Conozco demasiada gente, y por contra, a veces pocas personas.
De entre la multitud, seguro que no se salvaría ni una puta esencia en una jodida fiesta de almas.
En mis fiestas tampoco.
Las cucañas son sorpresas que encuentra el imbécil mientras golpea sólo.
El imbécil es feliz.
Pero el imbécil, ni prepara su jugada ni sabe qué puede caerle.
Entonces la venda de los ojos se le quita, pero en ocasiones se le arranca...
Que sepas que sé por dónde vas, y que lo he pillado a la primera.
ResponderEliminarYa hablaremos.
No coment.
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