría sentido.
La cena puede tener muchas versiones. Una es como creí vivirla yo; otra es cómo te la cuenten; la importante supongo que sería cómo realmente fue o qué hostias pensarían los demás -esos grandes desconocidos con los que has de compartir cena una noche cuando tú no estás pasando por grandes momentos de lucidez-. 12 Invitados a la mesa, entre ellos una juez y dos policías nacionales. Hoy sólo puedo asegurar que no hice nada ilegal en aquella velada, ya que el jeep nos llevó de regreso cuando finalizó y en ningún momento tuve la sensación de llevar esposas.
Una casa de lujo a las afueras, enorme. A mí creo que aún se me hacía más grande:
En mi costumbre de comparar escenas de la vida cotidiana con películas, allí yo era el Peter Sellers de "El guateque", el tipo al que invitaban por error a una cena y que adquiría cierto protagonismo. Es una suerte que no tuviera ganas de acudir al baño en toda la cena, porque puedo imaginarme situaciones como las que le sucedían a aquel actor tras embozar el water y pelearse con el papel higiénico. Tampoco termino nuestro largometraje con hippies entrando a la casa con un elefante a colores, pero no hubiera desentonado mucho la cosa...
Brazos en Alto hizo el arroz (ayer me dijo que también había pollo) con mimo. Mientras, Llama Eterna se negaba a que yo ayudase con el mobiliario necesario para cenar en el jardín. Cuando se daba la vuelta cogía alguna mesa o silla para sentirme útil, y que yo sepa no tropecé. Aunque seguro que las convertía en mecedoras durante su traslado.
A Brazos le pusieron una guitarra y ofreció un show del que no recuerdo su contenido. Supongo que le aplaudirían también...
Pájaro Guía y Jinete tuvieron durante el postre una extraña discusión sobre los carolingios, las hazañas de Roldán y los métodos de repoblación cristiana durante la Reconquista. Algo así como; Que nooo. Que en muchos lugares ¿Qué identidad ni que hostias? Cuando conquistaban una ciudad traían gentes del Norte para que no se rebelaran. Cojooones...
Sea por el escaso interés entre los presentes sobre temas históricos, sea por el estado latente de embriaguez de los que discutían, la cena en aquel punto tuvo unos inquietantes silencios. Seguramente era incluso complicado que alguien pudiera cambiar de conversación, si no lo hacía gritando...
En la foto aparece Brazos en Alto con más claridad de la que tenía Jinete:
Regreso en jeep (tampoco se escuchaban sonidos de sirenas de fondo) y a dormirla...
¡Al día siguiente nos llevaba Perfecto Anfitrión en barco!
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Breve visita a la playa-chiringuito para asimilar la mañana y de nuevo en ruta, con el mismo medio de locomoción, pero ahora más holgado; ya no podría pincharme con una jeringa de esas, pero ahora tenía yo una resaca de caballo.
Parada técnica en supermercado para aprovisionarnos a conciencia y Bandalucía que se embarcaba, en un día de mar revuelto donde nadie más que Perfecto Anfitrión se atrevió a desafiar las aguas. Entre los atunes debió de ser lo más comentado:


Unas pocas sacudidas de agua sirvieron para despejarnos al mojarnos por completo, perder una boya del barco (a día de hoy aún es un misterio) y que Brazos en Alto se cargara el asiento que ocupaba ante el ímpetú del mar. En la foto parece asesorar a Perfecto Anfitrión sobre la conveniencia de las arandelas de 8 para arreglar ese desaguisado:
A la hora de comer nuestro guía nos llevó a un chiringuito que conocía bien para deleitarnos con sardinas, jureles, calabacín rebozado... Tinto de verano y sangría.
Por la tarde, menos el visitante de museos, Bandalucía volvió a El Pimpi por ver si todo seguía en el mismo sitio:
Vuelta a Zaragoza al día siguiente con buenas sensaciones (salvo el momento "cena", por supuesto).
Dejando atrás una gran tierra y que siempre es una suerte visitar.
Hasta pronto, Andalucía. A tus ganas de fiesta, tu colorido y el encanto de tus gentes.