La última reunión gastronómica buitaka fue en el Bar Summum, pero antes de relatar nuestras andanzas me van a permitir que proponga un pequeño concurso que tiene que ver con la ubicación del garito, en la zaragozana calle de Matilde Sangüesa Castañosa, número 3.
Mi gratitud eterna a quien me desvele el enigma de qué coño hizo esa mujer para que le dedicaran una calle, porque no hay manera; no hay forma humana de descubrir de dónde viene ese nombre, a menos a priori y tras perder cinco minutos en Google con búsquedas infructuosas. Por
Sangüesa sólo
me aparece la propia calle de marras o el municipio y comarca que pertenecen a Navarra. No me rindo e insisto: "Matilde Sangüesa quién era", pero Google se ríe de mi y sigue en su labor de dirigirme a la puta calle o a tierras forales. La cosa aún se desmadra más cuando a partir de la tercera página sólo encuentro titulares: "Detenidos dos jóvenes por atraco en Matilde Sangüesa", "Quema de contenedores en Matilde Sangüesa". Pruebo a escribir el nombre en el buscador de imágenes, para ver si podemos echarle la culpa a algún rostro misterioso. Nada, tampoco se tratará entonces de una ilustre jotera fallecida hace poco tiempo...
Realizo otra pesquisa más metódica; si las calles cercanas tienen nombres geográficos de comarcas aragonesas como
Sierra de Gúdar,
Valle de Zuriza o
Bielsa, ¿Qué relación puedo hallar en ello? ¿Ese nombre propio pertenece en realidad al de un pueblo caprichoso y diminuto, tan insignificante que en lugar de aparecer en mapas, sólo se le menciona en placas? Se me antoja poco probable.
Todavía me quedaba Wikipedia, que me aporta datos nuevos en el apartado
desambiguación:
Sangüesa, o frambueso, árbol de las rosáceas de fruto comestible. Desesperante. Empiezo a creer que si busco el nombre en las páginas amarillas es más fácil que coincida con un ser vivo. A ver si éste va a ser otro caso como uno que en su día conté en el blog, de un madrileño en una noche de juerga que puso una placa con su nombre a una calle muy pequeña y de escasa importancia, hasta que pasó el tiempo y se confeccionaron incluso planos con esa nueva denominación. Doña Matilde, si todo esto es obra de una trastada, usted lo que se merece es una plaza con su estatua en oro. Pero me da a mi que no va a ser así.
"El expediente Sangüesa", qué gran nombre para una intriga policiaca...
Agradeceré cualquier pista que me faciliten sobre la Matilde. Gracias.
Bien. Nueva cena buitaka y con la dinámica habitual, ni fue el primer martes del mes, ni se escribe la crónica en los dos días siguientes. Tampoco era una cena al uso porque eso también ha variado circunstancialmente, ahora nos hemos propuesto hacer una "ronda" de hamburgueserías. No sabría decir en que momento crítico de borrachera y de quién partió esa idea, pero así lo decidímos.

Llama Eterna como Hamburguesero de Ceremonias escogió el Summum, un garito conocido por todos nosotros. No en vano hará unos tres años que fue amonestado severamente por la tribu al organizar allí un festín de cumpleaños y declarar "Esto sirve y anula la cena buitaka"... Tras exponer nuestras amplias quejas en servilletas de bar y firmar abajo todos los perjudicados, y cuestionarnos si mandarlo a galeras o darle otra oportunidad, al final tuvo que deshacer el entuerto en una visita cómica-festiva que los buitakos hicimos después a tierras francesas. Y mereció la pena el castigo. Desde aquella ocasión en Nimes, cuando cenamos en un restaurante superpijo, que no he vuelto a probar una
fondue. Bueno, tampoco me han vuelto a tocar el piano mientras como, en honor a la verdad...
El Summum es un sitio ideal para organizar eventos, más allá de las pegas que en un momento dado te puedan sacar una manada de amigos desagradecidos. Está en una zona bastante tranquila y dispone de una terraza amplia en la calle de tan misterioso nombre. Una amplia carta donde elegir sándwiches, tostadas, bocadillos en chapata o hamburguesas, que de éstas últimas habría hasta siete modalidades distintas.
Momento de disculparme en el apartado fotográfico, cómo no. Se me disculpe el toque cubista en las instantáneas. En Mayo creo que renovaré mi contrato de permanencia y ya dispondré de un jodido teléfono que haga las fotos en condiciones...
Nuestro festín constó de:
-Huevos rotos con foie:

Si, ahí parecen espaguetis con ración extra de queso rallado.
Generoso en el foie. Y me gustaron especialmente las patatas, que todo hay que decirlo, son las que se hallaban abundantemente debajo de nuestro siguiente plato comunitario, las alitas de pollo:
Dada la calidad fotográfica puede parecer incluso un pollo entero, porque sólo se adivina algún muslillo sobresaliendo del resto de una masa compacta. Estaba muy bien, pero digamos que el 33% del contenido eran patatas, o sea, a unas 3 piezas de carne por persona = 9 patatas por comensal. La culpa era del diseño hondo del plato, que llevaba al engaño. Algo parecido a lo que hacía un tío mío cuando vendía carbón en remolques, que metía el carbón más bueno en una fina capa y en lo más alto... En un plato amplio y sin fondo considero que queda mejor servir estas piezas, porque luego hay gente que piensa que le estás haciendo un truco, aunque quede satisfecha con su contenido. Somos así de tontos.
Y como colofón, la misma hamburguesa para todos, la que normalmente llamamos súper:
Estaba buena, si. Pero sin llegar a la exquisitez. Era robusta, grasienta, como toda buena hamburguesa que se precie, pero es que éstas constituyen todo un mundo; hay veces que comes unas pequeñitas y te sorprenden su sabor, y con otras te relames viendo sus proporciones y luego compruebas que no eran para tanto.
Correctas, en todo caso.

Con la servilleta morada parece una insignia en un traje de Semana Santa. Bueno, fue por esas fechas...
Estuvo bien, habiendo hecho esta cena a modo barrio, o de estar por casa.
Quedándonos al borde del empacho, mi impresión final sólo estuvo mermada porque elegí, al igual que el resto, cerveza para cenar. Vale que le vaya mejor a una cena de hamburguesas pero chico, una cena al fin y al cabo, sin vino... En el próximo buitakomburguesa me pienso inclinar por regarlo con vino, pero de los baratos, que me tocará pagar a mi...
Espero que me chiven cuánto costó la cena y ponerlo por aquí, porque no tengo ni zorra.
Y lo más importante, que alguien me resuelva el misterio de Matilde Sangüesa, que estoy por hacerle un post especial en el blog.