Restaurante Wenceslao.

¿Si una cosa funciona bien para qué la cambias? -Mensaje para Google y su nueva interfaz bloguera. A ver si consigo colgar de una vez las fotos...
Total, que he dado un par de clicks y he terminado aceptando el poner publicidad en el blog, que dicen que obtienes ingresos y todo. Qué cosas.
Yaaa.
Última reunión buitaka ayer; ni era martes, ni la primera semana del mes, pero hay que joderse lo bien que comenzamos el año gastronómico:
Restaurante Wenceslao, en la calle Supervía 33. Justo, justo, enfrente del garito aquel que goza de tanta fama, que dicen tiene crustáceos mitológicos y caldos exquisitos de selectas vides, otros, simplificando la materia, suelen declarar que lo que es, es caro de cojones. Mañitú sabe que se me pasó por la cabeza reservar mesa ante la noticia de que allí ofrecían menú cerrado por 40 €urazos, pero algo me dijo que abandonase la empresa, no fuera que terminara la noche como Maestro de Ceremonias sorprendido, quizá más sorprendido que arruinado. Pero se me quedó una espina clavada y no fue por la ensalada de ventresca inicial que nos apretamos. Lo pospondremos de momento.
El Wenceslao fue puro azar y a última hora. Bueno, no exactamente; me lo recomendaron el día anterior tomando cervezas, sin que me concretaran el nombre del restaurante ni saber qué diantres llevaban de acompañamiento "unos garbanzos que eran la hostia". Como queriendo seguir tirando de ese hilo tan fino, ni me molesté en pasearme por allí, sino que abusé de Google maps y reservé por teléfono. Ya lo dice el refrán buitako, "traza planes a conciencia, que te darán por culo"- Lo que me remite al viejo chiste de Wenceslao; ese tipo que quiere enviar un telegrama y le pregunta el funcionario cómo se "ponía" Wenceslao...
Es un nombre para acordarse del garito, pero ese es el menor de sus méritos. Es una injusticia total que no haya grandes referencias ni opiniones en la red, dicho sea de paso. Además, en su web, ofrece la carta al detalle con todos los precios, cosa que siempre es de agradecer y que te genera confianza.
Cuando llamé por teléfono pregunté si tendríamos la opción de menú cerrado, a lo que me respondieron que sin ningún tipo de problema y que "algo haremos, no te preocupes". Y la respuesta (creo que puedo hablar por los cuatro buitakos) fue espectacular.
Primero diremos el precio y luego lo que nos metímos entre pecho y espalda, que seguramente quedará hasta mejor:
124 €uros de factura.
El desfile:

Ensalada de ventresca con escalibada templada. Puede apreciarse la buena cantidad de bonito en la instantánea (no como otras...).

Huevos rotos con gulas. De nuevo, en una sana proporción.

Boquerones fritos en salsa orio. Casi no me dejan echar la foto; en realidad se presentaron 13 unidades.

Arroz cremoso con bacalao y carabineros. Sutil, elegante y sabroso. A caballo entre una delicada paella y un gustoso risotto. Recordarlo me produce hambre, la verdad.

Chuletón "a la chapa". O "a la máquina" que dijo la camarera. Qué decir; se supone que es un 1 Kg y parecía que había más (¿recuerda alguien el episodio del 24 kilates?-igualico-), cortado en trozos finos, con patatas igualmente peladas y el invento éste, que te permite tener la carne todo el tiempo haciéndose, sin necesitar recambios de piedras ni de paciencia...

Aparte, dos botellas de Valdetalón -grato descubrimiento-, un postre de helado de queso Idiazábal con membrillo, tres carajillos y un té verde.

Muy bien.

Un sitio para probar, y para repetir sin dudarlo.

Un comentario escuchado ayer era "éste es de 9", pero como ya no ponemos puntuaciones... Simplemente, anótenlo en su lista de cenas pendientes, que no defraudará.