Sólo el deseo viaja entre susurros. Sólo él rellena con espacios de inmensidad el más completo vacío.
La ciencia yerra en un mundo que no avanza por méritos propios. Que encuentra en el desplazamiento de la luz la mayor de sus conquistas. Pero el deseo no se traslada, sino que fulmina.
El tiempo, misteriosamente, quizá sea su peor enemigo.
No perder el tiempo, al fin y al cabo, sería un deseo. Pero el tiempo no fulmina. Y la luz, cuando no toma velocidades, simplemente, se contempla.
Esa crónicaaa!!
ResponderEliminarPa esta noche sin falta, que ando algo atareado.
ResponderEliminarGracias a quiénes aún conservan un leve interés en repasar las cenas desde este modesto lugar, y no como otros, que discuten tanto sobre puntuaciones y luego ni opinan aquí ni nada.
Juas