lunes, 28 de septiembre de 2009

Todo debe tener una explicación lógica

Me comentó la Feliú sobre un curso que iba a hacer de escritura creativa.
La historia es que todas las semanas realizan un relato y con propuestas de técnicas distintas.
Me pareció caro. Y ya se sabe lo maja que puede llegar a ser nuestra camarera favorita, así que recibo las lecciones periódicamente por email. Espero que siga siendo la entrega semanalmente y que nadie acabe juzgado por pirata de las letras.
Me he propuesto hacer un relato también en ese tiempo, sin más ánimo que el entretenimiento y tratando de que al menos pueda aprender algo, porque creo que de la técnica del bloguero rollero aún no he pasado.
A grandes rasgos, y por temor a un posible cierre del grifo...la propuesta para el siguiente relato era el narrar en primera persona algo cotidiano, pero que encerrara en sí una especie de "realismo mágico". Que todos los elementos de la historia apuntasen hacia un único significado.
Construirlo como un sistema solar en el que, alrededor del centro constituido por el personaje y su tema, gravitarán la acción periférica, el espacio y las informaciones necesarias para hacer verosímil la historia. Que tuviese solidez y unidad.
"Aquella vez que sentiste vértigo en una escena en apariencia cotidiana, pero que fue como si, de pronto,hubieras tocado las alas de un ángel."

Pués ni puta idea de si lo que sigue tiene algo que ver, pero seguiremos intentándo lo del relato...
---------------

- TODO DEBE TENER UNA EXPLICACIÓN LÓGICA -
Se suele decir que somos propensos con el tiempo a nutrirnos únicamente de los buenos momentos, para terminar desechando o empequeñeciendo los recuerdos menos benignos de nuestra conciencia. Si el período al que me remito es aquél en que la pubertad y la adolescencia se conjugan, formándonos espirales confusas y de tan dudoso trazado, creo que además de alimentar esa premisa, también consigue que la circunstancia se vea envuelta por un extraño halo de misterio.
Pero todo debe tener una explicación lógica.
Una tarde fría de invierno que invitaba más bien poco a la relativa tranquilidad que ofrecía la Plaza de Los Sitios. Alterada por la luz intermitente de alguna farola que parecía no querer resignarse a su sentencia final de vida útil, tratando con fulgurantes destellos de avivar desesperadamente su energía, en un acto de alargar su inevitable agonía. Y el ruído de los
coches que esporádicamente circulaban por los alrededores, con sus ocupantes observando detenidamente a aquella pareja que buscaba un calor imposible entre abrazos, y que a duras penas podía pasar inadvertida en aquél banco, dispuesto para dar más complicidad entre ambos que protección ante miradas ajenas.
Me hallaba con Sabrina, una chica de melena rubia y larga. De bonitos ojos azules y sonrisa fácil. Solamente su estatura, acorde con la edad que aparentaba, pienso que permitía no desvelara a las claras su ascendencia germana.
Era bella. Hechizantemente bella, si tal expresión pudiera admitirse.
Era infiel. Si la fidelidad en esos años pudiera adquirir algún tipo de valor o significado.
Una relación anterior con quién creyó haber amado,le dió pie a experimentar desde los entresijos mismos del propio daño. Tratando de desmenuzar entonces ese dolor que le habían causado, en el sentir de otra persona.
Por mi parte sin saber bien si aportaba ficha en un azaroso juego o si por contra, era uno más de los afortunados. Sea como sea, también participaba de lleno en ese entramado de moralidad dudosa, pues una amiga íntima suya, con quién compartí el alegre verano, me hizo saber mediante bofetón, el nivel de pareja que finalmente habíamos alcanzado.
Pese a la oscuridad dominante, una mirada de intranquilidad se reflejó nítidamente en su rostro. Mi alivio instantáneo al girar la cabeza y comprobar que la siguiente escena no sería la de tener un intercambio de impresiones con su novio.
Se aproximaba, con paso lento, un tipo entrado en años, andrajoso y corcovado.
Andaba torpemente, dando muestras de una borrachera manifiesta.
Se paró frente a nosotros. Las arrugas de su cara eran cómo si quisieran revelar un sufrido pasado.
Trás observarnos unos instantes con la mirada intensa y sin mediar palabra, nos hizo su presentación:
-Soy el mayor tramposo de todo Aragón.
-Pues muy bien-creo que le dije.
El sujeto tomó un trago de la bota de vino que portaba.
Repitió su presentación y respondimos con un leve gesto de asentimiento.
-¿No lo creeís?-Dijo acariciando una baraja de cartas.
Supongo que no era el momento más indicado para presenciar trucos de magia en manos de un borracho prepotente, así que esta vez cómo contestación obtuvo un silencio.
De repente, sus ojos se entregaron a un breve trance que nos incomodó. Volvió a su estado inicial con un tambaleo, cómo tratando de anunciar de aquella manera que regresaba a nuestro mundo.
-Piensa en un número del 1 al 100.-Me dijo. Su tono de voz entonces sonaba hasta sereno.
Por alguna extraña razón, aquellas palabras despertaron mi interés y así lo hice:
-Ya.
No recuerdo el número en cuestión, pero no era del 1 al 10. Con una escala tan amplia, me propuse complicarlo.
De nuevo sus ojos en el enigmático trance. Y a los pocos segundos su regreso, pero sin tambaleo.
Me miró fijamente y... acertó la cifra.
Comenzó a alejarse de allí ante nuestra perplejidad. Cuando quisimos darnos cuenta, debió tomar una velocidad no mostrada anteriormente. Resultaba increíble comprobar que el tipo ya no se encontraba en la dirección en que partió. El momento en que tardamos en reaccionar, dando por hecho que lo veríamos a lo lejos, simplemente no existió.
-¿Pero cómo coño ha podido adivinar...?
-Tal vez lo dijiste sin querer con los labios, al pensarlo. O lo apuntaste con los dedos...-dijo Sabrina.
-¿Tú has visto que ese tío nos haya hipnotizado o algo así? Que yo sepa, sólo he pensado el número y no he hecho nada más.
-Joder...La verdad es que no se...
-Yo tampoco.
Fué una tarde que siempre he conservado en la memoria. Teniendo presente que en la adolescencia somos fácilmente impresionables. Incluso viendo la parte más graciosa del asunto, con ese vínculo caprichoso de la infidelidad mencionada y ese sujeto que presumía de tramposo.
Pero todo debe tener una explicación lógica.
Han transcurrido los años.
No hace mucho que paseaba por una ciudad del sur de España.
Después de unas cuantas risas,de cervezas y más risas, y de más cervezas; la juerga llegaba a su fin. En el eterno tiempo indeterminado en que los posos de la noche comienzan a licuarse con los indicios de una nueva mañana.
Calles estrechas, pero muy transitadas. Fiel reflejo de que la feria que se celebraba en la población se encontraba en su punto más algido.
Dos personas que se conocen de poco más de un mes. Un destino ligado a la improvisación y a las ganas mútuas de verse. Cuando los kilómetros no se contemplan como obstáculos,si no cómo distancia simple y final para poder entonces caminar juntos.
Seguramente cuestionándose uno y otro cómo se había llegado a eso, cómo y por qué pasaba, y que sucedía a partir de ahí.
Cuando sin dudas, no podríamos llegar tampoco a seguridades.
Mar,una mujer repleta de vida y que transmite multitud de sensaciones. Poseedora de ese encanto andaluz característico, basado en la simpatía y el desparpajo. Con una inusitada habilidad para agradar. Con sus bonitos ojos expresivos y su cabello de fuego.
Caminando con las dificultades propias que implican tantas horas de fiesta, nos salió al paso una curiosa mujer. De rostro enjuto, apariencia descuidada y cuya vestimenta se antojaba anacrónica. Pero su mirada, aquella mirada, me devolvía de nuevo a la del mayor tramposo de todo Aragón. Estaba a pocos metros cuando me vino a la mente el recuerdo de él, cómo por obra de
magia.
Avanzaba tímidamente en dirección opuesta, sin quitarnos el ojo de encima.
Hablábamos entre nosotros, no le prestábamos más atención que la que pueda inducirte el ser observado por un desconocido.
Frenó su paso una vez nos tuvo cerca. Me miró si cabe, más intensamente y luego a Mar.
- No se porque te digo esto. Pero él es una buena persona.- Dijo tomándome a mí cómo referencia.
No recuerdo la contestación exacta de Mar, supongo que tratando de afirmar aquellas palabras. Pero la mujer lo volvió a repetir, cómo intentando llegar a más conclusiones. Con aquella mirada profunda e inquietante. Chamanística.
Cuando nos alejábamos de allí aún la pudímos oír murmurando algo.
Lo cierto es que más tarde me preguntaba si mi embríaguez antes de esa aparición era leve, o si semejante paralelismo con el episodio vivido en la adolescencia , de alguna manera, me había hecho retornar a la realidad más tangible. Pero no creo en los tramposos borrachos que se presentan en plena infidelidad, ni en mujeres anónimas esclarecedoras de relaciones en sus
inicios, aunque compartan la misma mirada.
Sería más fácil pensar que son acontecimientos y personas que nos pone el destino para que le demos a veces significado a nuestras inquietudes. De ser así, podríamos tomarnos también la literatura novelesca cómo fuente de sabiduría; me viene a la cabeza el primer libro de Luis Landero. En él, mencionaba a un tío del protagonista que se arrepentía de no haber hecho más
con su vida. De verse ya anciano y no haber logrado metas más altas que el ser dueño de unalibrería.
Cierto día se le presentaba en la tienda un tipo raro, a quién más tarde compararía con el mismísimo Diablo, que le hizo entrega de tres libros; un diccionario, un atlas y una enciclopedia.
Despertó su afán por aprender, con aquellos libros por los que nunca antes se había interesado.
¿ Acaso el destino trata de decirte cosas allí donde tú le otorgas importancia ?
No. Ahora creo que todo debe tener una explicación lógica.

domingo, 27 de septiembre de 2009

"Pussy" de Rammstein. Con y sin tijeretazo.

Este resumen no está disponible. Haz clic en este enlace para ver la entrada.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

El Serrablo / La Rinconada de Lorenzo

Repito foto. Si me llevo bien con el blog, ésta debería aparecer más grande al clickar encima que la anterior expuesta.
Por primera vez en su ya dilatada historia...faltó un miembro Buitako al memorable evento. Yo mismo en persona. O el impresentable de mí, que por otra parte diría alguno.
La cena Buitaka mensual perteneciente a Agosto, me pilló roncando, no enterándome de ninguna de las llamadas al teléfono y, seguramente teniendo sueños resacosos.
Despertar a las 23 horas, cuando la cita tenía lugar a las 21.30, era un problema serio. Sobre todo para mi cartera, pués ya se sabe del estricto y difícilmente apelable reglamento que rige en tales ocasiones: el que acude el último paga la ronda previa de cervezas; pasada media hora, si el que falta sigue sin venir, se empieza también a pedir raciones que igualmente correrán a su cargo.
Más allá del apartado económico, lo que me jodía era que verdaderamente tenía hambre. Mucha. Pero desplazarme a las 11 de la noche al restaurante, lo que dejaba de ser era un buen plan. Así que cené en casa cuatro pijadas mientras pensaba con tremenda tristeza que el resto de camaradas de banquete se estarían poniendo hasta las cejas.
A imaginar esa escena del Jinete aún somnoliento en la soledad de la cocina y comiendo de pie.Masticando lastimosamente, sin saber si en realidad era producto del hambre o por no tener que sufrir con el agobio de tanto silencio... ¿Da pena? Pués a imaginar de igual forma, cómo me quedaría después cuando me dijeron que el correctivo a aplicar por faltar a la cita de aquella noche, era nada más ni nada menos, que el que yo tuviese que sufragar con los gastos de una cena especial. ¡Encima que me tocaba a mí costear la de Septiembre !
Los hay que no tienen corazón.
Señores, no solucionemos las contrariedades que puedan darse en la vida con simple calderilla, que a veces "La vida es sueño", cómo decía Calderón...
Momento profundo. Lo digo por la última frase, que no excusándome por mi larga siesta.
El trío de la justicia infinita en lo referente a las citas culinarias, cenó en El Serrablo (Manuel Lasala 44), y al parecer, muy bien.
Juako se comprometió a realizar una crónica de lo acontecido allí, pero la sigo esperando. Uhm...¿no merece eso un castigo? -Copiar 300.000 veces alguna frase, o obsequiarnos al resto con 10 paquetes de folios, supongo.
Adjunto una instantánea del garito que no pisé, por estar yo cenando de pie...en mi puta casa :
La puntuación para El Serrablo por los Buitakos incompletos.
No sé que norma extraña, y que es para no perdérsela ,decían de hacer aquí :
"Cómo falta un individuo en las votaciones haremos lo siguiente; votar los tres que fuímos, dividir la suma para tres y luego multiplicar por cuatro".
Porque por -Al- comienza álgebra, pero también alcachofa. Así que si las votaciones fueron de un 8, y dos 8'5, por aquello de simplificar, yo le pongo otro 8 y aquí no ha pasado nada.
La Rinconada de Lorenzo. Sitio en la calle La Salle 3.
Cena correspondiente a Septiembre.
Una jornada después de volver de aventuras por tierras andaluzas, y en la que yo hacía de maestro de ceremonias.
Que jodido es ese 1 de septiembre. Para una vez que tenía pensado de antemano un restaurante al que ir desde dos meses antes y...el martes cerrado por descanso semanal.
Jinete recorriendo la ciudad. El que aún no estaba cerrado por vacaciones, abría al día siguiente. O acababan de llegar y estaban de preparativos.
A última hora me topé con éste.
Me salió por un pico, la verdad. Pero al menos, reunidos en consenso los miembros Buitakos, triunfó la moción de que no debería de pagar finalmente una cena extra, sólo los entrantes de la anterior. El perdón indulgente fué motivado sobre todo por la existencia de la sección "Refugios Gastronómicos" en éste modesto blog.
"Al menos se esfuerza un poquillo y luego hace crónica de las cenas", fué el argumento de peso.
Y que decir que los muy cabroncetes se excedieron un poco con sus apetencias en El Serrablo...
Tres cenamos chuletón. La carne era buena, pero tampoco nos resultó aquello un manjar de Dioses. Y no te digo si lo analizas concienzudamente con la factura final.
A Juako no le convenció su solomillo, hecho de que en su nota final sólo le otorgue un 6'5.
No recuerdo los postres, ni el vino...poca cosa.
Que el camarero también había estado por Cádiz y charramos bastante sobre el tema.
Es lo que sucede cuando retrasas tanto una crónica. Espero no sirva de antecedente para la posteridad, que no quiero oír hablar más de castigos...
La próxima cita será en víspera de Pilares, en La Encantaria. Donde al parecer igual degustaremos ciervo.
No me la puedo perder.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Canción de la semana

Retomo una sección siempre denostada y tan descuidada últimamente.
El honor de aparecer por aquí le corresponde a Leize, una de mis bandas españolas favoritas. Asistimos a su vuelta a los escenarios, lugar del que jamás debieron ausentarse, hace tres años en el Leyendas del Rock.
Leize representa para mí no pocos recuerdos de niñez, de las primeras juergas nocturnas y de cantarle desafinado a la luna, con la sana intención de al día siguiente seguir soñando. Joder, ¿tan mal sientan los 30?...
No lo creo. Tampoco el paso del tiempo ha hecho mella en el proceder de este grupo. Nuevo disco en el mercado, en el que figura el siguiente tema, "El otro lado del espejo".
A la venta en las disquerías, que dirían los argentinos. Y disponible aquí, en un sólo click :
http://www.megaupload.com/?d=VAA63ELF

Lo que me extraña pueda albergar una "disquería" es mi aporte habitual como canción curiosa.
Barilari, cantante de Rata Blanca, acudió a cenar a un bodegón en Cangas de Narcea, Asturias.
De algún modo, lo engañaron para que subiera al tablado y cantase "Mujer amante". Cómo componentes de la improvisada escena, un guitarrista que no conoce el tema, una gogó más entusiasta que participativa y un público que, curiosamente parece conocer bien aquella canción :

domingo, 20 de septiembre de 2009

Callejeros



miércoles, 16 de septiembre de 2009

EQUIPO JUAN -Epílogo-

Pese a que el cartógrafo oficial del Equipo Juan era Don Pere, el aporte de la ruta que seguímos es obra de Castillo. Ilustrativo, cuando menos.
Porque el pico no se corresponde mucho, si no, la figura que se podría intuír en ese trazado podría ser la de un ornitorrinco saltando al vacío. Buscando cómo remedio el suicidio después de documentarse sobre nuestras aventuras...
San José. Serían las 10 de la mañana de un lunes soleado, cuando trás despedirme de quiénes se hallaban despiertos entre el resto de camaradas, salí en coche con Mar rumbo hacia Zaragoza. No sin antes haber comprado unos cuantos churros que dejé a modo de sorpresa en los interiores de la "Poltergeist", a sabiendas que cuando se disfrutaran ya estarían totalmente fríos. Pero es que si les hubiera obsequiado con un ramo de rosas habría quedado muy gay...
Una vez más, pero tristemente cómo última vez, salí de aquel lugar con mi peculiar condición de prófugo de la autocaravana.
Llegada a ciudad de orígen sobre las 6 de la tarde, y aún parando para comer. Importante reseñar que el vehículo no era una ambulancia, pero quien lo conducía si pudiésemos pasar a llamarla Mar Schumacher...
En Zaragoza, con la excusa de un café me bebí mi primera Export después de algunos días; me sentó mal al estómago y todo. Que cosas. ¿O sería por la conducción?
Y entonces, de repente, quedaba más lejos esa semana tan gratificante.
Las risas, los sitios, la convivencia...
Recuerdo ponerme a cenar en la cocina y hacérseme enorme. Una sensación casi preocupante de no tener que apartarme cada cierto tiempo porque alguien precisara coger una birra de la nevera o que le alcanzase unas rebanadas de pan. La soledad recurrente cuando has compartido horas y días en un diminuto microecosistema.
Normal que me llegara aquél sms de Javi diciéndome que volviera, que aquella noche me tocaba fregar a mí.
Ellos hicieron noche en Sagunto, parece ser que sin novedades.
Las vacaciones casi tocaban a su fín...
Con lo a gusto que se estaba en Caños de Meca...
El martes regresaron al mediodía. Los llamé. Acojonante; La fianza de la "Poltergeist" nos la devolvían. Nadie observó que faltara una ventana...Es una ventaja definitivamente, que te alquilen una autocaravana que estaba pendiente de peritar...Si lo sé, me llevo la nevera.
Ese martes hubo quedada en el Club social para contar a grandes rasgos nuestras peripecias y compartir el abundante material fotográfico.
Además me tocaba pagar a mí la la tradicional cena Buitaka de cada mes.
Equipo Juan y Buitakos, grandes planes para un sólo día. Un claro ejemplo del abundante material mencionado es que tenemos fotos hasta de Pepe Isbert de Aranzauto. El hombre de los sudores perpetuos, ese "cantamañanas".
Desista de alquilar cualquier cosa en Aranzauto - Jinete del viento y la publicidad gratuita.-
La habitual crónica de la cena Buitaka queda pendiente para el próximo post, que por unos motivos u otros ha quedado ya bastante atrasada...
El miércoles marché para Huesca. Pudiera decirse que a la delegación del hostal "el encantico" que se haya en dicha ciudad...
Tres días agradables e intensos.
Incluso cené en un asador argentino que debería figurar en la sección "Refugios gastronómicos", porque me encandiló. Riquísimos matahambres , la ternera con salsa de anchoas...
El viernes Don Enrique e Isaca me proponían acudir a las fiestas de Villanúa...Cómo idea era genial, pero todo tiene su límite. Tantos días fuera de casa y el lunes, que comenzaba de nuevo a currar...
Así que finde guerrero en Zaragoza.
La vuelta a la rutina siempre es mala. Más cuando repentinamente aflora trabajo por todas partes, y todavía no has digerido el regreso, que ya estás subido a una escalera y currando como un cabrón...No es justo !
O sí. Creo que si.
No es justo por ejemplo que la misma semana de la que hablo, le dé un infarto a tu padre, aunque la historia quede en susto, cómo queriendo ponerte demasiado en escena la triste realidad.
Pero sí me invita a una reflexión, hoy mismo que cumplo 30 años, quizá como un ansíado destello de madurez que quisiera manifestarse en mi ser:
Se necesitan los momentos malos. Porque si no los tuviéramos, no sabríamos disfrutar igual de los buenos.
Perderíamos intensidad.
Otra historia que me ha demostrado este viaje tan iniciático es que siempre hay que tratar de ser positivo, sean cuales sean las adversidades. Cómo decía aquél; no llueve eternamente.
Así mismo, la improvisación puede ser la mejor herramienta para la diversión. A veces vasta con saber que quieres hacer en ese mismo momento.
Y que has de tratar sobre todo y siempre de rodearte de la mejor compañía...

jueves, 10 de septiembre de 2009

EQUIPO JUAN -Episodio 5- "Juan, María y José"

Sexto día en Al-Andalus y el segundo en Almería.
Salida del hostal "el encantico" hacia la "Poltergeist". 12.00 p.m.
Era la jornada más importante de la Feria porque la festividad de la patrona de la ciudad se celebra ese último sábado de Agosto. Y no es por nada, pero la mitad de la población se llama María del Mar y el resto, seguro que suelen tener también muchas ganas de verbena.
El grueso del Equipo se encontraba concentrado preparando unos macarrones. Yo también me sumé...a la concentración. Para aquél entonces ya me paraba a pensar si había una seria disputa en ostentar el dudoso honor de ser una especie de marqués de la "Poltergeist" ; por un lado Javi, en su condición de lisiado con una jeta increíble a la hora de exigir favores y por otro yo, que aparecía por la caravana de manera ocasional y a mesa puesta.
Mar, superando con creces sus responsabilidades como guía local, llamó cuando repostaba gasolina para acercarnos después hielo y pan. Circunstancia memorable cuando te dabas cuenta que todos los comercios del lugar permanecían cerrados.
Comer, café y alguna cerveza. Cómo se hicieron de repente las 7 y pico de la tarde es todavía un misterio.
Quedada de nuevo en el "Lili Marlene".
Trás coger bus hacia el centro y charrar con todo bicho viviente que allí se encontraba, logramos perdernos momentáneamente por varias calles antes de llegar a nuestro destino.
La misma abuela que me comentó que me parecía a nosequién de Operación Triunfo, vino a decir que Javi le daba muy mala espina. Eso debía de ser el anticipo de lo que sucedería aquella noche...
Unas cinco horas metidos en aquél garito. Como en el anterior post mezclé fotos de los dos días, hoy me abstendré de poner más. Aparte de que las caras sospechosas de delito no enriquecerían demasiado el ya bajo concepto de humanidad que pudiera inspirar cualquiera de nosotros,
baste con una imagen para ilustrar mis palabras. No recuerdo de donde saldría el papel higiénico...Pere también trataba de dilucidarlo en ese preciso momento.
La noche cada vez se hacía más confusa. Muchas risas, si. Pero sería imposible razonar por qué...
Y una niebla espesa que se abatía sobre nosotros...
Descontando el episodio del chupito de absenta, fueron las horas más heavys que recuerdo por tierras andaluzas, con una pérdida más que aparente de la realidad. Como los putos piojos, oiga.
Javi salió a sentarse en un portal cercano de la calle. Dani le acompañaría pasado un rato.
Dani volvió, justo cuando yo empezaba a tener constancia de algo.
Salí a ver cómo estaba Javi; tan perjudicado que el mejor consejo que podías sugerirle era un "al menos apoya la cabeza contra la pared, que si no te darás un hostión elegante contra el suelo". Porque esa cabezota avanzaba y retrocedía, cómo si quisiera transmitirle marcha al resto del cuerpo, que permanecía inmóvil.
Entré de nuevo al"Lili Marlene", sensiblemente más fresco. Al poco, nos sorprendió una noticia que a todas luces resultaba una broma pesada; Javi había desaparecido.
Si no le hubiésemos visto momentos antes con la misma actividad que tendría una marioneta en manos de un perezoso, no habría sido objeto de nuestra preocupación. Como tampoco objeto de distracción para un perezoso, supongo.
Comenzó así la acuciante labor de búsqueda del sujeto por las inmediaciones.
Javi en los minutos prevíos a su extravío.
Sin resultados.
Llegamos a sospechar del portero rumano del "Lili Marlene", porque era un tipo bien desagradable. De los que no te extrañaría que ante la perspectiva de tener un borracho frente al local donde trabaja, le invitara a tomar el aire lejos de allí para después despedirlo para siempre.
Una vez nos cerciorásemos de que aquél individuo no escondía nada, y que se comportaba con la misma actitud de eunuco recién castrado con todo el mundo con el que trataba, el Equipo Juan decidió separarse para seguir peinando la zona.
Tomamos rutas diferentes.
En mi caso, no se bien cómo exactamente, terminé en "La Guarida del Metal" con Mar, trás mirar antes en dos bares cercanos, no fuera que encontrásemos tan cerca al prófugo verbenero.
Me convencí a mi mismo de que Javi se habría puesto a hablar con alguien, o al menos a intentarlo y que estaría de fiesta no demasiado lejos. O durmiendo.
La preocupación que tuviese entonces desapareció cuando trás varios intentos telefónicos, logré contactar con Ángel y me dijo que ya habían dado con su paradero.
Según sé, movilizaron a la policía y lo buscaron por separado.
Y Javi apareció sentado frente a la puerta de la "Poltergeist", con una Cruzcampo y una bolsa de Triskis. Ese tipo que no podía mantenerse en pie, andó alrededor de 45 minutos hasta ahí, para decir una vez se acercaban los otros; "¿donde estabais cabrones? Que os estaba esperando".
Y Castillo le soltó dos tortazos...
Por lo visto también, más tarde acudieron todos de nuevo a la Feria de noche.
Ver para creer. O ir ciego para tener fé en llegar hasta la autocaravana, sería a modo de resumen.
Domingo. Mediodía de nuevo. Salida del hostal"el encantico".
Mar me deja en la "Poltergeist", dónde sólo encuentro a Javi durmiendo cómo los angelitos. Con un aire inocente y despreocupado. Ella se marchaba a San José, su segunda residencia almeriense.
No era muy difícil imaginarse donde estarían los demás, seguramente el el Bar "Orinoco". Un garito acogedor muy cerca del campamento base, que nos hacía asi mismo las veces de aseo oficial del Equipo y lugar predilecto para gorronear electricidad a la hora de recargar el movil.
Incluso un sitio ideal para sacar más fotos artísticas...
Birras, carajillos, cafés, que daba igual el orden. Y rumbo a San José.
Bonita población situada en pleno Parque Natural de Cabo de Gata, y muy cerca de Almería.
Era inevitable no acordarse de la serie de "Verano azul" al circular por sus calles. Para variar y como siempre, con estrecheces. Le dimos a un coche un ligero toque bajando una cuesta, creo recordar...
Aparcamos en un descampado que nada tenía que ver con el "Yonkipur" anteriormente mencionado. Pero el mérito no era precisamente nuestro, porque hubo quien nada más llegar comenzó a elaborar unos canutos extraños. Mientras yo llamaba a casa por teléfono para indicar que aún seguía vivo, me consta que en la "Poltergeist" se estaban fumando media Jamaica.
No sabía que con aquellas sustancias se pudieran preparar semejantes arsenales; escopetas, pistolas...bigotes...
Así no es raro escuchar conversaciones en un momento dado cómo; "tío, me mosquea un poco, que antes he mirado por la ventana y no veía la farola y ese coche tan alejados...". Una suerte, que no sea demasiado tarde cuando te percatas de que no habías puesto el freno de mano...
Fué un día tranquilo. Si hasta fuímos a la playa y todo.
Sesión de relajación cervecera y con mucho caló.
Aparecieron allí también Mar y sus hermanas. Lo que siempre me llevaba a una misma reflexión; ¿pero que pensará esta gente de nosotros? Que nos siguieran hablando creo que no era una mala señal, o que aquella playa era demasiado pequeña para esconderse...
La tarde pasó fugazmente. Y esa noche nos tocaba una ocasión especial, cenar fuera de la "Poltergeist". Nuestra última gran cena.
La gente convencional imagino se habría decantado por el pescaíto. que se sabe de su fama por tierras andaluzas. Pero yo estaba de antojo total, trás tanta comida de batalla con migas, macarrones y huevos, necesitaba algo que entusiasmara a mi carnívoro espíritu y...pedazo de entrecot a la pimienta entre pecho y espalda. Me supo a gloria.

Por la noche volvímos a quedar con Mar y hermanas en un antro de corte chill out muy peculiar, pero agradable.
Teníamos intención de ir a una población próxima que tenía gran fama en cuanto a fiesta, pero mencionaron nuestras dos palabras mas temidas, "Guardia Civil". Dada nuestra condición de ilegales, y que llevábamos una semana en la que habíamos gozado de cierta fortuna con las fuerzas del orden, no era el momento más adecuado para tentar a la suerte.
Demasiados controles y ya se sabe que Castillo no había estudiado nada...
Nos quedamos en ese garito. Bueno, el resto del Equipo Juan fué desapareciendo de allí y Ángel vino a avisarme de que se iban a la playa con no se qué mozas que habían conocido de Huelva...

Alguna que otra birra y salí con Mar a una hora no muy intempestiva a buscar al batallón por la playa.
Sin rastro.
Ya estaban roncando en la autocaravana.
PRÓXIMAMENTE ÚLTIMA ENTREGA; EL EPÍLOGO...
Que sí, Mamá, que estamos bien...

miércoles, 9 de septiembre de 2009

EQUIPO JUAN -Episodio 4- "Mar, cerveza y rock and roll "

Quinto día de andanzas del Equipo Juan por tierras andaluzas.
Decididamente nuestra aventura parecía que había experimentado una gran mejoría desde su comienzo. A pesar de agotar nuestras reservas de Ambar el día anterior, nos repusimos de tan serio varapalo y también del preciado líquido; cajas de Steinberg clásica ocupaban ahora su lugar.
Por contra, de los 10 litros de agua con los que partímos desde Zaragoza , aún quedaban la mitad. Cantidad que podría haber sido muy superior, de no ser porque la usábamos mayormente para fregar.
Genial ambiente en la "Poltergeist". Incluso a Javi se le observaba una gran mejoría en su herida de guerra. De lo que nos alegramos especialmente, ya que el Betadine que le compramos se lo dimos al individuo de acento francés y residente de Yonkipur, porque lo necesitaba para su perro.
Rumbo hacia Almería. 365 kilómetros si se parece en algo la dirección que tomamos a la que me acaba de indicar el cálculo en Vía Michelín.

Una paradita para tomar café, y observar el Peñón y África desde un mirador magnífico.
Cómo las cosas marchaban bien, teníamos que llevarnos un susto.
Nos bajamos a mitad de camino a estirar las piernas y a sacar fotos en un momento muy juvenil que tuvimos. Al entrar a la autocaravana, Dani, como chófer oficial ya consagrado, nos hizo partícipes de la terrible situación: "Esto no arranca tíos"...
No lo dudamos ni un instante. Creo que fué Pere quién articuló las sabias palabras; "gabinete de crisis". Nos agolpamos torno a la nevera y sacamos unas Steinberg...
Con el primer trago contemplábamos la playa que se situaba abajo, a sabiendas de que si la "Poltergeist" tenía que acabar averiándose, que mejor lugar para hacerlo.
Hay que ver cuanto optimismo avanzado hemos adquirido con éste viaje...
Fuera porque estábamos en cuesta, porque el aire acondicionado estaba en marcha y se le apoderaba, sea porque le salió así a nuestra autocaravana de los huevos, lo cierto es que arrancó al tercer intento. Y el viaje transcurrió sin novedad.
Recreación de los segundos previos al "Gabinete de crisis". Y del Javi sin Betadine, hombre feliz.
Reseñable es la cantidad de peajes en los que tuvimos que apoquinar hasta llegar a Almería. Claro, como hay que pasar por localidades como Marbella, pués se nota donde uno debe soltar la pasta...
Llegada a Almería y contactar con Mar. Ella ejerciendo su rol de guía local. Otra persona de lo más optimista, sin duda.
Nos dirigió de primeras por una calle para que buscáramos sitio para aparcar, donde creo que que dos triciclos habrían pasado apuros para poder adelantarse.
Trás desestimar encontrar un sitio acorde con las dimensiones de la "Poltergeist", abandonamos aquella zona en busca de un lugar dónde no fuera necesaria la práctica de lijar coches.
A tan sólo 20 minutos de camino del centro, el Campamento Juan:
La playa a cuatro pasos, la feria de noche a dos minutos y bares a tiro de piedra.
Claro, que un asentamiento tan privilegiado requiere realizar algún esfuerzo...
En la imagen se observa claramente el espacio entre laterales. Ni teníamos papelera exterior a bordo de la "Poltergeist" ni sombrilla abatible con forma de palmera; está jodidamente encajada ahí. Dani la maniobraba ya como le daba la real gana, doy fé.
Un par de horas para esperar a que uno se duche, que otro coma y que alguno busque un baño cercano con gestos de malas retenciones, y rumbo al primer garito de Almería, el "Lili Marlene". Fuímos con nuestra guía local y allí se encontraban sus amigas y hermanas.
Un bar ochentero. Dónde degusté mi primera cerveza Alhambra (psee...Esperaba más. Mejor que Cruzcampo y Heineken pero tampoco me pareció demasiado especial...).
Hubo rondas de presentaciones, y en ciertos momentos parecía cómo si el circo hubiese llegado a la ciudad. Normal, los tíos de vacaciones con la autocaravana y los numéritos que en seguida empezaron con Castillo...
Sesión de "castilladas"; ahora un guante de sombrero. Ahora me tumbo en un taburete y doy vueltas a lo "toro mecánico". Ahora me pongo a inflar un condón en la cabeza...
Al hacerlo además en lo alto de un escenario, que era dónde estábamos situados, dió lugar incluso a que los allí presentes le brindasen una gran ovación. Y creo que faltó bien poco para que él mismo pudiera ofrecerles sus propias orejas cuando el preservativo explotó.
Me pregunto que impresión causaríamos así, de primeras.
Otro momento de foto artística. El Equipo Juan en rueda de reconocimiento.

Castillo ha tenido su rato de protagonismo. Instantáneas del resto de la panda.
En la última, un polifacético Pere, también llamado Pedro, cuando pasó a convertirse en "Er ratonsito Pere"
Ángel quiso figurar así de tan de repente en la foto.
Una foto que muestra la cara que ponía Castillo cuando nos hacía de traductor Castellano de Aragón - Castellano almeriense y viceversa.
Increíblemente lo entendían los lugareños a la perfección cuando imitaba esos hablares rápidos de aquellas tierras, pero a la vez agradables (En el caso de Castillo no tanto).
Trás unas cuantas birrillas y del show circense nos fuímos a un garito Heavy cercano, "La guarida del metal".
Claro, que mis compañeros de aventuras se empeñaron en dedicarme una especie de coreografía nada más entrar:
Un garito con rockeros de los de toda la vida, similar al "Moog" zaragozano en cuanto a la oferta musical. Lo peor; los chupitos de absenta de 70º que anunciaban en un cartel. Para ponerse malo, malo...
Integrantes del Equipo Juan con Mar y su amiga Azahara, otra hospitalaria almeriense de las que allí abundan.
La tontería de la absenta, la verdad es que daba para sentirte un par de horas desorientado perdido.
Depués fuímos a la Feria de noche. Allí había garitos de toda índole. Desde el que tenía el PP (dónde al día siguiente ciertos individuos harían un numérito medio gay ante las miradas de desaprovación de los clientes) hasta el de la CNT, que por supuesto nos venía mucho más al pelo.
Música a ratos incluso demasiado extrema para mi gusto. Quizá por eso fué el lugar dónde sentí que disminuían los efectos de la absenta.
Llegamos a jugar un volleyboll con el resto del garito con unos balones que Pere y Castillo habían comprado...
En el CNT. ¿Dani de Chiclana y Cañita Brava?
Recinto ferial en Almería donde los maños también tenían su espacio...
Fué una noche de bastante juerga.
Digamos que la despedimos, siendo yo el mimao del Equipo Juan y durmiendo en el hostal "el encantico", con la ligera preocupación de encontrarme a un señor rabioso despertándome a las pocas horas y amenazándome con una escopeta...
Pero no fué así.
CONTINUARÁ...

martes, 8 de septiembre de 2009

EQUIPO JUAN - Episodio 3 - "La inmensidad de Tarifa, catalogada"


Cuarto día del Equipo Juan a bordo de la "Poltergeist".
Campamento de las judiadas dónde se celebraba el Yonkipur. 9.00 a.m.
La mañana vaciló lo suyo antes de mostrarse plenamente radiante. Aunque lucía un sol estupendo, se empeñó con obsequiar a los más madrugadores con un frescor inusitado en semejantes fechas.
Nuestras visitantes almerienses partíeron entonces hacia su querida tierra.
Jinete contempló, bostezando a la mañana y no sin cierta sorpresa, lo que Castillo le comentó la noche anterior; coño, pués si que era verdad lo de las piquetas de la tienda de campaña. Allí estaban, en algún lugar cercano y sin ser sacadas de su bolsa. Con razón me había dado la impresión que ahora la tienda se hallaba algo desplazada. Suerte que ni sopló fuerte viento, ni tan cerca estábamos de la carretera. Un despertar condicionado por el sonido de claxon de un camión, habría rebajado ostensiblemente la dosis de optimismo con la que afrontar áquel día.
Entré en la "Poltergeist" y el espectáculo me resultó sobrecogedor, cómo si mis amigos hubieran sido víctimas de un ataque feroz a cargo de una manada de osos de las cavernas: latas de cerveza por el suelo, ropa tirada en cualquiera de sus rincones y ellos mismos, aparentemente durmiendo, en posturas totalmente insospechadas. Tardé en asimilar que no había sido así, poco después de casi convencerme de que alguno de los osos agresores verdaderamente no se encontrara todavía allí, a juzgar por esos estridentes rugidos que no sé si serían admitidos dentro de la categoría de "ronquidos".
Viendo cómo estaba el percal, y en concreto aquella leonera, Jinete emprendió una de sus famosas galopadas, rumbo hacia el pueblo.
Alrededor de dos horas de marcha, paradita para tomar café y ojear la prensa en uno de los pocos bares que podían encontrarse abiertos.
Un pueblo coqueto y pintoresco, pero no precisamente lleno de actividad, al menos en esas horas tempranas.
Llegué a caminar hasta los pies de una montaña cercana. El cartel de -Coto privado de caza- aminoró mi deseo de seguir avanzando. Ya decía yo que era demasiado lujo para un pueblo encontrarte con puertas de hierro fundido en sus calles, con unas columnas altas que las sujetaban...No tengo la culpa de que estuvieran abiertas. Jamás he visto situación que ilustre mejor lo de "poner puertas al campo",porque aquello era una jodida montaña.
Jinete, más "bala perdida" que nunca, regresó entonces hacia el campamento base.
Entrado ya el mediodía, Yonkipur era todo un bullicio.
Uno de sus más firmes exponentes, con acento francés y gestos propios de macaco paranoico, y que transportaba un carrito de niño,vino a darme los Buenos Días :
- Tío, tío. Hey ¿que hay?. Joder que suerte has tenido...
Digamos que permanecí expectante, esperando que desarrollara su tesis. No me hubiera asombrado nada si áquel tipo hubiera sido testigo de un ataque de osos de las cavernas, consciente de las dificultades en su habla.
Señalaba la tienda de campaña.
-La poli, tío. Mmmm...El otro día nos metieron una multa que te cagas por poner una aquí. Mmmm...Nnnn...tío.
-Pués habrá que replegarla porque ya he visto dos coches de picoletos volviendo desde el pueblo...
Pensativo o en trance, el sujeto se alejó por donde había venido, muy sonriente y despidiéndose con la mano. Lo tomé cómo que agradecía mi información de avistamientos de guardias civiles, y que llevaba un viaje astral en la cabeza bastante considerable.
La vecindad estaba muy dicharachera esa mañana. También se me acercó otro individuo, bastante raro, que aparcó su autocaravana al lado nuestro, dónde antes se encontraba el coche de las almerienses. Lo de "raro" es la idea inicial que te formas cuando ves que un tipo viaja sólo en un cacharro tan grande.
Éste quería información acerca de las playas del lugar y de los permisos para autocaravanas.
Jinete en su faceta de relaciones públicas en Yonkipur, aportó lo poco que manejaba su conocimiento.
Resulta que el rarito me contó que en un pueblo cercano, en los 15 minutos que dejó huérfana la caravana, también le habían multado. No me extraña que los bares por estos lugares abran tan tarde. Joder, los pueblos deben tener toda una fuente de ingresos con tanto empapelamiento...
Una vez más se repetía la máxima vigente a lo largo de la semana; tenemos mucha suerte.
Es casi imposible repetir un viaje igual con tanta fortuna, con lo ya sabido de nuestra autocaravana ilegal, las distintas circunstancias accidentales y haber salido siempre ileso. Eso si no te caes y te jodes la rodilla, claro...
Trás la conversación volví a mis quehaceres con la tienda de campaña. Complicado.
Salió Ángel entonces de la "Poltergeist", el más madrugador de los que repelieron a los osos cavernarios.
Lo de plegar la tienda era ya doblemente complicado, tal cómo lo veíamos el uno y el otro.
Tuvo que salir Castillo, y creo que de casualidad, en pocos momentos consiguió la proeza. Él resolvió la incógnita que seguía trás los dos primeros putos pasos que mostraban las instrucciones.
Fuímos los tres a tomar un café a un bar cercano, de los de terracita que te pasas y ambiente paradisíaco. Allí tuvo lugar una breve exposición de ideas que habría que plantear con el resto de integrantes del Equipo Juan; las almerienses el día anterior habían venido de propio desde Almería hasta Cádiz, la friolera de 460 km para pasar en tierras gaditanas unas horas, cómo quien dice. Además ya las habían conocido y comprobado que eran bien majas. Siguiente punto a tratar, que en Almería estaban de fiestas, en plena feria. Que ante todo hay que ser recíproco en esta vida. Y que fijo, fijo, que tendrán por allí un montón de amigas...
Trás reunirnos todos en consenso, decidimos poner rumbo al día siguiente a tierras almerienses.
Pero antes tocaba visitar las playa de Bolonia y la noche tarifeña.
Quizá fué la tarde que más vago estuve, la única en la que necesitaba siesta. Jodida de llevarla a cabo en una autocaravana y con un calor sofocante.
Antes de intentarlo, anduvimos todo el grupo por la playa de Bolonia, nevera y sombrilla en mano. Repleta la primera, por supuesto, de exquisítas Export y Ambar. Pero ya quedaban pocas...
Castillo "amenazó" la tarde con sus caracterizaciones de Jorgito y su dentadura postiza, demandando "agua" a los transeúntes que se hallaban por la playa. Cuando no se ponía a luchar con Ángel en la arena en una representación digna del Street Fighter.
Si el resto de turistas allí presentes, tenían alguna perspectiva de tranquilidad, está claro que la abandonaron en cuanto aparecímos nosotros.

La playa de Bolonia y Castillo haciendo el cafre. Instantes después la vaca salió despavorida, totalmente literal y verídico.
Trás una charla con un trapicheador de sustancias psicotrópicas extraño, que llegó a preguntarnos si alguno éramos policía (...), y que daba de beber cerveza a la Madre Tierra, a modo de ofrenda con la que redimirse de sus pecados, se acercaba la noche y con ella nuestra marcha a la juerga de Tarifa.
Una ducha reconfortante y de nuevo a buscar la fiesta.
Ningún problema para dejar la "Poltergeist" en un descampado cercano al centro de la población.
Tarifa era una población bonita, con suaves toques de encanto. A unos 15 minutos andando desde nuestro campamento se alzaba un antiguo portón que daba paso a la ciudad del pecado, donde se amontonaban los garitos.
La primera copichuela debía ser en un lugar tranquilo. Una terraza de bar apacible, donde gorronear un enchufe para cargar el móvil y tener ese momento previo de sosiego que tanto aporta para degustar los lugares. Si, antes de que acabes todo piojo y no seas muy consciente del verdadero ambiente de la ciudad donde te hallas. El respirar del entorno, por así llamarlo, siempre tan gratificante. Al menos para mí.
No acompañaba nada la cerveza que pedí; marca Ibérica, hecha en la misma Tarifa. Dios que cosa más mala...
Compramos tabaco de contrabando, por aquello de seguir con la ilegalidad. Aquella mañana leí que en Tarifa robaron 25.000 cartones del mismísimo depósito de la aduana que custodiaba la Guardia Civil. Lo que me invita a reflexionar si áquel kioskero que nos vendió la mercancía sabía algo, o si quizás los picoletos bajaron la guardia porque se encontraban todos multando a gentes de pueblos cercanos que fueran provistos de autocaravanas o de tiendas de campaña.
Los garitos de marcha.
Calle muy peculiar. Repleta de bares y dónde nadie decía nada por estar haciendo "botellón". Que a esas horas la policía andaría ya ocupada buscando cartones de tabaco...
A falta de Export, Voll Damm.
Lo de los letreros por esas lejanas tierras, merece mención aparte. Allí no ponen ningún nombre que no llame mucho la atención.
Momento "foto artística". Que mejor instantánea que un Javilón herido en la rodilla bajo la placa de la calle "Batallón de inválidos".
Castillo se encuentra conocidos hasta en Tarifa. Aquí una pareja que nos acompañó por distintos bares de mojitos. El Equipo Juan está convencido de que aquella noche fuímos los causantes de que rompieran su relación ; que si uno quería quedarse. Que no, vámonos para casa ya!!-Lo cierto es que desaparecieron con una actitud muy seria y sin despedirse de nosotros. Y no les hicímos absolutamente nada. Promulgar nuestra propia juerga, como mucho.
Fuímos a una discoteca muy chic, pero de 5 euros la entrada. Me extrañó particularmente que me dejaran pasar. Vaya mierda de garito. Me obcequé sobremanera en cantar a gritos sobre la música techno allí reinante e intentar cuadrar melodías cantadas que pegaran con aquella bazofia, en un intento de buscar cierta diversión.
Recuerdo el "yo sólo bebo vodka", con los que acompañaba esos ritmos simplones que machacaban la cabeza sin cesar.
Es curioso, porque a todas esas piezas de discoteca es fácil encontrarles pronto una frase de rechazo que quede acorde con la música (por llamarlo de alguna manera) . Había gente que me miraba y parecía llegar a la misma conclusión, por sus caras de asombro.
Allí no duramos más de veinte minutos. Y que mal empleados en toda una vida...
Si el episodio de las sombrillas me viene al recuerdo como una película de Berlanga, en Tarifa aconteció una escena en la que sólo faltaba de extra Louis de Funes para que resultara más frenética. Durante 15 minutos o más, dimos tres veces la vuelta a la manzana, intentando salir de un par de calles estrechas y volviendo siempre al punto de inicio.
Durante la mini travesía, acompañamos en el canto a un par de gitanas que cantaban bulerías y sin saberlas (nosotros, claro). Paramos en el "cachorros calientes" dónde un grupo de italianos nos hizo fotografías y dónde Pere se explayó con su conocimiento del idioma. Interrumpimos una conversación de teléfono de una tiparraca a la que ya estábamos cansados de ver en todos lo bares de aquella noche. Es lo que tiene la confianza.
Fueron momentos tontos de dar vueltas por calles estrechas a ritmo vertiginoso y sin parar de hacer el capullo. Cómo le dijo a Javi una señorita de esas que reparten folletos de los garitos, y ya al final de nuestro improvisado laberinto; "Yo seré guapa, pero tú tienes mucha caradura"...
Salímos por el portón antiguo de la ciudad, ahora vigilado por la policía. Suerte que no registraron a alguno...
Por si faltaba alguna situación extraña, no se quien comenzó a charrar con un par de sujetas que seguían la misma ruta y que vinieron con nosotros a la "Poltergeist".
El resultado es lo que mostré en el video más abajo del Mariachi.
La alemano-madrileña-canadiense que parecía querer disimular constantemente sus ya entrados años. Y la otra, que lo que tenía entrados eran los kilos. No es por ser cabrón es que era muy pesada. Ni lo último dicho es por ser doblemente cabrón, que lo era también en el sentido de que se comportaba de forma más que plomiza.
Allí estuvimos, cantándole a la madrugada. Se personificaron los otros vecinos de autocaravana y que no venían a por sal, intercambio de tinto de verano-nuestras últimas Ambar.
Y la policía afuera rondando.
Parecía el camarote de los hermanos Marx, por seguir con el simil peliculero. Bueno, o "Se armó la gorda", porque cierta tipa no hacia más que coger la cámara de Castillo y filmarnos a todos sin descanso.
Éste último deleitando al público con sus representaciones de Jorgito y el numerito de la dentadura postiza.
No recuerdo si eran exactamente las 6 cuando dimos la fiesta por concluida. A dormir, que nos esperaba Almería.
Armada y peligrosa. ¿Ninot o muñeca rusa?. Puede llegar a recordar a cierto personaje también que aparece en la peli de "Desafío Total".
No voy a decir el milagro que me supone que los que aparecen en la foto, tapen a quien tapan, porque ya sería cebarse...
CONTINUARÁ...