Restaurante Berges II

Va a ser que justo se cumple ahora una semana, pero bueno, lo dejaremos así.
Crónica que me disponía a adjuntar el día 2 y que comencé a escribir, o mejor dicho a subir las fotos. Porque hay que joderse, que en ese corto espacio de tiempo los recuerdos de aquella noche se me han perdido un poco por el camino...

Tanta tasca y restaurante de por medio en sólo una semana, tienen la culpa de mi neblina mental.
En consecuencia crearemos un Post gastronómico atemporal, por llamarlo de alguna manera.

Brazos en Alto fué el Maestro de Ceremonias en el banquete Buitako celebrado en el Berges II.

Avenida de Navarra 34. No confundir con "Ha venido de Navarra, 375"- Que es lo que suelen explicarme en las cartas que he recibido últimamente desde la capital Foral, remitiéndose al importe en €uracos que debería pagar por no se que asuntos acerca de orinar en las puertas de un Parlamento...
Tenía constancia de haber estado allí cenando en una boda, pero creo que han reformado mucho el garito desde aquel entonces.

Otra ocasión en la que fuí el último en llegar, aportando así mi mecenazgo para la ronda de cervezas y un par de torreznos.
Junto al ya citado y con Topo Indeciso y Llama Eterna, las charradas propias de tipi, con ese apaciguamiento y reposo que ofrece la camaradería Buitaka en las anteriores frías noches de Diciembre, en el calor que podrían infundir las pieles de bisonte cuando adornan cualquier rincón de el campamento de invierno. A gustico, vamos.

El picoteo previo : mejillones, calamares y pulpo. Todo muy correcto, a excepción de los calamares, que parecía los hubieran cocinado con napalm. Muy chamuscados.

El camarero que nos atendía tenía un fuerte parecido con el Bernardo que salía en T.V. con la guitarra. De primeras se mostró de lo más soseras, aunque luego sus formas mejoraron. La desconfianza inicial que suscitamos, creo yo.
La neblina que apuntaba me impide recordar que es exactamente lo que eligieron Brazos en Alto y Llama Eterna. Topo Indeciso y servidor optamos por el cochinillo segoviano al horno de leña. Mi antojo por el señor cerdo venía de lejos; creo que llevaba un mes con la intención de degustarlo en otros lugares, y por una u otra razón me había quedado con las ganas.

Rico, rico.

Con los primeros platos endulzamos nuestros gaznates con ese vino de variedad de uva alemana, el Gewürtztraminer, "Jesús Traminer" para los amigos.
Está buenísimo, sí. Pero me sucede que depende el trago, a veces se me hace demasiado "perfumado" al paladar. Quizá responda a que la ingesta de éste vino no haya de realizarse tan en plan animal como con otros...

Y un tinto con los platos individuales de también difícil recuerdo...
Si los calamares eran a la napalm, sabe Dios con los postres que es lo que nos podrían haber sacado "de racimo" (...malo, malo).

Cuajada con miel , que siempre entra de puta madre.

Otra pega al garito fué el postre para Juako, que a él le sacaron "Copita a la kamikaze", ya que podía observarse a un mosquito suicida flotando inerte en su interior.

Tenemos las pruebas :

Con semejantes recetas, cabe preguntarse si el cocinero no sería algún veterano del Vietnam.
Quiero creer que mi cochinillo realmente era segoviano y no uno de esos famosos enanos y traído de aquellas tierras.
Finalización de cena con los acostumbrados carajillos.

Fueron 174 € o 179 la factura total.

La velada Buitaka que cierra el ejercicio 2.009. Con un claro ganador anual que se verá reflejado en mi próximo post.

El incidente calamar y el expediente mosquito restaron puntos a los méritos del restaurante, pero cenamos bien. Y lo que depende también bastante es cómo te coja el día, no podemos negarlo.
Puntuaciones de 6'5 en dos votaciones, un 6 y un 7.

26 Buitakofantes en total.