domingo, 1 de marzo de 2009

Cómo asistir a la danza del vientre y reventarte el estómago

Lo de ayer no tiene nombre.
Rectifico; borrachera monumental.
Rectificar es de sabios y beber tanto de auténticos animales.
Desde Nochevieja que no recuerdo otra así. Claro que recordar tampoco es la palabra más adecuada.
Bueno, si la cosa va a consistir en pillar una tan gorda cada dos meses, pues no será tan grave.
Claro que entre periodos el entrenamiento que llebamos a cabo también es bastante importante.
La conciencia me juega una mala pasada al acuñar el término "entre periodos". Normal, si es que ha sido una borrachera en toda regla...
Ayer quedamos para ir a cenar a un árabe el Agustin, Héctor, Antonio, Jose Antonio y yo mismo.
Con puntualidad aragonesa, desde las 8 de la tarde en el TNT de Las Delicias.
Porque a la barra y punto se dedican los escritores, en nuestro caso fué una constante de barra y pinta.
Tras el TNT, sesión libre de tubo en un garito de los de toda la vida.
La cena era a las 23 horas y había que hacer tiempo.
El bar en cuestión era propiedad de un curioso personaje tunecino, amiguete de mis acompañantes y quien les había propuesto lo de ir al árabe.
Nos desplazamos en dos taxis hasta la calle Latassa, lugar donde se ubicaba el restaurante.
Resulta que el taxista que nos llevó era el mismo con el que coincidí cuando fuí a ver a los Twisted Sister.
Claro, aquel tipo me sonaba y entonces tuve una conversación de lo más diplomática:
- Creo que en Pilares me llevaste con unos coleguillas a un concierto. Que estuvimos de charrada hablando de Brasil y de tribus de indios y tal...
-Ah no creo...
-Vaya, yo hubiera asegurado que...Pues el tipo ese recuerdo que estaba casado con una brasileña y que nos empezó a dar la brasa...
-Ah pues seria yo, porque si, estoy casado con una brasileña.
-Ah pues si, si...
Haciendo amigos con la boca bien grande...
Sea como sea, no quiso reconocer cuando nos dió la brasa.
El taxi parecia un chiste de esos viejos. De los de; suben a la torre Eiffel un alemán, un inglés y un español...
Allí íbamos montados Héctor y yo, un tunecino y un taxista casado con una brasileña rumbo a cenar a un libanés. Toda una buena escenificación, vamos.
Al restaurante ya fuí bastante chisposillo y el vino fué el pedernal que encendió mi hoguera interior pero del todo.
Me hubiera gustado comentar la cena en la prestigiosa sección "Refugios gastronómicos", pero creo que tengo más noción de los partidos políticos existentes en Timor Oriental durante la década de los 70, que de lo que ayer pude cenar o si realmente estaba bueno.
El vino cojonudo, eso si. Y de un cabezón...
Pese a estar en un ambiente agradable tuve incluso que salir a que me diera el aire un poco.
En mi ebria imaginación el garito se me antojaba de escena de película de aventuras.
Cómo si de repente fuera a aparecer Indiana Jones a golpe de látigo pidiéndonos que abandonásemos El Cairo.
Por eso debió ser que no esperé ni al postre, que dejé a la gente alli y comencé a andar.
Dirección; el Juan Sebastian Bar, para variar. Que luego había quedado con Don Enrique que nos veríamos allí.
Al rato llamé a Agustin por teléfono, coño ¿no me he ido del árabe sin poner dineros ni ná?
Luego vinieron Agus y Héctor al Juan y no me dejaron que les pagara. Igual es que ya me veían tan piojo que les daría pena...
Hoy hasta he enviado un mensaje a la Feliú para enterarme si lo que bebí en el Juan se lo había pagado.
A partir de ahí recuerdo haber estado con Kike también en La Buhardilla, en el Z...
La gente con la que creo que estuve ayer ahora mismo para mi son sólo suposiciones.
Recuerdo estar con Lucho y con Sofía también, pero poco más.
Haber estado en Las Jarras, en el Trukutrú. ¿Echaria mis carajillos camino hacia casa? Lo desconozco totalmente.
¿La hora? Tarde y bien entrada la mañana.
¿La conciencia? Absolutamente tranquila, como no tengo nada de qué avergonzarme...
Y me despierto una bonita tarde de domingo con una resaca de paquidermo y con una frase en la cabeza; "Para seguir el curso de un rio, ¿primero habrá que hacer primero?"
No es normal. Semejante tonteria mental sólo puede provocarla una intensa resaca.
Y aparece Kike por el Messenger y me dice "Sergio también se apunta a Villanúa éste puente"
Coño, ¿ ayer me apunté yo ?
Que cosas.
La de ayer fué muy gorda. Me siento cómo si alguien hubiera cogido mi cuerpo para irse de borrachera y que me lo hubieran devuelto hoy. Que profundo, casi tanto como la propia borrachera.
Y vaya mierda de movil tengo, que hice alguna foto del restaurante y si lo hubiera dibujado sobre servilletas, creo que la calidad de imagen habría sido mejor.
Claro que por otro lado, igual es que saca las fotos tal y cómo yo veo la realidad en esos momentos...
Un B.B. King venido a menos amenazaba la velada.
Aquí Antonio parece indicarme la tajada que iba a pillar yo esa noche; así de grande.
A su lado, el cartaginés o tunecino, apodado el "Muti". Yo juraría tenerlo visto de actor secundario en la serie de Makinavaja...

Dos instantáneas de Héctor dejando patente que el pan de pita da mucho juego.
Jose Antonio posando para la foto, ¿ o es su brazo quien posa?
Aquí también aparece Agustín. Recuerda un poco la foto a un capo chungo con dos de sus matones. La mafia tunecina, chungo suena un rato.
Y aquí la moza que bailaba desafiando a la gravedad.

Justo cuando quería sacarla de cuerpo entero coge y se acerca. Asi que tripilla.

2 comentarios:

  1. Cuando llegaste al Juan ya ibas fino, ya...

    Tus frases eran del tipo: "Que si tal que si cual, que si esto que si lo otro..." Pero no terminabas ninguna.

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  2. Me hago cargo.

    Sería como aquella vez en Villar de los Navarros.
    La moza que nos llevaba en coche a los tres para ir a dormir a Herrera y mi comentario de ; "eso me recuerda a la frase de aquel que...bua,pero no me acuerdo ni de la frase ni de quien la dijo.

    Un puto guazas, vamos...

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