jueves, 13 de enero de 2011

Magos y maleantes.

En un tiempo tan propenso a la puesta en marcha de novedosas leyes y de tensado de correas sociales en lo referente a los derechos (que en algunos casos chirría), una mirada retrospectiva: La famosa Ley de vagos y maleantes. Por otro lado, no tan bien conocida; es un error común el atribuir esta "deforma" a Franco, ya que su promulgación tuvo lugar bajo los auspicios de la Segunda República en 1933, y contó con la unanimidad de todos los partidos políticos.
Por supuesto que Franco efectuó un par de retoques sencillos a la ya de por sí arbitraria norma. La Wikipedia nos ofrece de forma clarividente los párrafos de la ley, resaltando en negrita las modificaciones del Caudillo :
«Artículo primero: (...) el número segundo del artículo segundo y el número segundo del artículo sexto de la Ley de Vagos y Maleantes, de cuatro de agosto de mil novecientos treinta y tres, queda redactados de la siguiente forma:
Artículo segundo.- Número segundo.- Los homosexuales, rufianes y proxenetas. (...).

Artículo sexto.-Número segundo.- A los homosexuales, rufianes y proxenetas, a los mendigos profesionales y a los que vivan de la mendicidad ajena, exploten menores de edad, enfermos o lisiados, se les aplicarán para que las cumplan todas sucesivamente, las medidas siguientes:

a) Internado en un establecimiento de trabajo o colonia agrícola. Los homosexuales sometidos a esta medida de seguridad deberán ser internados en instituciones especiales y, en todo caso, con absoluta separación de los demás.

b) Prohibición de residir en determinado lugar o territorio y obligación de declarar su domicilio.
c) Sumisión a la vigilancia de los delegados.»

Una ley a medida para la sastrerïa de la tiranía y con la que poder ajustar a cualquiera con el mismo patrón...
La revista Crónica analizaba el tema en un ejemplar de 1935 :
````Ese hombre sin afeitar, sucio, mal vestido, tumbón y holgazán, que vemos junto a un solar, durmiendo cara al sol, es un vago. No cabe duda. Cuando tenga hambre se procurará el alimento del modo que le resulte más fácil, aunque desde luego sin preocuparse demasiado de la honestidad del procedimiento. Es el vago habitual con arreglo a la ley. Puede ser y conviene que sea declarado en estado de peligrosidad y sometido a las medidas pertinentes.

También es aplicable para aquellos hombres que se acercan a pedirnos limosna alegando la terrible desgracia de encontrarse en la plenitud de su vida y de su salud sin ganas de trabajar.
Y para los hombres que en los garitos desvalijan con tres pases de bacarra a los incautos. para los que que se inyectan el contenido de una jeringuilla, para los que dicen llamarse López y se llaman García, para nuestros visitantes extranjeros poco gratos.
¡Que hacer con ellos!
En primer lugar enviarlos al juez especial. El juez con el expediente a la vista dicta las medidas oportunas y el vago o maleante es ingresado en una Casa de Trabajo.
Durante su permanencia en la Casa de Trabajo se hace todo lo humanamente posible por su regeneración y aunque lo mismo el director que los jefes y oficiales tienen puesta su alma en hacer hombres de estos despojos, es inútil casi siempre, pues regenerar a estos individuos, cuyos impulsos delictivos no tienen límites, es tanto como pretender volver las aguas de un rio al lugar de origen.´´´´
Venía a ser como la trama de una película cuyo título no recuerdo ahora mismo, dónde detenían a los criminales antes de realizar sus delitos, gracias a unos poderes mentales de un sujeto que sabía lo que iba a suceder en el futuro.
Nunca está de más repasar la historia.

4 comentarios:

  1. Veo que has pasado de la negación a la ira... ya sólo te faltan negociación, depresión y aceptación.

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  2. Esa peli decía yo !!
    Oye, que el post no era por la ley anti-tabaco, era más en general.
    Aunque conmigo ya deben estar perdiendo dineros los antros desde esa medida. Ahora es un "aún me iría a echar un par de birras a...a mi puta casa, que ahí si que puedo hacer vida normal"...jeje

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  3. En el Juan ya te echan de menos...

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