sábado, 16 de octubre de 2010

Restaurante Beerland

Que conste que la fotografía no representa una rueda de reconocimiento, fruto de la denuncia interpuesta en la Interpol a instancias de algún buen restaurante del que nos fuímos sin pagar. Pero si que es cierto, que el máximo culpable resultó ser el que más actitud sospechosa despierta en la imagen, al mirar distraído hacia otra parte; Brazos en Alto, sentenciado como Maestro de Ceremonias en nuestra última cena Buitaka.
Quizá él hubiera abogado por abrir el post con otra instantánea, pero poco se puede esperar de personas que no están en su sano juicio, como es mi caso y ¿a los hechos me remito?...
Pero pongámonos en antecedentes :
Restaurante Beerland, situado en la Plaza San Franciso 17 de Zaragoza.
Un garito de 1 tenedor camuflado, del que inicialmente piensas que dificílmente puede sorprenderte más alla de las raciones de los típicos boquerones disecados o los huevos con gamba famélica que acostumbran a mostrarte en otras cervecerías comunes, cuando el expositismo (me permito la licencia en la palabra; a otros les permiten la licencia con semejantes tapas...) se convierte en arte, en el arte de transformar los expositores en acuarios macabros de bichillos poco apetecibles y sólo para paladares tenazmente inanimados...pero no, el Beerland no es como la cervecería aquella que todos tenemos debajo de nuestra casa. Se trata de un lugar céntrico y agradable, con una terracilla generosa para disfrutar de unas buenas cervezas y de unas mesas en su interior, dónde a gusto podremos menear el bigote.
La carta es variada, pero insisten en ella con muchos productos alemanes: un gran surtido de distintos tipos de salchichas y sucrut -o chucrut- como claro ejemplo. Recuerdo mi obcecación con ésta última y el resto de la tribu rehuírla, para más tarde soportar el ofrecimiento del cachondo camarero a cada plato distinto que nos traía; "¿seguro que no quieres que a tí te saque un poquico de sucrut para acompañar?"...El servicio era majo, si. También supongo que gana enteros la observación cuando compruebas que la única mesa que estaba ocupada, aparte de la nuestra, la conformaban dos individuos en un altísimo y, prácticamente inalcanzable estado de embriaguez. Que se dedicaban a parlotear en una extraña jerga, y que sólo la prueba de que no disponían de orejas puntiagudas me dio lugar a descartar de que se tratara de un dialecto élfico. Solamente unas palabras pronunciadas en voz alta nos advirtieron de que intentaban expresarse en nuestra misma lengua: "Ramón tío (con golpecitos en el pecho) porque yo...te quiero" - "Un huevo, tío...Ramón" y los dos cuerpos sentados se fundían entonces en un cálido abrazo, entre derramamientos de vino y un curioso tira y afloja sobre un mantel desquiciado.
Así que sería importante anotar que el servicio no es menos gentil que paciente.
Al finalizar la velada, y cuando los derramamientos en la mesa de al lado, ya eran de chupitos, nos aclararon que celebraban el 50º cumpleaños de uno de los dos. Creo que cualquiera podría haber asegurado que llevaban 49 años entregándose a esa fiesta final con la más completa dedicación.
Pero dejemos el atrezzo etílico que adornaba nuestra cena aquella noche y pasemos a contar el qué comímos, que en cierto modo, tampoco dejó de ser espectacular.
Los entrantes :
-Croquetas de jamón caseras. Correctas y buenos ejemplares.
-Patatas especiales de la casa. Servidas de una manera peculiar, que parecían rabas de calamar.
-Chipirones. Bien.
-Y pimientos. Que éstos si que no los recuerdo exactamente ni especialmente.Supongo que si así es, será más bien que para mal. - aquí comienzo a sentirme un genio a la hora de construir frases poco descriptivas que aportan absolutamente nada.-...
Los platos fuertes :
Mi rabo de buey. Lo que puede verse aquí arriba, claro. Que hablando de platos fuertes, a lo mismo a alguien se le ocurre que terminara yo realizando un strip-tease. Riquísimo.
También hubo lugar para las manitas de cerdo de Topo Indeciso (no construyamos toda una historia con las aportaciones hechas en los últimos tres renglones) y solomillo de buey al Oporto para los tres comensales restantes.
Si ahora digo que no dispongo de más fotos de los platos principales, quiza dé lugar a pensar que me haya deshecho de pruebas comprometedoras...
Hubo licores y vino de tamaño familiar de 27 €uros la botella. Baratísimo; buen vino y ¿de cuanto era la capacidad, 1'5 litros? Los consiguientes carajillos y, me permitan que me explaye fotográficamente con los postres :

De lujo. El primero que puede verse, el mío, lo debió de elaborar el Spiderman pastelero.
El total de la factura fueron 208 €uros.
Votaciones finales de :
9 de Brazos en Alto y yo mismo.
8'5 de Llama Eterna y Caballo Loco.
7'5 de Topo Indeciso.

Como ya queda poco para decidir el campeonato, aportaré la clasificación momentánea. Por otra parte, no se con qué fines, porque estos Pilares fuímos a comer a El Trasgo, ganador en la edición del año pasado, y el encargado de hacer entrega del preciado diploma, sencillamente, no asistió...

5 comentarios:

  1. Yo con un catarrazo y vosotros, en lugar de preocuparos por mi salud, pensando en el puto diploma...

    Otro sitio para apuntar, este Beerland. No has comentado los 25 euros de cervezas que me hicisteis pagar (cabrones).

    ResponderEliminar
  2. Tjó, Tjó... "qué tengo el pecho cargado"...

    Ala, que bien te podrías haber venido a comer con el resto de la Tribu al Trasgo.

    Por comentar el post del Beerland, diré que me agradron todos los platos, y que no eché de menos el que no hubiera chuletón a la piedra (Marisol me dice que últimamente mujo en lugar de roncar...). Por supuesto la compañía exquisita, como siempre.

    ResponderEliminar
  3. Blablabla... ¿alguno iba a dejar de fumarraquear por el bien de mis bronquiolos? Pues eso.

    Por cierto, habrá que verte, Elías, el día de su 50 aniversario diciendo "os quiero, tíos". A lo mejor nos entra sensación de Deja-vu con los de la mesa de al lado.

    ResponderEliminar
  4. Ojalá llegue a ese gran evento, Juako. Que de ser así, os invitaré en el Beerland si sigue abierto.
    Últimamente también he tenido yo experiencias sangrantes con las rondas previas...ajo y agua.
    Me gustó el garito y quiero volver pronto,seguramente por quedarme con las ganas de la sucrut.

    ResponderEliminar
  5. Pues oye, si vais un día a probar las alemanadas con chucrut, avisa que nos apuntamos.

    ResponderEliminar

Deje AQUI su comentario