miércoles, 15 de agosto de 2012

Bandalucía: Cuatro en el Sur. Acto I.

Sevilla tiene un calor especial -Primera parte de la trilogía "Cuatro en el Sur visitando tres lugares y perdiendo el norte por segundos". 

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Nuestro viaje comienza en la media tarde del 9 de agosto, bajo la amenaza en toda España de una ola de calor sahariano y con la perspectiva de pasar cinco días en pleno epicentro de sofocos veraniegos, es decir, en tierras andaluzas. Sevilla un día, otro Granada y para rematar bien la faena, el resto de tiempo en Málaga, donde habrían comenzado su famosa Feria a esas alturas.
Bandalucía era un comando buitako verbenero reclutado para la ocasión, y conformado por Llama Eterna, Brazos en Alto, Pájaro Guía (hermano de Topo Indeciso -aclaración para los no iniciados en los ritos de nuestra tribu; de hecho fue en este viaje donde recibió su bautismo de fuego) y Jinete del viento. 
Contábamos, incluso, con banda sonora original en Mp3. Algo que ayudó a paliar nuestros desplazamientos por carretera en coche alquilado  y con 47ºC de temperatura exterior:
En el AVE nos entregamos a las distracciones que puedan ofrecer unas birras, unos riojas y unos sandwiches. Peor sería el viaje de regreso cuando lo hicímos desde Málaga; ocupar un vagón en el que casi exclusivamente viajan niños gritones que parecen retarse por ver quien tiene un volumen de videojuego más molesto... Tendrían que poner en estos trenes un vagón especial en la cola, como los que diseñan para transportar caballos, y meter allí a criaturas tan  plomizas. De berrinches a relinchos, sobre el papel al menos, no puede apreciarse mucha diferencia.
Cuatro horas de viaje que, para la mitad del grupo -que aún fumamos-, nos parecía que nos faltaba algo... No puedo negar que resulta hasta gracioso ver en ese trayecto a individuos que salen a aspirar sus humos a un ritmo frenético, aprovechando las pocas paradas en estaciones y como tratando de medicarse contra tanto oxígeno sano. Pero ya se sabe de esta droga y por lo que pasamos los que asumimos el envenenarnos a diario.
Más que llegada a Sevilla aquello fue un descenso a los infiernos. Calles y avenidas vacías, sólo transitadas por coches de claxon insistente. Y otro sonido, el de los cantos de cigarras desde los árboles, como serenata envolvente de un clima abrasador y que trataran de advertir así de la inminente proximidad del fuego.
Una breve marcha con los equipajes y llegamos al destino. Creo que las gotas de sudor que derramaban nuestros cuerpos provocaban vapores al contactar con el asfalto derretido, pero por fin apareció el Ayre:
Hotel de 4 estrellas al 25 % de descuento. A mí todavía me sigue pareciendo demasiado lujo, ya que sólo estuve allí por espacio de dos horas. Pero no nos adelantemos en la historia; subímos a dejar los bultos y pasó a recogernos en coche un primo hippie que tiene Llama Eterna por esas tierras.
Siguiente parada: Dos hermanas. La población sevillana, claro, que no estaba enumerando más familiares de nuestro camarada buitako, aunque es un tema para referirse aparte; el linaje de Llama Eterna debe tener representación en todos los puntos geográficos de España. Yo creo que si sube al Teide y levanta una piedra, por ahí que aparece algún tío o primo dispuesto a darle alojamiento o manutención.
En Dos Hermanas fue la parada técnica para recuperar las fuerzas que el calor sofocante nos había robado. Tapitas y jarras de cerveza en una apacible terraza, donde tíos y primos de Llama Eterna nos aseguraron que si no corría el aire en ese lugar, no lo haría en ningún otro sitio. Y el aire, como tal, allí no existía. La brisa más perceptible debia ser cuando hablábamos unos enfrente de otros y a la velocidad que nos permitían nuestras palabras. Dos horas largas pasámos entre distendidas conversaciones y una buena compañia.
Coquinas, mojama, cazón en adobo, chipirones o jamón con salmorejo son sólo algunos de los participantes en nuestro gastronómico desfile:
Pasado ese tiempo, la Bandalucía, el primo hippie y otro primo menos hippie nos pusimos rumbo hacia la marcha de la capital. A esas horas indeterminadas en que muchos bares ya están echando la persiana y tratan de captar clientela para los últimos coletazos económicos a puerta cerrada.
Una coqueta zona de terrazas al calor tedioso de la madrugada:
Un camarero que debía estar opositando para el cargo de Funciones Públicas para tratar de entenderse con seres peludos o metaleros genéricos, nos hizo una proposición cuando ya estábamos a punto de abandonar su terraza:
- Si os apetese, adentro os dejamo fumá. Una casimba de naranja, ¿os apetese? ¿Qué música quereí? Que yo os la pongo...
Una oferta de Vito Corleone hubiese sido más facil de rechazar...
Alguien pidió AC/DC como música de fondo y, al parecer, lo que estuvo sonando allí fueron todos los imitadores de esta banda que puedan conseguirse por spoty five. Pero no por ello se desmereció el momento. Aún estuvimos bastante rato bebiendo a puerta cerrada, tiempo suficiente para, por ejemplo, que Brazos en Alto terminara rompiendo la cachimba, o que el Primo Hippie de Llama Eterna y yo mismo tuviésemos una inquietud acerca de las frigorías reales del aparato de aire acondicionado del local; proporcióname los watios y sabremos cuantas frigorías exactas puede dar ese cacharro...
Pero las fotos que obtuvimos como respuesta no nos permitieron dar por aclarada aquella cuestión:
Aunque el camarero opositor insistió tanto para meternos en su bar, llegó un momento en que creyó que no nos sacaría de ahí ni con agua caliente, así que una vez procesadas las indirectas -y es que sin música se termina pensando mejor-, acordamos marcharnos hacia otra parte.
Siguiente punto caliente de la marcha sevillana (¿Es que no lo són todos?), lo que me dio por llamar "La aldea Gala". No sé si se le conoce como Los Corrales o La Corrala, o algo similar: según contaron, se trata de lo que fueron las caballerizas de una propiedad de la Duquesa de Alba en Sevilla. ¿Pertenece al Palacio de Dueñas? No puedo asegurarlo. La Duquesa dicen que cuenta con 34.000 hectáreas repartidas por toda España, demasiados terrenos como para que yo pueda hacerme a la idea si eso forma parte del complejo de un palacio o si era un picadero para pajes... El tema es que esos corrales deben estar "okupados" por artesanos y comerciantes y que han tenido algún que otro problema con la policía.
A mi vista, se trataba de un gran oasis de libertad, donde no poca gente convivía al amparo de la noche, con buen rollo y el arte como bandera:
Coca cola o cerveza, ¡a un €uro! Y servidas en pequeños puestos de artesanía, que hacían las funciones de cantina al más puro estilo tradicional.
Era darte un garbeo por sus caminos y encontrarte gente asando morcillas en una esquina, o grupos improvisados actuando en cualquier local o en la propia calle:

Me encantó de veras. Parece imposible que todavía dejen con tanta vida a sitios así.
Por si no era suficiente, los primos de Llama Eterna nos invitaron a subir a sus tejados y contemplar las vistas, pero el garito por el que se tenía acceso ya estaba recogiendo y nos denegaron la entrada. Pero fue un momento estelar, con Brazos en Alto haciendo sonar a toda hostia "La magallonera" en su móvil y subiendo aquellas escaleras, en un bloque de pisos que se asemejaba a los que salían en la película Attack The Block, cuando un grupo de adolescentes trata de evitar una invasión alienígena en su chungo barrio londinense.

Quería acompañar esas observaciones con un video ilustrativo del momento, pero a pesar de convertirlo a distintos formatos, parece que no me quieren permitir ponerlo directamente por aquí. Puede que hasta sea mejor; esa noche fue la de la gran borrachera de Brazos en Alto, pero es que dos días más tarde vino la mía y fue mucho más sonada... A día de hoy es una putada tener tantas pruebas documentales y que esa tecnología sirva para verificar que tal o cual noche pillaste una cogorza estupenda y que daba malagana verte. Es totalmente distinto cuando sólo te lo cuentan...
Pájaro Guía y Brazos en Alto fueron a dormir. Llama Eterna, sus primos y servidor alargamos más aquella mañana calurosa en una terraza cercana al hotel.
En un par de horas había que ponerse rumbo a Granada...

9 comentarios:

  1. Los videos creo que si los subes a YOUTUBE sí podrás ponerlos en la crónica.

    Tapeamos con mi familia de lujo, y después estos dos primos gamberros que tengo acertaron de pleno con la corrala esa. A lo tonto se nos hicieron las 9 de la mañana y a las 11 había que dejar el hotel.
    Me lo pasé teta canela.

    Brazos en Alto creo que (aunque no recuerde mucho) también lo gozó.

    ¿Al final se queda con el mote de "Pájaro Guía"? Eso habrá que terminar de afinarlo. Tuvo algún detalle que puede variar el nombre.

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  2. Pájaro guía fue la primera propuesta, pero entonces llegó cierta ventosidad que nos hizo sugerir "Ave de trueno"... tú a esas alturas ya no estabas para memorizar nombres. Kike propuso fundirlo en un "Trueno guía" que no convenció. Habrá que esperar al próximo viaje.

    De Sevilla me quedo con la subida de escaleras a ritmo de jota. Los vecinos, desayunando al día siguiente, fijo que comentaron: "oye, ¿soy el único que escuchó jotas anoche?". Pero un video no puede captar esa esencia, como mucho puede cargársela, ese es el fallo de grabarlo todo. Es como cuando cuentas un chiste por segunda vez o intentas explicar un tropezón que viste.

    ¿Málaga lo resumirás también en un sólo acto pese a ser tres días? ¿Tan pocos recuerdos guardas?

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  3. No quería subir esos videos a Youtube por si allí tienen mucha más repercusión...

    Málaga fue mi caballo de batalla y admito que entre borracheras y resacas no conservo los recuerdos tan nítidos como los dos primeros días, pero pensaba meter en la 2º parte Granada y algo de Málaga del primer día, porque aunque bien se pudiera alargar mucho más (...), en Granada nos retiramos pronto a dormir y se puede enlazar bien con el viaje y otras historias. De Sevilla hasta he dejado algún detadillo por no extenderme tanto.

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  4. Quería decir "detallico". Igual es que me acordaba del tipo aquel que le metí el dedo en el ojo (de la cara)sin querer y que pareció afectarle tanto en La Corrala, que es una de las pequeñas cosas que he dejado en el tintero, sin poner.

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  5. La Corrala era un bar de la Madalena. Nosotros estuvimos en los corralones de la calle Castelar. Y luego soy yo el que iba mal... ¿a que nadie más se acordaba de este dato?

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  6. Seguro que lo has estado buscando por internet ahora...
    Totalmente cierto, el nombre es "corralones de la calle Castelar". De todos modos me ha servido para saber que si que se trata de terrenos que pertenecen al Palacio de Dueñas:
    http://www.yelp.es/biz/corral-de-los-artesanos-sevilla

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  7. Brazos, no quedamos que no se ponían nombres?

    Y el detalle que ese pobre hombre que nos pidió perras y fuego tres o cuatro veces, pero que la primera le va a Brazos en Alto (que estaba viendo el sarao flamenco) y le dice... no mira, mejor pídeles a esos que llevan el bote. Y el hombre así lo hizo.

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  8. Y eso que el bote lo llevaba yo...

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  9. Me ha costado encontrarlo, pero he localizado el disco que nos pincharon como si fuera AC/DC. Me costó varias canciones convenceros de que no eran los originales, y eso que en algunas el cantante llegaba a desafinar y soltar gallos.
    Aquí un fragmento de Big Gun: http://www.lastfm.es/music/The+Rock+Masters/AC%2FDC+Mania+%28+AC+%2F+DC+Deluxe+Version+%29+-+10+Massive+ACDC+Anthems!/Big+Gun

    Creo que un desafine vale más que mil palabras (que hable yo de desafinar, manda cojones...)

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