viernes, 6 de abril de 2012

Parrilla Albarracín.


Nuestro último festival del buen gourmet fué en la Parrilla Albarracín, pared con pared con Casa Oyarzun -ese viejo conocido- y donde comienzan a contar los numericos en la céntrica Plaza del Carmen.
Según todos los indicios, incluídos los testimonios de los camareros y sus entradas y salidas constantes de los dos restaurantes citados; no hay duda de que pertenecen ambos al mismo dueño. Con lo que dejo abierta la posible sanción y el consiguiente expediente correctivo que podría aplicarse al Maestro de Ceremonias organizador de la última entrega, por quebrantar la norma más esencial del pueblo buitako: No vale repetir una cena en el mismo sitio. Una transgresión fragilmente imputable, habida cuenta de la ídem (cuenta) que le tocó desembolsar en la factura final, por nuestros caprichos de tragaldabas y como se verá más adelante. Si Brazos en Alto merecía una penalización, yo pienso que ya pago por ello...
Como no puede ser de otra forma, en plena crisis y puto martes, el garito para nuestro total disfrute. Así que elegimos la opción de cenar en el comedor que poseen abajo, mientras veíamos el Barça-Milán de Champions o, en otra lectura, los méritos patentes de un señor con silbato para tener vacaciones estivales pagadas de por vida en alguna localidad catalana.Claro que sólo es una opinión mía la hora de apreciar las jugadas conflictivas...
Nos recibieron con una variante del mítico vino de licor de garnacha. No era de la marca Torrelongares que siempre habíamos visto. Igual de bueno, si, pero para beberlo rápido si te lo sirven con hielo y no quieres que termine pareciendo un "flash" de los de antaño:
Pedimos el Menú Corona de Aragón. Al parecer, la carta la van renovando constantemente y es del estilo picoteo o cuentagotas; llámenlo como quieran, cuando te van sacando los platos poco a poco en sutiles raciones. No me desagrada esta fórmula de vez en cuando, porque vas probando diversas viandas y, sin reparar mucho en ello, vas quedándote bien. O no, depende del hambre que lleve puesto cada uno para la ocasión. Era un menú basado en la cocina anterior al Siglo XV, esto es; nada de productos traídos con el descubrimiento americano: ni tomates, ni patatas, ni maíz, ni chocolate...ni cigarrillo que aspirarte después de la cena.
Cito textualmente y agradeciendo el poder quedarnos el panfleto con las descripciones (aunque tienen página web donde reflejan su oferta y cuya dirección no hay que ser un hacha para encontrarla a través de Google), el desfile de delicatessen:
Lomo de arenque y su caviar sobre humus.
Empanada de sardinillas gallegas en conserva con cebolletas y hierbas.
Las verduras de entonces en un caldo de cocido con huevos tontos (han leído bien) y azafrán.
Taco de bacalao confitado a la mantequilla de mostaza y eneldo.
Codorniz rellena con dátiles en salsa de naranja amarga y jengibre.
¿Qué quieren que les diga? Siendo un contemporáneo de la época que mencionábamos antes, semejantes composiciones me las puedo imaginar figurando en el "Codex Romanoff", el tratado gastronómico que atribuyen a Leonardo Da Vinci. Él trabajaba para Sforza, y quien ha diseñado estos platos no se le puede negar que se sforza también bastante. Acompaño para ilustar unas líneas que encuentro en Internete sobre una receta del codex para un pastel de Navidad:
Pelaréis, deshuesaréis y haréis una pulpa con siete grandes pescados blancos, los mezclaréis con las migas de siete barras de pan de color suave y frutas blancas ralladas enteras, ligaréis todo esto con la albúmina de siete huevos de gallina y lo calentaréis al vapor dentro de una bolsa de lienzo fuerte durante un día y una noche. Cuando los comáis, cuidaos de no ahogaros con alguna reliquia sagrada que pueda haber sido puesta allí secretamente.
Leyendo cosas de esta índole -o guisa, que suena más apropiado-, a uno se le hace la boca agua, pero a otros tanta sutileza no hace más que allanarles el terreno para querer nuevos manjares, aún a riesgo de reventar con una cena en exceso copiosa. "Me comería una vaca" -Pues ahí la tienen, fué lo que pedímos tras terminar con los platos del menú estipulado y a instancias de Llama Eterna (principalmente, pero no único culpable). Vaca del Pirineo a la piedra:
Acompañada con su sacrilegio hacia el menú Corona de Aragón, o sea, patatas.
Cerramos el exceso con una sopa de turrón de almendra con helado de queso. De la escuela Sforza también:
Maridaje servido en copas, marca Corona de Aragón : el vino de licor de garnacha (Garnaccio), Special Selection Garnacha de Cariñena, Corona de Aragón Disparates y moscatel.
Si dejamos a un lado nuestra cebada de chuletón, que supuso un +42 €uros a anotar en la cuenta final, el menú por persona -vino incluído- era de 29,90 €uros.
A mí me encantó y me quedé ya bien con los platos establecidos, pero no verás que a nadie le amargue un dulce, ni a un buitako que diga NO a un chuletón.
Al final, fué de esas digestiones que te duran cuatro horas...
Sólo puedo reprochar algo negativo de la cena: jamás echeís hielo al vino de licor de garnacha. 

4 comentarios:

  1. Yo también las pasé putas con la digestión. Con el menú te quedabas bien, y más siendo cena. Pero ya se sabe que cuando uno viene con el modo "rarito on" y/o "tripero on" es mejor seguirle el rollo.

    Lo que me escoció es que por el precio del chuletón casi hubiesen comido dos buitakos más...

    Yo me quedo con la sopa (impresionante), el bacalao y su salsa de mostaza (que intentaré repetir en casa del cuñaaooo) y el postre. El "Disparates", no sé si por la coña del afrutado o qué, pero me entró también como el agua.

    Lo de la sanción... anda y vete a cascarla. Por cierto, que tú incurriste en el mismo supuesto error hace poco (haz memoria).
    Y lo mejor, llevamos ya un tercio de 2012 y hasta ahora el nivel está siendo altísimo.

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  2. Que poquico se opina ya por este blog, y no lo digo por que tus comentarios me resulten pobres, jeje...
    Ya tengo organizada la cena del próximo mes, mañana llamo ya para reservar por si acaso.
    Flipad con el precio y lo que ofrecen. Ya veremos si está tan bien como la cosa pinta:
    Valía 25 €uros 2 menús, y a través de Groupalia, que también tenía disponible un descuento de 5 €uros; total : 45 €uros el menú de los cuatro:
    Entrante:
    Virutas de foie a las 5 pimientas
    Primero:
    Risotto de hongos sobre coulis de piquillo
    Segundos:
    Pescado: dorada al orio de manzana
    Carne: encrecot de buey al gusto de diferentes salsas
    Postre:
    2 postres caseros
    Bebida:
    Botella de vino D.O. Borja, 2 cañas o 2 refrescos
    *Los segundos platos entran los 2. Yo creo que no me enfadaré si quereís más vino o hasta una ración de ostras, porque el precio está de puta madre!

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  3. Ostras!!!!!!!!!! Que buen menú parece.

    O mejor... caracoles!!!!!!.

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  4. Chico, yo no pediría nada más. Los menús cerrados molan por el precio, si empezamos a "completarlos"...

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