Lugar elegido por Topo Indeciso para nuestra última gran cena Buitaka.
Por causas que aún se desconocen, el que tenía que hacer de Maestro de ceremonias tendría que haber sido yo, pero alteramos el orden anfitriónico. Dudando que exista tal palabreja, el presumible maltrato que pueda sufrir mi cartera lo aplazaremos un mes más.
Coño que bien, coincide con la paga extra.
Negligente de mí, con el nuevo cargo asignado de secretario en la Asociación Gastronómica de los Buitakos, al menos ya ejerciéndolo en funciones y a la espera de la pertinente concesión legal que me implicara en semejante labor y a sus efectos...(cómo se nota que hoy he tenido que navegar por la web del fisco para ver como cojones les enviaba el borrador...) Negligente de mí, decía, no me dio por sacar fotos del garito en cuestión. Así que ejercitemos la imaginación y veamos la imagen de arriba como algo parecido al restaurante del martes.
No se de que antro se tratará, pero si prescindimos de los manteles, el parecido es más que razonable.
Si hubiera que buscar una definición, sería que sin pena ni gloria.
Es un sitio correcto, pero sin demasiadas pretensiones. Como otros tantos de la ciudad, pero de barrio. Y al menos así lo veo yo, pero mis observaciones muchas veces son un jaque mate a la propia realidad...
Nos temíamos al principio que en la brasa de Andrés el que iba a dar la verdadera iba a ser Juako. Porque así como se veían varios tipos de tapas en la barra, la oferta de menú era muy escasa. Y claro, cuando Brazos en Alto se pone rarito y dice que quiere pescado, y allí sólo tienen trucha y pescadilla...
Lo siguiente fué que le sacaran la carta de las tapas. Sólo Mañitú sabe que pensaría él en esos momentos.
Así que optamos por parrillada para los cuatro. Básicamente, lo que había.
Y si te parecía que en la carrera musical de Bisbal puedes encontrar más variedad que en una de aquellas cartas, no lo es menos la información del garito que puedas hayar por internet.
Sólo un par de menciones y en anuncios de dos líneas.
Así que Andrés, si lees estas palabras algún día, que sepas que responden a un comportamiento meramente objetivo. Y que los manteles, tampoco son tan caros.
Abrimos boca con una ensalada, bien aliñada, las cosas como son. Tomate, lechuga, olivas y atún. Dejando claro que aquello al menos se lo tenían que currar con las vinajeras...
Una fuente ovalada, supongo que no elaborada por una cuadrilla de cocineros, y que constaba de morcilla, longaniza y chorizo. La geometría de la fuente es muy importante reflejarla, porque sea como sea la cena; nunca hay que perder las formas...
Y después el plato estrella, chuletas de cordero con patatas. Estaban buenas.
El vino, no era malo. Pero Jesucristo podría haberlo elegido para la última cena, por esos rollitos de la austeridad...
El vino, no era malo. Pero Jesucristo podría haberlo elegido para la última cena, por esos rollitos de la austeridad...
El tipo que nos atendía (desconozco si el que le da el nombre al garito), si que se le veía con ganas de querer agradar. Atento y majo en sus maneras.
Quizá nos estemos volviendo un poco pijos. Tanta cena mensual al final parece que busques cosas que te sorprendan y demás.
Supongo que es cierto que la sencillez a veces ofrece las mejores cosas, pero cuando se trata de tragar...
Supongo que es cierto que la sencillez a veces ofrece las mejores cosas, pero cuando se trata de tragar...
Tarta al whiskey y carajillos.
98 euracos, creo.
Y si, salímos bastante llenos del lugar. Pero si uno siguiera una dieta a base de gravilla y virutas de hierro, la sensación que podría tener seguro que viene siendo igual. Así que tampoco significa nada.
Un garito de lo más normal, pero sin aparentes incorrecciones.
Del que si te preguntan ¿que tal?, es difícil no contestar "psee".
Topo Indeciso se empeñó en pagar las copas de después porque se sintió algo culpable.
Topo Indeciso se empeñó en pagar las copas de después porque se sintió algo culpable.
Ya se lo dijimos, que tampoco nos habían envenenado ni nada. Y que otro día quedaríamos más satisfechos.
Yo mismo sin ir más lejos, también fallé en un par de sitios. (En uno ni siquiera tenían pan).
Lo importante es seguir siempre con las reuniones Buitakas.
A ver si ahora que nos vamos a constituir como Asociación legal y formal, nos acabamos convirtiendo en unos jodidos pijos sibaritas...
Las puntuaciones fueron de dos 5, un 5´5, y un 6´5 mío. Y semejante puntuación la di sólo cuando oí que decía Topo Indeciso que se encargaba de la ronda de las copas.
Así que salvo por una ola de ataques terroristas contra los restaurantes que hemos visitado y los próximos a los que asistiremos, mucho me temo que éste no se llevará el premio del año. De hecho es una puntuación muy baja.
¿Nos estaremos mal acostumbrando?
¿Nos estaremos mal acostumbrando?
El mes siguiente, que pago yo, ¿que tal un Pizza hut?
Qué mal suena eso de: "nuestra última gran cena Buitaka"
ResponderEliminarParece que vayan a llegar el final de los días.
In my opinión la cena fue sabrosa, aunque un poco parca, y eso que puerco sacaron, pero faltaba algo más de variedad. No es un sitio al que llevaré a nadie ya que aunque cené bien, no quedará en mi recuerdo.
También es verdad que últimamente nos estábamos gustando bastante y si no cenábamos hasta reventar o ponernos malos parecía que eso no era una cena.
Yo ese día tenía antojo de pescado, o de alguna otra cosa. Pero para que no me tachasen de rarito callé y comí lo que me daban. Tampoco me daba más opción el señor Andrés.
ResponderEliminarLo de volvernos pijos tampoco tiene que ver con el lugar. En el Verrugón nadie os obligaba a pedir unas almejas de 20 eurazos... pero ahí estaban en la carta (y bien buenas).
Vamos, que parece que sólo nos acordamos de que tenemos el morro fino cuando acompaña el garito y cuando no acompaña "es que nos estamos volviendo unos pijos". Pues hombre, tampoco es eso...
Quitadme la razón si queréis, que iré reservando mesa en el Calamar Bravo.
Ese no vale que no hay mantel
ResponderEliminarCuñao, que el martes tampoco había mantel... y sino me llevo el de cuadros de los domingueos.
ResponderEliminarYo por mi parte, opino que cuando uno haga de anfitrión, tiene pleno derecho a llevarnos a donde le plazca. Y que queda exento de cuestionarlo. Hablar sobre el garito en sí ya es otra historia.
ResponderEliminarUno u otro puede mirar de economizar u otro permitirse lujos.Da igual.
A mi particularmente ya sabeís que la crisis no acaba de afectarme, asi que del siguiente espero que nos quedemos mejor...
Otra historia es la opinión de la cena en el blog. Que ya sabeís que me corto bien poco en las crónicas.
Pero que nadie se sienta culpable si no está a la altura de pasadas ediciones o le acaba saliendo más barata la cena.
Y lo de "pijos" es una reflexión desde la inocencia. Al que no le gusta lo bueno, seguro que antes es gilipollas que "no pijo", je je.
Asi lo veo yo. No deja de ser más que una excusa mensual para la confraternización buitaka.
Pues ahora que lo dice Juako. El Calamar Bravo ese nuevo que está en la calle Cádiz no tiene mala pinta, uhmm...
Aquí nadie se queja de la elección del garito, sino del garito en sí. No había más opción que comer lo que te daban... yo creo que no es ser pijo querer elegir la cena.
ResponderEliminarEn cuanto a calidad, creo que ha habido sitios muucho peores que el del martes pasado. Aparte de los dos que comentabas, os recuerdo aquella carne de mula que nos dieron en Asturias...
Hostias, yo es que en Asturias no cené lo mismo que vosotros.
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