martes, 5 de julio de 2011

Un día en las carreras

Es indudable que el poker -su forma correcta "póquer" en nuestra lengua no me satisface nada- tiene un atractivo especial, único. Con unos orígenes desconocidos que hay quienes remontan al Renacimiento, e incluso, a juegos similares que ya disfrutaban en la antigua Persia.
Como todo lo apetecible de esta vida, supongo que debe de tomarse en su buena medida, sin llegar a encenegarnos en su descalabro adictivo, que pienso que no es tan dificíl.
Tres o cuatro días me ha dado por jugar online, suficientes para darme cuenta de que se trata de un mundo extraño y misterioso. Prefiero jugar con gente real, pero que diantres; tampoco veo nada maligno en gastar poco menos de 2 €uros en inscribirte en un torneo y, teniendo bastante suerte, pegarte unas tres horas jugando. Porque entrar en una mesa a lo valiente, como hacen muchos individuos, y apostar con tu dinero físico directamente; eso es una sangría sin vuelta atrás. Claro, que quien quiera triunfos inmediatos, es su mejor forma de jugar...o de caer en la trampa.
Yo soy partidario de la pesca a pequeña escala. ¡Así me va! No me quejo, pero me deja de un sorprendido...
Mi primer torneo me costó 1,20 euros. Jugábamos 20 maromos y resulta que salí ganador. Buen inicio, la suerte del principiante. Tan principiante, que no sabía que cojones se estaba ahí sorteando en premios. Enhorabuena: Ha ganado. Puesto gratis en el torneo "London grander carger" -o parecido-.
Vale.Comprobemos la pestaña esa que nos sugiere más información; Pincho ahí y aparezco en una web de caballos de carreras de Inglaterra, donde me dicen que estoy a sólo dos pasos de hacerme con unas acciones valoradas en 3.000 libras para formar parte de una especie de club de fans de un tal Charly; un bello ejemplar de Pura Sangre. Majo, majo. Curioseo algo más la página, es completísima: fotos del veterinario, el entrenador y no se si también de la madre del bueno de Charly. Flipante.
Cuando me quiero dar cuenta estoy en una mesa virtual otra vez jugando, ahora somos 50 maromos y parece que a todos les ha entrado el caballo por el ojito derecho. Nadie arriesga, apuestas pequeñas. ¿Pues no nos han dado la inscripción gratis? y...¿para qué coño estoy jugando? No me agradaba la perspectiva de seguir dos horas más jugando para optar a ganar y meterme en la final por la gloria de Charly. Así que a la primera oportunidad hago un "all in" y me mandan fuera. Casi me quito hasta un peso de encima. Analicémoslo; uno juega para ganarse unos centimillos, no para pasar medio día soñando con apadrinar un caballo, que hay que aceptarlo; hubiese estado muy jodido el ganar. Demasiado trote... Por no hablar de que tengas la desgracia de quedar segundo, por ejemplo, y no tener opción ni a que te dejen darle azucarillos a Charly. De locos.
Ayer noche jugué mi cuarto torneo. Molaba: 350 jugadores.1,15 la inscripción, y te dan 2000 fichas. En base a los participantes, los premios: 1º puesto-213 €; 2ºpuesto-128€; 3ºpuesto-76€; 4ºpuesto-64 y un largo etc... Quedé en el puesto 21 y gané 5,98 €. Por impaciente creo que más que otra cosa, porque la partida llevaba más de 3 horas disputándose y en las últimas apuestas veía que no rascaba nada. Un trío de 5 me pareció un maná caído del cielo, tanto, que no reparé en un posible color del adversario. Así fue como me suicidé.
Y es que tal como lo veo y desde mi corto entender, lo mejor es empezar sereno y sin arriesgar más que lo justo, porque en inicio, eso parece un festín de leones. "All In", All in"... Hay gente que se embrabucona muy, pero que muy pronto. Luego está el factor suerte, que recuerdo manos afortunadas como ganar con una pareja de 2 a un tipo que llevaba A-K desde el principio.
Pero como leí en alguna parte, jugando al Texas Hold'em, si con tus dos cartas individuales y las 3 comunes que salen en el tapete, no formas una aceptable jugada; lo mejor es que abandones y no esperar el milagro de las dos últimas. Milagro que también sucede a menudo y que forma parte de la grandeza del poker: sólo tú tienes la decisión para arriesgar un poco o dejar que el asunto pueda ir aún mucho más lejos... Las cartas, en mi opinión, nunca son malas, más bien radica el poder de cómo podemos manejarlas.

4 comentarios:

  1. Te llegar a tocar un caballo de regalo y me río yo de cuando no acogiste a Flecha.

    No me imagino yo a tu gata compartiendo cuenco del agua con Charly.

    Nos vemos luego en la cena.

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  2. Mira que si el jinete consigue su montura...

    Qué bien cené y qué bien me lo pasé ayer. Incluso terminamos en el Zeta (el desterrado también, jejeje)

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  3. Hubiese molado lo del caballo. Seguro que le enseñas a maullar.

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  4. Si tío, "ese" también pudo entrar.
    Mañana hago la crónica. Estuvo muy bien.
    Estoy en racha; en la partida de hoy he quedado 16 de 550 jugadores. Total, para ganar 6 € y estar 3 horas jugando... Eso si, en ésta tenía gratuita la inscripción y todo.
    Podíamos montar algún día un Buitakopoker, después de una buitakocena. Sería rebuitako.

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