Lo que mueve al mundo

11 de mayo de 2011: cuando las casualidades superan nuestro raciocinio.
En Italia corrieron ríos de tinta con las mal llamadas predicciones, pero fueran profecías, dudosos vaticinios o chifladuras para engañabobos, no cabe duda que las supuestas palabras de Raffaele Bendandi han cobrado un siniestro significado, si no una maldita coincidencia.
Raffaele, apodado «el hombre de los Terremotos», fue un pseudocientífico y astrónomo italiano que gozó de gran fama en la época de Mussolini. Al parecer (así, en negrita, pues los datos son vagos y discutibles), acertó con una serie de seísmos que anunció azotarían su país, tales como los sucedidos en Marsica y Friuli. Su presumible profecía de que Roma se vería sacudida por un terremoto de gran impacto para este 11 de mayo alarmó a la población. Según cuentan, miles de ciudadanos abandonaron sus casas presas del temor, y el 15% de los funcionarios se ausentaron del trabajo.
En el transurso del día llegó la serenidad y la calma para los romanos al comprobar que su ciudad eterna seguía entera. Y sus miradas se dirigieron entonces donde tembló verdaderamente la tierra, en nuestro país, Lorca, quien tuvo la desgracia de ser el objeto palpable de los más acérrimos seguidores de Bendandi. Obviando el pequeño error de cálculo geográfico, los hechos invitan cuando menos a reflexionar.

El pseudocientífico explicaba en vida; "los terremotos son resultado de los movimientos combinados de la Luna, el Sol y los planetas, y son por tanto perfectamente predecibles." Ante esas afirmaciones, ¿geólogo experto en sismología? ¡Dádme un catalejo!

Fuera bromas, el 10 de mayo podía leerse lo siguiente:

Se va a producir una triple alineación planetaria en la que Mercurio, Venus y Júpiter coincidirán. Las fuerzas de atracción gravitacionales pueden producir grandes movimientos de placas...

Claro, que si dejamos aparte el afán catastrofista de tantos, y los datos científicos para quienes los entienden, y nos centramos en la realidad mundana, se puede acceder al Servicio Geológico oficial de EEUU y comprobar los "movimientos" en aquel día, que no fueron pocos. Uno de 5'5 para hoy en la región de Guam. Acojonante.
Para la misma jornada, el profeta "maestro Wang" de Taiwán anunció un terremoto de 14 grados y un tsunami posterior con olas de 170 metros...
La radio fundamentalista Family Radio de EEUU va algo más lejos: el fin del Mundo será el 21 de mayo de 2011. Que ya es mala pata el hacerlo un sábado...
Su líder espiritual proclama que la Biblia pone esta fecha como el día del Juicio Final, y no se queda corto en explicaciones:
La Creación tuvo lugar en el 11013 a.C., el Diluvio en 4990 a.C.. el Éxodo en 1447 a.C y la muerte de Salomón en 931 a.C. Fue el propio Dios quien les reveló fechas muy significativas que les han llevado a predecir el fin de los tiempos. La Crucifixión sucedió el 1 de abril del 33 a.C y  hay exactamente 722.500 días entre esa fecha y el 21 de mayo de 2011, que es la fecha del rapto y del inicio del Juicio Final.
722.500 es un número directamente relacionado con los planes de Dios para salvación: 5x10x17x5x10x17=722.500. La expiación o redención demostrada por medio de los sufrimientos y la muerte de Cristo el 1 de abril del año 33 D.C. (el número 5) será cien por ciento consumada el 21 de mayo del 2011 (el número 10) cuando todos los verdaderos creyentes sean raptados y llevados al Cielo (el número 17). Sorprendentemente, esta secuencia numérica está repetida dos veces para indicar que esto ha sido establecido por Dios y que va a suceder pronto (Génesis 41:32). El Día del Juicio continuará por 153 días, hasta Octubre 21, 2011, fecha en la cual el mundo terminará.

Nuevamente, una fecha fatídica; por desgracia nos coincidirá con las resacas de las fiestas del Pilar. Que esperar de las palabras de este líder religioso llamado Harold Camping, si tiene un apellido que ya invita a aferrarnos todavía más a la tierra...
Su web oficial: http://worldwide.familyradio.org/es/.
Lo único que nos puede quedar garantizado es que la parte más resaltable y admirable del ser humano sólo aparece en contadas ocasiones, casi siempre mitigado por una gran desgracia colectiva. La verdad y la razón la ostenta quien desinteresadamente ayuda al prójimo, como está sucediendo ahora mismo en la población de Lorca. Eso sí puede tomarse como una útil parábola de la existencia.
La profecía esencial es que toda esa gente que ahora tiene tan cercana la desgracia va a recuperarse. Una creencia, pero bien fundada.
Me parece muy acertado el slogan con el que cierro el post, realizado tras un terremoto en Costa Rica.