Restaurante Don Pascual.

Y al sexto día Jinete creó la crónica.

Una pena esto de la dejadez, máxime cuando debo tener tan importante masa de seguidores y una absoluta relevancia en la red, como apuntó ayer, sin ir más lejos, un abogado en pleno juicio, que no en lo relativo a su sana cordura, y creo que se me entiende. Es lo que tiene un estado de derecho, que afortunadamente hasta los malvados y tramposos cuentan con quienes les representen, aunque sea sirviéndose de mentiras y patrañas. Pocas obras de teatro pueden representarse hoy con tanta pasión como la interpretada por los actores deudores, esos nuevos protagonistas de la dramaturgía actual que tristemente nos toca vivir...
Pero dediquémonos a las buenas artes y dejemos arriba las opuestas; inicio de nueva temporada gastronómica buitaka. La cuarta ya. Quién lo iba a decir aquel martes del 2.007, en una noche que creo que hasta nos quedamos con hambre y alguno con la cartera temblando... Todos los comienzos son difíciles, pero el tiempo, desde su sabiduría, siempre sabe obsequiarnos con creces -hasta aquí el sentimentalismo chorras-.
Restaurante Don Pascual, en Residencial Paraíso, local 48. Dos datos para tener en cuenta:
Existen algunas webs que al parecer te mandan a Garrapinillos si buscas éste garito. Imagino que será error de Google maps. El otro apunte es que próximamente "Don Pascual" pasará a llamarse "Don Pasquale" -¿ó Pascuale?-" y se trasladarán a la calle Pedro María Ric, como así nos indicó el dueño.
El cocinero (que creo que también es dueño) es italiano, circunstancia que queda patente en los platos que preparan.
Los tres entrantes que escogímos :
- Saquetes de pasta -con nombre que ninguno recordamos- rellenos de ricotta y chistorra.
- Vieiras en tempura de cerveza con verduras asadas - dato que me aporta Brazos en Alto. Yo habría dicho vieiras rebozadas con acompañamiento vegetal-.
- Risotto de queso ahumado -scamorza affumicata; gracias nuevamente al miembro buitako por su profesionalidad desinteresada-, setas y panceta.

Saquetes.

Vieiras.















Risotto.
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Dos botellas de vino Ayles; Serendipia 2.008 y Tres D 3.000. Aquí el dueño se tiró el rollo y nos dejó la segunda botella al mismo precio que la otra, ya que era más caro y Serendipia no tenía más. Por no decir "afrutados", diremos que eran ricos en sensaciones aromáticas... Cojonudos.
Los platos fuertes:















Topo Indeciso y Jinete, lomo de ternera al romero. Recordaba como nombre "tagiere" o "tagliere" -fonéticamente estoy convencido que sonará parecido-.



Para Brazos en Alto, rape con verduras, salsa de soja y miel.



Llama Eterna prefirió solomillo ibérico con salsa de queso y ciruelas.
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Otro restaurante donde los postres parecen artesanía angelical. Jinete se encaprichó del suflé de avellanas relleno de pera, pero el resto de comensales quiso que hiciéramos reparto:



Millones de fans que seguís el blog; jugad desde casa y encontrad en la fotografía, además del suflé, una sopa de chocolate blanco con fresas, un tartino de chocolate negro y un pastel de mousse de limón.
Salvo que Llama Eterna tenga algo que alegar al respecto, ya que sólo él sabe la cuantía total de la cena, como Maestro de Ceremonias que fue, diremos que se trata de un lugar elegante a la par que discreto, pequeño pero cómodo. Donde se cena más que bien.
Nos invitaron a unos chupitos de limoncello casero que, según pudimos comprobar, pega unas hostias nada desdeñables...