sábado, 6 de octubre de 2012

Brasería Rialto.

Enésima cena Buitaka el miércoles pasado, en la zona más distinguida, alabada y frecuentada por parásitos políticos de nuestra ciudad en los últimos días, la de Puerto Venecia.
Sigan un consejo: si deciden desplazarse hasta allí háganlo en coche y desistan del autobús urbano; gastarán algo en gasolina, pero ahorrarán tiempo y mecaguendioses. El trayecto sino puede transformarse en un calvario. Yo cuando me apeé por fin en la parada que me indicaron, no sabía si ir en busca del restaurante o a visitar los lugares más turísticos de Vladivostok, porque aquel itinerario parecía una larga etapa en el Transiberiano... Montar en el 31 para ir a Puerto Venecia no es emprender un camino, es envejecer junto a otros pasajeros mientras recorres Zaragoza.
Sin dejar los Urales atrás, al descender del bus andaremos diez minutos y llegaremos al destino.
Brasería Rialto.
Aquí hay un problema serio. En Internete no encuentro referencias sobre el restaurante. Vale que sea un barrio muy nuevo, pero deberíamos hallar algún dato. Google no ayuda nada. Si escribo su ubicación (plaza San Marcos) acompañado del nombre del garito, me lleva a Venecia ciudad. Bastante lógico por otra parte. También si le indico Rialto y Puerto Venecia obtengo los mismos resultados, así que me inclino a pensar que no hay información en la red, y suerte que especifico lo de "brasería", porque si se tratase de una pizzeria ya no habría Dios que encontrase la pista (imaginen el cacao mental de Google confundiendo Piazza con Pizza, el puerto de Venecia con Puerto Venecia, y a pesar de todo tú indicando que buscas San Marcos pero en Zaragoza. De locos.). Eso pasa por ceñirse tanto a la copia, a su imagen y semejanza. Cualquier día hacen el tercer cinturón navegable para meter allí góndolas y que todo sea aún más parecido a la Venecia original... y qué coño, así se llegaría mucho mejor que con el 31.
Bueno, que Topo Indeciso hizo de Maestro de Ceremonias y que es por esa zona donde tiene su nueva vivienda. Claro que, en Puerto Venecia, el día que ya no construyan nada nuevo y decidan dejar de hacer agujeros, Topo Indeciso no tenga entonces donde escarbar y vuelva a cambiar de domicilio.
Otro pequeño detalle de falta de datos es que no tengo ni idea de cuanto costó la cena, pero recordando los precios de la carta tampoco debió subir demasiado.
Entremos en materia.
La Brasería Rialto es un sencillo pero apañado restaurante, de tamaño medio y perfumado con las fragancias propias de sus elaboraciones culinarias. Que si crees no tener mucha hambre, el olor a carnaza a la brasa seguro que te despierta la bestia que todos llevamos dentro, dicho de otro modo.
Mi único pero fueron las compañeras de mesa que tuvimos constantemente revoloteando sobre nuestras cabezas, supongo que fruto de estar el tiempo algo tonto, con las consiguientes puertas abiertas a media tarde con el calor, y al refrescar por la noche, tener el local con moscas encerradas. Porque por el mal estado de algún alimento no sería, doy fé. Cenamos muy a gusto y todo fue de nuestro agrado. 
Para compartir los cuatro Buitakos, lo que en otros garitos no saben describir como ensalada aragonesa. Fueron dos platos como éste.
A excepción de Brazos en Alto, todos nos pedimos una patata asada (a 1 €uro la unidad). Suculenta.
Revuelto de huevos con gulas. Es el primer caso que veo en mi vida que lo que menos hay en la ración precisamente es huevo... Correcto, pero tenía alguna patata aún dura y a medio hacer.
Ensalada de rulo de cabra. No la probé. Con ella se puso tibio el señor que no quiso patata asada...
Ternasco. Pedímos 1 kg y le dimos instrucciones a la camarera para que supiera que igual no era suficiente y que querríamos después otra tanda. No hizo falta, nos quedamos bien llenos.
Pero con valor para terminar con un buen postre colectivo. Riquísimo estaba el helado de plátano...
Llama Eterna nos prometió que en la siguiente cena él procuraría el postre. ya que anda metido en nuevos negocios relacionados con el goloso mundo de la pastelería. Porque somos Buitakos, que de ser pitufos, Llama Eterna sería el pitufo emprendedor.
Como resumen, Brasería Rialto; no la deje usted pasar por alto. Precio asequible y calidad en un garito de barrio, aunque no sea de los de toda la vida y en la zona esa que tanto imita a Venecia.
Merece casi hasta la pena un viaje-odisea con el 31.