jueves, 11 de junio de 2009

La alargada sombra de la sospecha

Hay noticias que te indignan. Otras te cabrean o te producen lástima.
Pero también las hay que sobrecogen.
La del trabajador boliviano sin papeles que estaba empleado en una panificadora de Gandía, y que perdió el brazo izquierdo en una máquina de amasar.
Bueno no. Que se lo escondieron.
Los medios de comunicación se han hecho amplio eco de la noticia, y al parecer el empresario implicado, Juan Rovira, se siente muy molesto. Niega que sea cierta la versión de su empleado, a quíen si admite haberlo tenido contratado de forma ilegal.
Asegura que el boliviano se encontraba borracho cuando sucedió todo. Que es mentira que le abandonara a unos 200 metros del hospital, y que le dijera; "Si te preguntan, comenta que tuviste un accidente, pero no digas nada de la empresa".
Además de contradecir también las declaraciones del trabajador
en cuanto a sus remuneraciones salariales; mentira que cobre 700 euros y que trabaje 12 horas al día.
Pues fijate, que toda solidez en sus aclaraciones, yo me la paso por el forro cuando comenta sobre el brazo arrancado; "Quedó en tan mal estado que decidieron meterlo en bolsas y tirarlo a la basura".
Que no pensaran que fuera posible su nueva implantación.
Lo más normal, vamos. Lo que haría todo hijo de vecino...cuando el último está liado con una puta, claro.
En la panificadora admiten estar muy tranquilos y ya trabajan, espero que no "codo con codo", con su abogado.
Habrá que seguir el caso.
De momento me imagino al empresario con la conciencia bien limpia. Igual les comenta a sus amigos y familiares; ¿Lo veís? Sigo siendo un hombre de palabra. Parece que fué ayer cuando le dije al sudaca; ¿Quieres trabajar? Pues no te preocupes que yo te echaré una mano...
Tirar un brazo en bolsas de basura como si fueran mendrugos de pan seco del día anterior. Vamos, no me jodas.
Porque para un guionista de cine gore tal vez sería demasiado.
Éste va a resultar de la misma calaña que una noticia que escuché hará ya bastante tiempo. De otro empresario con otro currante ilegal contratado. Que la palmó en una obra. Y que tuvo la sangre fría y los mismos escrúpulos que un gusano de alcantarilla, para quitarle el mono de faena, donde lucía el nombre de la empresa y ponerle ropa de calle para desentenderse de él.
Y si no, tiempo al tiempo.

2 comentarios:

  1. Que iba a ser de nuestra sociedad sino fuera por estos benefactores desinteresados que se desviven por proporcionarle un trabajo a estos desgraciados.
    Lo triste de todo esto es que el energumeno este cambiara de nombre y de titularidad a la empresa,movera sus hilos,no olvidemos que esta situada en el levante español, que viene a ser como sicilia en Italia,y en dos dias a buscar otro "sudaca" que se le ha estropeado el que tenia, cosas de la igualdad de la justicia para todos,acertada entrada, un saludo.

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  2. Razón tienes...
    Última noticia que tengo de la historia, un par de horas después de escribir el post; "La Guardia Civil sigue investigando. Al parecer el empresario desactivo todas las alarmas de las máquinas tras el accidente, para no parar la producción"

    Tela, tela.
    Me reitero; si al pan, pan. A mucha gente, puum...

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