Porque hay historias que merecen publicidad y supongo que concejales de cultura que si saben hacer bien las cosas.
La fantástica historia de los irreductibles rockeros de Leciñena
La idea surgió tras un concierto. Ante la evidencia de ser una de las localidades con mayor densidad de grupos de rock en el mundo -siete, por 1.200 habitantes-, el Ayuntamiento de Leciñena decidió alimentar su particular 'movida' con ilusión corporativa: concierto de todos ellos, hacia el final del verano de 2007. El éxito cosechado ante una audiencia devota, en la que también había personal de los pueblos cercanos, convenció a los ediles de perseguir una meta más ambiciosa: grabar un disco recopilatorio con lo más granado de la producción local. Esa ilusión se materializó hace cuatro meses, con el punk y en hardcore como hilos conductores de la apuesta, y es todo un orgullo para la parroquia leciñenense. Desde Zaragoza, de hecho, se mira de reojo -con una mezcla de incredulidad y admiración- esta iniciativa que parte del Consistorio monegrino, tanto en el aspecto motivador como en el logístico, y que ha servido para que los grupos involucrados tengan más alcance mediático del que nunca imaginaron al juntarse por primera vez para trabajar una canción.
Precarios (garaje punk), Los Peloskoba (punk rock), Madchickendog (punk y hardcore), Estoica (punk rock), Serruchazo (punk y hardcore), Cerebros Destruidos (punk) y Estado Kanibal (punk) son los actores de esta 'performance' que transita por el lado duro del negocio: los nombres de las bandas no evocan precisamente una oda a lirios primaverales. Historias extremas, estructuras simples y, sobre el escenario, directos a la yugular. Salvo alguna excepción con local propio, ensayan en los vestuarios del antiguo campo de fútbol.Rosa Escanero, la concejala de Cultura, explica un poco la génesis del invento. "Primero fue el concierto, y luego dijimos '¿por qué no un disco?' Buscamos productor, presupuestos, elegimos y llegamos a un acuerdo con Juan Miguel, de Producciones Sin/Con Pasiones de Zaragoza, para grabar. Luego solo quedaba acordar la participación de cada uno de los siete grupos participantes: dos temas por banda, catorce en total".
El empeño del Ayuntamiento de Leciñena, según aclara Rosa, fue en bloque. "Yo hice de enlace, pero fue cosa de todos. Editamos 1.000 copias y la cosa ha ido bien, sigue habiendo discos a la venta en bares de Leciñena, a un precio muy cómodo: 3 euros. También se puede descargar en varias páginas de Internet". Efectivamente: en Megaupload y Rapidshare se encuentra el disco sin dificultad.
Los pioneros y el buen rollo
Alejandro, del trío garajero Precarios, representa al ala veterana. "Empezamos en el 95. Desde el 99 comenzaron a llegar los demás. Nos conocemos todos y siempre ha habido buen rollo, desde prestarnos los equipos a tocar juntos y promocionar lo de los demás".
Alejandro trabaja en un taller de maquinaria agrícola con Sergio, de Serruchazo. Las interconexiones, como es lógico, son muchas y variopintas: familiares, laborales, amistad desde pequeños. "Los tres 'precarios' somos amigos desde críos, pero en un pueblo pequeño nos conocemos todos. En el último concierto de marzo, Estado Kanibal ya se había disuelto, pero tocaron: con su cantante y batería, y con gente de otros grupos que sabían sus canciones. Nosotros llevamos ya unos 150 conciertos, tres discos y queremos sacar un nuevo EP de cuatro temas en vinilo".
Mariano es bajista de Estoica. Llegó al grupo en 2002. Tienen dos guitarras, el original y el que le suplió: cuando el otro quiso volver -había dejado el grupo por problemas personales- decidieron mantener al nuevo. "Solo hemos grabado los dos temas del cedé, pero tenemos una docena de canciones propias y nos curramos las versiones en concierto: Barricada, Reincidentes, Platero y Tú...".
En Estoica hay estudiantes, desempleados, empleados por cuenta ajena e involucrados en negocios familiares. La música les une. "Sí llama la atención que haya tantos grupos en Leciñena. Un compañero de trabajo de San Mateo tenía un grupo, Embrutecidos, con el que tocamos varias veces. Cuando supo de la grabación bromeaba diciendo que allí el Ayuntamiento lo tenía más fácil, son casi 3.000 habitantes y prácticamente solo había una banda activa".
Jorge, de Madchickendog, no se corta al reconocer que se metió en la música para ligar. "Claro, como casi todos -ríe- pero el asunto ha durado nueve años: nos gustaba lo que hacíamos. Con el disco nos despedimos como grupo. Nuestro cantante, Franchi, está en una banda de Zaragoza, Gen, que tiene varios discos. Yo ando en Slivers".
Rosa Escanero no sabe cuál será el próximo paso. "Bueno, ahora estamos aún con esto. El futuro dirá".
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